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Columna
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La futura volubilidad

Los escándalos fiscales en la India están tomando mucha velocidad. El Gobierno del país pretende recaudar en impuestos 400.000 millones de rupias (6.400 millones de dólares) aparentemente pendientes de pago. Los abogados creen que los inversores de capital privado extranjero serán los siguientes de la lista. El último cambio en política fiscal sugiere que los inversores deberán tener en cuenta primas de riesgo más altas para protegerse de futura volubilidad.

El Impuesto Mínimo Alternativo en India –equivalente al 20% del beneficio neto ajustado de la compañía– ha estado en vigor en su forma actual desde 1997. Esta carga fue diseñada para asegurar que grandes empresas nacionales como Reliance Industries pagan una cierta cantidad de impuestos. En ese momento, las exenciones implicaban que Reliance y otras compañías no tenían ingresos gravables, aunque reportaban grandes ganancias netas y repartían dividendos.

Hasta ahora, la regla no ha sido aplicada a los fondos extranjeros. Estos ya están sujetos a un impuesto del 15% sobre cualquier beneficio generado por inversiones a corto plazo. Los acuerdos también implican que los gestores de carteras que invierten a través de Mauricio y Singapur deberían estar exentos de impuestos.

La cifra de 6.400 millones de dólares, que puede ser aplicada a unos 6.000 fondos, podría aumentar. La mayoría de las demandas actuales hacen referencia al ejercicio 2012. El código fiscal indio permite a las autoridades retroceder hasta siete años.

Pese a las recientes demandas de impuestos retroactivos por parte de las empresas energéticas británicas Cairn Energy y Vedanta, los inversores han dado al Gobierno el beneficio de la duda que todavía pretendía cumplir con su promesa de acabar con el “terrorismo fiscal”.

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