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Para obtener rentabilidad ya no se puede invertir tradicionalmente.

Mientras las rentabilidades negativas en deuda del Estado se han generalizado. Se trata de un proceso de represión financiera cada vez más agresiva de los bancos centrales -que deliberadamente están llevando los tipos de interés a niveles inferiores a la inflación-. Tanto es así que después de que el BCE hiciese público su programa de expansión cuantitativa uno de cada cuatro bonos soberanos de la Euro Zona estaba ofreciendo rentabilidad negativa. Por su parte los inversores que deseen prestar dinero al gobierno suizo hasta a diez años han de pagar por dicho privilegio. Como la liquidez es tan elevada es previsible que las rentabilidades sigan en negativo, aunque el bono alemán a diez años haya llegado a revalorizarse más de 8%, favorecido por un comprador natural, el BCE. La tendencia se ha extendido al mercado de deuda empresarial, donde las rentabilidades del crédito de Nestlé a cuatro años en EUR han llegado a caer por debajo de cero.

El ahorrador tiene que ser mucho más activo

No creemos que los inversores se mantengan en esta situación y probablemente acaben contemplando activamente invertir en activos de más riesgo. De hecho, con el elevado nivel de liquidez actual y los tipos de interés tan bajos, incluso negativos, los inversores tienen que buscar algo de rentabilidad, que de momento, están encontrando en la renta variable.

Hay que tener en cuenta que los bancos ya no tienen la necesidad de captación de pasivo anterior y que el ahorrador/inversor español, muy conservador, tiene ahora la necesidad de asumir más riesgo para obtener algo de rentabilidad. De hecho sus dos pilares de inversión de los últimos 20 años, depósitos e inmuebles, la fórmula tradicional de ahorro, era una normalidad aparente. Sigue siendo así, pero pisos y depósitos ya no son la parte principal. Ahora tiene que ser más innovador. Ya ha habido un cambio cultural y las nuevas generaciones se encuentran con un panorama completamente distinto, en el que tienen que ser mucho más activos. Tienen que hablar con los asesores y empezar a buscar alternativas a través de fondos de inversión. Por eso estamos viendo cómo la industria está creciendo de forma importante.

Sobre-ponderamos renta variable europea y japonesa

Al respecto este estímulo monetario de los bancos centrales debe sustentar el crecimiento de las economías desarrolladas y emergentes y prestar soporte a los activos de más riesgo. Los tipos de interés en EEUU pueden empezar a subir en septiembre, pero creemos que la Reserva Federal va a seguir siendo muy transparente y evitará poner en riesgo el crecimiento económico.

En concreto nuestros datos de ciclo económico siguen positivos a escala mundial y nuestros indicadores adelantados por encima de su media a largo plazo. Es además alentador el aumento de la proporción de empresas que elevan las estimaciones de beneficios frente a las que los recortan. Al mismo tiempo los indicadores de sentimiento han cambiado a neutral y por valoraciones la renta variable global cotiza a más de 16 veces beneficios esperados. No obstante la prima de riesgo implícita en la renta variable está muy por encima de su media a largo plazo en todos los mercados importantes y todavía parece atractiva frente a renta fija.

En este estado de cosas el inversor tiene que mirar alternativas en renta variable de manera selectiva.

En nuestra distribución regional a corto plazo seguimos sobre-ponderando renta variable europea y japonesa. Además, dado el mayor optimismo respecto al crecimiento mundial, elevamos a sobre-ponderar pequeñas y medianas capitalizaciones y sector industrial -una forma barata de aprovechar la mejora-. Nuestro sesgo cíclico se refuerza sobre-ponderando títulos tecnológicos –los fundamentales son sólidos y las valoraciones razonables-. Por otra parte hemos reducido energía a neutral, pues los precios del petróleo van a moverse en banda estrecha y los títulos de energía, con la caída del beneficio por acción, no resultan baratos. Materiales está más barato, pero preferimos mantenernos neutrales hasta que haya pruebas de reactivación económica en China. Sin embargo rebajamos consumo básico a infra-ponderar, principalmente por valoración.

En renta fija mantenemos una posición neutral, dado que las rentabilidades, a falta de presiones inflacionistas, probablemente permanezcan dentro de una banda estrecha. Seguimos favoreciendo deuda italiana y española a largo plazo. Además en renta empresarial de alta rentabilidad los diferenciales siguen siendo atractivos. En divisas estamos neutrales en dólar, pues el ritmo de su apreciación se ha desacelerado.

Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia y Latam.

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