El Eurogrupo abronca a Varufakis
Las reuniones informales del Eurogrupo pueden resultar endiabladas porque los ministros de Economía de la zona euro debaten sin demasiados miramientos protocolarios. El ministro griego, Yanis Varufakis, se estrenó el viernes en Riga (Letonia) en ese terreno minado y sufrió la bronca de un foro político hablando sin cortapisas.
Según fuentes que asistieron a la trifulca, el choque de Grecia y el resto de la zona euro alcanzó unas dimensiones casi tan descomunales como el escenario de la contienda, la Biblioteca Nacional de Riga, un edificio de 12 alturas que alberga cuatro millones de obras impresas en un país de dos milllones de habitantes. Ninguno de los asistentes ocultó su malestar con Varufakis por la falta de avances en las negociaciones sobre el rescate de Grecia. Varios países, entre ellos el anfitrión, reprocharon al ministro griego su empeño en reestructurar la deuda griega mientras anuncia un incremento del salario mínimo por encima de los 650 euros. En Letonia, país organizador del Eurogrupo, el salario medio es de 546.
Durante la reunión llegó a plantearse la necesidad de un plan B por si vence el plazo del 30 de junio y Grecia suspende pagos. La mayoría, sin embargo, descartó esa posibilidad. Y Alemania, el socio más poderoso sigue apostando por el acuerdo. Si no fuera así, el BCE podría cortar la financiación de la banca griega y desencadenar una suspensión de pagos y un corralito. El presidente del BCE, Mario Draghi, repitió en Riga su advertencia de que recortará las líneas de crédito de emergencia si el acuerdo se vislumbra imposible.
Tras el choque, las dos partes se comprometieron a acelerar las negociaciones con vistas a alcanzar un acuerdo antes del 30 de junio, fecha en que expira la segunda prórroga del rescate griego. Pero no hay garantías de que se logre, lo cual no sólo impide cerrar el segundo rescate (que junto al primero ya suma casi 240.000 millones de euros) sino que bloquea también las negociaciones de un tercer rescate que parece inevitable.
“Si no podemos ponernos de acuerdo sobre el presente, cómo vamos a negociar sobre el futuro”, señaló al término de la reunión Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, sin apenas disimular su exasperación con Atenas.
“Hace dos meses”, recordó Dijsselbloem, “acordamos [con Varufakis] que hoy [por el viernes] podríamos llegar a una conclusión y ese acuerdo no se ha cumplido”. El ministro español y aspirante a suceder a Dijsselbloem en la presidencia del Eurogrupo, Luis de Guindos, añadió que el fiasco de las negociaciones “ha sido como un jarro de agua fría para todos”.
Dijsselbloem describió la reunión con el ministro griego como “muy crítica”, término diplomático que fuentes del Eurogrupo traducen como “una bronca y un gran enfado de los ministros con su colega griego, que ha vuelto a repetir las mismas excusas y razonamientos”.
Guindos se hizo eco de “la frustración” expresada por los miembros de la troika (Comisión Europea, BCE y FMI) ante la negativa de Atenas a facilitar información y colaborar con esas instituciones. El ministro español describió como “un toque muy importante” la bronca del Eurogrupo a Varufakis. Y se mostró convencido de que el ministro griego “habrá entendido el mensaje, porque hemos sido muy claros”.
Tras la reunión, Varufakis se mostró dispuesto a aceptar “grandes compromisos” para facilitar el acuerdo. Pero advirtió que el gobierno griego “se opone a la reforma de pensiones” que se le solicita y que “la troika a la vieja usanza no va a volver jamás a Grecia”.
Desde la victoria electoral de Syriza, el pasado 25 de enero, el Gobierno griego se ha negado a recibir o negociar con la representación de la troika en Atenas, constituida por funcionarios de tercer o cuarto rango administrativo.
Atenas ha pedido una interlocución política directa con los responsables políticos de cada una de las instituciones. Esa actitud ha elevado el rango de los contactos, pero al mismo tiempo ha bloqueado la negociación porque la troika se ha quedado sin conocimiento directo y fiable sobre la situación de las finanzas griegas.
El Eurogrupo admitió el viernes que se han cometido errores y que se revisarán los procedimientos para facilitar una negocación “más eficaz y rápida”. Atenas también parece haberse abierto en los últimos días a facilitar información a los funcionarios de la troika sin necesidad de esperar siempre a un contacto político al máximo nivel. Nuestro mensaje es claro”, señaló Dijsselbloem, “hay que acelerar el proceso”. La próxima cita del Eurogrupo, ya en reunión formal, será el 11 de mayo en Bruselas. El Eurogrupo confía en que tras la bronca de Riga se pueda llegar ese día a un principio de acuerdo.
España, aval para Guindos hacia la presidencia del Eurogrupo
El Eurogrupo de Riga también revisó por tercera vez la situación económica en España tras la conclusión del rescaste de la banca y concluyó que “se confirma la evolución positiva y la creciente estabilización del sistema financiero”. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijssembloem, advirtió, no obstante, que “no hay motivo para relajarse” y recordó las elevadas tasas de paro que soporta España. El comisario europeo de Asuntos Económicos, el socialista francés Pierre Moscovici, secundó “la necesidad de reformas adicionales en España”, en particular, en el mercado laboral para reducir el elevado número de contratos temporales.A pesar de estas advertencias, el tono general hacia la coyuntura española fue muy positivo y el ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró que “España se ha convertido en un referente y en un ejemplo”. Guindos adelantó a sus colegas europeos una probable revisión al alza de la previsióin de crecimiento para 2015, que podría llegar al 2,6%, tres décimas más que la última previsión de la Comisión Europea. El Gobierno español se muestra convencido de que esta postiva evolución será recompensada con la presidencia del Eurogrupo al término del mandato de Dijsselbloem a mediados de julio. Fuentes españolas incluso dudan que el ministro holandés vaya a intentar repetir, por lo que según esos cálculos el nombramiento de Guindos podría pactarse ya en la cumbre europea de junio.