El Ibex pierde el 'efecto Varoufakis' y cae el 0,28%
Grecia continúa sembrando inquietud entre los inversores, sin que la decisión conocida ayer del primer ministro griego Alexis Tsipras de apartar a su polémico ministro de finanzas Yanis Vaorufakis de la primera línea de fuego de la negociación con la troika haya servido para apaciguar los ánimos con convicción.
La primera reacción de ayer de los mercados fue de alivio al conocer que Varoufakis no tomaría parte de forma directa en las conversaciones del grupo de trabajo de la troika con Atenas, donde se van desbrozando las posiciones de forma previa a las reuniones del Eurogrupo, que por el momento siguen sin arrojar un pacto que desbloquee un nuevo tramo de ayuda europea para Grecia que evite la suspensión de pagos del país.
La noticia de arrinconar a Varoufakis de las negociaciones fue interpretada sin duda como un gesto de aproximación por parte de Tispras hacia la UE, después de que el fracaso del Eurogrupo del pasado viernes hubiera dejado las posiciones en punto muerto. La Comisión Europea reconoció que las negociaciones con Grecia se han intensificado y son ahora “más productivas y eficaces” tras el cambio de equipo. Pero las grandes incertidumbres siguen sin resolverse mientars surgen en el horizonte nuevos desafíos.
En una entrevista televisiva concedida en la noche del lunes, el primer ministro griego afirmó que el mandato de su gobierno es negociar un acuerdo con sus socios del euro y con el FMI que “no repita el círculo vicioso de austeridad, miseria y pillaje”. Pero advirtió también que si el acuerdo supone “excederse” de ese mandato “el pueblo griego tendrá que decidir, obviamente no a través de unas elecciones”. Tsipras aludía así a la posibilidad de un referéndum que avale los términos de un pacto de ayudas que se prevé complicado y que sin duda traerá nueva volatilidad al mercado.
Según apunta la prensa local griega, el gobierno heleno presentará mañana una serie de medidas, que la UE lleva esperando desde finales de febrero, centradas en aumentar la recaudación de impuestos y luchar contra el contrabando. Sin embargo, se mantendría firme en sus denominadas líneas rojas, es decir, su negativa al recorte de las pensiones, el cambio en la legislación laboral y el aumento del IVA. Una de las propuestas, encaminadas a acelerar la recaudación y a repatriar parte de los ahorros huídos al exterior, es la amnistía fiscal para los depósitos en el extranjero anunciada hoy por Varoufakis.
Bajo las coordenadas que marca la actualidad griega, las Bolsas europeas deshicieron hoy buena parte de las ganancias cosechadas la víspera. El Ibex fue el índice que mejor salvó el día, con una caída del 0,28%, hasta los 11.607,7 puntos después de llegar a perder el 0,84%. Las alzas de Santander (+1,18%), que presentó resultados, y de OHL y Sacyr, de entorno al 2%, contribuyeron a contener la caída del selectivo.
El resto de Bolsas europeas registraron recortes muy superiores, cercanos al 2%, en especial el Dax, sobre el que pesó la ampliación de capital de Commerzbank, por 1.400 millones de euros.
Las caídas de hoy revelan las dudas que persisten en el mercado respecto a Grecia. “Tsipras ha dicho que el referendum es una posibilidad si el acuerdo con los acreedores atraviesa las líneas rojas. Nuestro escenario base es una suspension de pagos no la salida de Grecia del euro, pero esperamos una elevada volatilidad”, señala Royal Bank of Scotland. La hipótesis de un abandono de la zona euro es aun así una idea creciente en la comunidad inversora. Alrededor de la mitad de los inversores espera que Grecia salga del euro en los próximos doce meses, según una encuesta elaborada por el grupo alemán Sentix.
Junto a las caídas en las Bolsas, la rentabilidad de la deuda soberana ha repuntado ligeramente. El bono español a diez años cotiza al 1,32%, con la prima de riesgo en los 116 puntos básicos. Sí sigue beneficiándose de cierta mejor perspectiva de cara a un acuerdo en Grecia la deuda helena. La rentabilidad del bono griego a diez años ha descendido al filo del 11%.
El euro mantiene su pulso frente al dólar y se cambia en 1,09, en el día en que ha comenzado la reunión de la Reserva federal, cuyo comunicado se conocerá mañana. Wall Street confía en que la Fed no plantee una inmediata subida de los tipos de interés y de hecho, el decepcionante dato de la confianza del consumidor conocido hoy, ha contribuido al tono positivo de la Bolsa neoyorquina.
La confianza de los consumidores en la evolución de la economía estadounidense se situó en abril en 95,2 puntos, por debajo de lo que habían previsto los analistas y en su nivel más bajo desde diciembre pasado.
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