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Solo era confetti

Salvo por el incidente con la joven que corrió hacia Dragui, se subió a su mesa y le arrojó confeti al grito de "¡fin de la dictadura del BCE!", la reunión de ayer del BCE se saldó sin sorpresas.

El BCE ha decidido mantener sin cambios los tipos de interés y dejar el tipo de referencia de la entidad en el 0,05%, el tipo marginal de crédito en el 0,30% y el tipo sobre los depósitos bancarios diarios en el -0,2%. Su presidente hizo un balance optimista sobre el programa de compras de bonos de la entidad y aseguró, frente a los recientes rumores de que la entidad podría decidir acortarlo, que éste seguirá hasta el final.

Draghi se mostró satisfecho con los primeros resultados de su programa de compras de activos (€-QE) con el que hasta el momento ha comprado bonos soberanos nacionales y supranacionales por un importe de 52.500 millones de €. Reconoció que el debilitamiento del EUR ha favorecido a las exportaciones, pero la evolución de las economías de la Eurozona sigue siendo débil.

Draghi, frente a las recientes voces económicas más ortodoxas que piden la retirada o la desaceleración del ritmo del €-QE mostró su sorpresa por la aparición de ese debate cuando el QE europeo lleva apenas unas semanas en marcha. “Es como si alguien decide correr un maratón y al primer paso se pregunta si va a acabar" fue su sentencia final al tema.

España acaparó parte de la atención de la rueda de prensa y mostró un optimismo sobre la recuperación y la creación de empleo en nuestro país que parecía querer competir con nuestro gobierno. Ello es entendible en este último dado que está a unas semanas de unas elecciones municipales claves y a ocho meses de las generales, y necesita recuperarse de la debacle de las recientes elecciones andaluzas.

No obstante, acabó "afeándole" el elogio al reclama nuevas reformas en el mercado laboral, como si la primera no le hubiera ya perjudicado políticamente lo suficiente al gobierno, pero sin hablar para nada de reformas en los mercados de bienes y servicios que hagan más llevadera la devaluación interna que el propio BCE ha propuesto para nuestro país.

Eso se entiende porque la palabra de moda en el BCE es inflación, bajo la absurda definición del objetivo de inflación como una tasa interanual "por debajo del 2,0% pero cerca del 2,0%". Eso en castellano sencillo es un objetivo del 2,0% (sin "debajo" ni "cerca"). Pero eso sí, los salarios deben bajar y los precios de la vivienda,(la gasolina, la leche, el transporte, los alimentos), y la bolsa subir [1].

Para que la gente no proteste, se parapetan detrás de la palabra deflación, se la demoniza y listo.

España se ha convertido en un ejemplo en las principales sedes de la UE (Bruselas y Fráncfort) y en las capitales de los socios más importantes (Berlín) por las reformas aprobadas, pero mucho nos tememos que cuando hablan de nuestro país, realmente lo están haciendo de Grecia. Ayer el Ministro de Finanzas alemán, Schäuble, culpó al Gobierno griego de haber “destruido” los progresos hechos por las administraciones anteriores en las reformas de la economía griega. “Es una tragedia”, lamentó.

Y luego dicen que, para perjudicarnos, nos quieren comparar con Grecia, cuando a la más mínima oportunidad lo que hacemos es ponernos a su lado.

NOTAS:

  1. He puesto entre paréntesis los ítems que menos les importan pero que si suben mejor, así se ve un IPC al alza y demostramos que el €-QE funciona.

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