La UE acusará a Google de abuso de posición dominante
Google parece condenado a convertirse en la bestia negra de las autoridades europeas, un papel que en la década pasada correspondió a Microsoft. La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, ultima ya un pliego de cargos contra la compañía, una decisión que, según algunas fuentes, podría anunciarse hoy mismo.
Pero la decisión podría retrasarse porque Vestager asiste mañana en Washington a reuniones con sus homólogos estadounidenses.La Administración de Barack Obama ya ha expresado su inquietud ante una ofensiva europea que interpreta como un intento de frenar a gigantes estadounidenses como Google o Facebook.
Otros buscadores y un método más claro
La ofensiva europea contra Google se ha traducido en Francia en una enmienda a la llamada 'ley Macron' (de reformas económicas) que pretende obligar a Google a revelar información sobre su método para jerarquizar los resultados (el famoso y secreto algoritmo) y a facilitar el acceso a otros buscadores.
La enmienda, impulsada por Catherine Morin-Desailly, presidenta de la comisión de Cultura y Combinación del Senado francés, muestra el encono que existe en capitales como París contra el dominio casi absoluto (90%) de Google en el mercado europeo de búsquedas en internet.
Los rivales de Google sospechan que el buscador utiliza su algoritmo para discriminar los resultados y favorecer los de sus propios servicios. La Comisión Europea, sin embargo, siempre ha descartado obligar a la compañía a revelar su fórmula secreta.
Bruselas investiga a Google desde hace casi cinco años por su presunto abuso de posición dominante. Pero hasta ahora había preferido buscar una salida negociada para no embarcarse en un complejo proceso administrativo y judicial que podría tardar años en resolverse y deparar soluciones obsoletas.
Pero algunas capitales, como Berlín y París, han presionado a la Comisión para que endurezca su posición y acuse formalmente a Google de aprovechar su dominio del mercado de las búsquedas para canibalizar otros mercados (desde los mapas a las búsquedas de hoteles). Francia incluso estudia la posibilidad de obligar al buscador a revelar detalles sobre su algoritmo.
Los rivales de Google, entre los que figura Microsoft, también han exigido mano dura a Bruselas y la aplicación a rajatabla del artículo 102 del Tratado de la UE, elmismo que se utilizó para castigar a Microsoft. El pliego de cargos supondrá así el final definitivo de las negociaciones que emprendió el anterior comisario, Joaquín Almunia, para intentar alcanzar una solución amistosa con el popular buscador. La nueva vía resulta potencialmente muchomás peligrosa para la compañía estadounidense porque puede acabar en sanciones multimillonarias (de hasta el 10% de su facturación mundial) o en la imposición de medidas coercitivas de obligado cumplimento.
Satisfacción
Para Bruselas, sin embargo, también supone un camino incierto, plagado de dificultades. La Comisión dedicó casi diez años a combatir el dominio de Microsoft, a la que impuso más de 1.000 millones de euros de multas y obligó a facilitar la entrada de competidores en mercados como la navegación de internet o los reproductores de audio y vídeo. La rentabilidad de ese esfuerzo está en duda ahora que el mercado prácticamente ha acabado con Explorer (el navegador de Microsoft).
Los rivales de Google no disimulaban ayer su satisfacción por la inminente acusación de la CE contra la compañía. “Seguro que Google intenta minimizar la decisión y como otro paso legal en un largo y proceloso expediente que no tendrá ningún impacto en su modo de actuar”, señaló ayer Icomp, una plataforma que agrupa a algunos de los denunciantes de Google.
Desde 2006
Bruselas ha anunciado una docena de pliegos de cargos y “en cada uno de los casos que ha cerrado, la Comisión ha logrado un cambio significativo en el modelo de negocio de la compañía acusada”. La Comisión insiste, sin embargo, en que el envío del pliego de cargos no prejuzga el resultado final de la investigación. Y recuerda que las compañías disponen de amplio margen para defenderse (por escrito y en audiencias orales), además de la posibilidad de recurrir ante el Tribunal de Justicia europeo la decisión final.
El pliego de cargos, asimismo, no impide que se llegue a una solución pactada, aunque ya no sea por la vía amistosa seguida hasta ahora. Bruselas suele ser mucho más exigente con los compromisos que exige a cambio de cerrar un expediente una vez que ha formalizado sus acusaciones. La presión política en torno a Vestager indica que, en esta ocasión, algunas capitales exigirán que sea especialmente dura. El comisario alemán Günther Oettinger, responsable del área digital de la Comisión Europea, ya indicaba el pasado domingo que la intervención de Bruselas contra Google sería “de gran alcance”.