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El Foco
Tribuna
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Los motores del crecimiento

En este año marcadamente electoral, después de los diagnósticos, llega el momento de responder a la pregunta de cómo vamos a construir un proyecto de país que ilusione a la sociedad desencantada y que saque a la gran mayoría de españoles del pozo de la crisis económica que están viviendo. Por consiguiente, en primer lugar, tienen que ser bienvenidas las propuestas económicas que vamos conociendo de las distintas formaciones políticas. Sin embargo, en los albores de este crucial período electoral, parece que hay mucha gente interesada en instalar a la ciudadanía en un falso dilema entre decencia y empleo. Por un lado, la derecha parece querer apoyarse únicamente en que su raquítica recuperación merece olvidar la indecencia de la corrupción, de la sangrante desigualdad, de su capitalismo de amiguetes. Pero, por otro lado, desde la izquierda camuflada parece que se pretende que la indignación frente a la indecencia, que somos muchos mas los que la sentimos, sea el único argumento, que no distinga y que no mire al futuro. Es como si se nos conminase a votar con la nariz tapada o con los ojos tapados. La decencia en la gestión de lo público permite a los contribuyentes ahorrar un buen dinero y a las empresas competir en igualdad y esforzarse en mejorar y no en contactar. Y esa eficiencia del sector público y del sector privado son las bases de un crecimiento sólido y generador de empleo de calidadPero, además, el martes 7 de abril Luis Garicano con Diego Comín presentaron la segunda parte del programa económico del partido político Ciudadanos, que incluye análisis, datos y gráficos interesantes y en el que podríamos encontrar muchos puntos de coincidencia. Como es el caso de la apuesta por la innovación y la transferencia de dicha innovación a las empresas. Es más, muchas de las cuestiones que se apuntan en el citado documento, como es el caso de la red de centros de innovación en coordinación con las Comunidades Autónomas, se diseñaron y pusieron en práctica con los anteriores gobiernos socialistas. Incluso, en materia presupuestaria, la innovación, con los últimos gobiernos socialistas, recibió más recursos de los que hoy exige el citado documento. Efectivamente, se destaca que la apuesta por la innovación (1.000 millones de euros) se pagará con recortes en el AVE. Los autores explican que esa cifra equivale a 70 kilómetros de AVE, pero lo que no revelan es que la mayor parte de la inversión en las obras en marcha ya está comprometida, de forma que una cosa es analizar críticamente lo que ha pasado con el AVE y obtener las consecuentes enseñanzas y otra cosa es determinar qué proyectos concretos es posible paralizar para liberar recursos. Ahora bien, también hay puntos importantes en los que no estamos de acuerdo. Voy con estos últimos. Y es que el partido Ciudadanos, en su alternativa económica, hace propuestas poco rigurosas que comprometen los presupuestos y con ello las políticas de bienestar. Me explico. Por ejemplo, en relación a los autónomos proponen ir eliminando el sistema de módulos y que los que ganen menos del salario mínimo interprofesional (SMI) no declaren IVA, a la vez que todo el mundo pueda desgravarse en IRPF 300 euros en servicios (no dicen qué servicios, ni dan cifras de coste), o introducir flexibilidad en la cuota a pagar a la Seguridad Social, pero se supone, sin adecuar los derechos económicos a las contribuciones.

Mi primera impresión es que el agujero fiscal que genera en las tres vías más importantes de ingresos públicos, IRPF, IVA y Seguridad Social, es enorme. Y aquí radica la fuente principal de diferencias. Ellos realizan continuas referencias a Reino Unido y EEUU, donde todo ese dinero que se propone transferir a las empresas (con más ayudas y menos impuestos) sale de unos menores servicios públicos que nosotros defendemos necesarios para construir una sociedad socialmente cohesionada. Porque sin cohesión social no hay crecimiento sólido. Más concretamente, en cuanto al IVA y los autónomos no se entiende muy bien, pero parece un desatino. Parece decir que cuando se tienen ingresos (¿anuales o mensuales?) inferiores al SMI mensual no habrá que pagar IVA. ¿Esto significa que pretenden conseguir una exención de la UE para los autónomos? Si es así, no le están haciendo ningún favor a los autónomos, sin perjuicio de que nunca conseguirán de la UE que lo autorice porque sería romper la neutralidad del sistema. Pero lo que es políticamente más importante, expulsarían a los autónomos, cuyos clientes son empresarios, del mercado ya que tendrían que facturar más caro, al tener que incorporar al precio el IVA soportado en sus inputs, toda vez que al realizar operaciones exentas no tendrían derecho a deducción. Esto haría que ningún empresario quisiera contratar con estos autónomos porque los empresarios destinatarios de las operaciones quieren precios bajos y repercusión de IVA. Tienen derecho a la deducción del mismo y, por tanto, el IVA soportado no es coste para ellos. Si se están refiriendo solo a autónomos que prestan servicios a consumidores finales (ejemplo: peluquerías, taxis, etc), ello debería suponer prohibir a los mismos la emisión de facturas con IVA repercutido. Sin perjuicio de que veo muy difícil que UE lo autorice, los autores de la propuesta quizás podrían estar pensando en un régimen especial que integre en un sólo impuesto IRPF e IVA. Esto no es nuevo ya que el sistema de monotributo está muy desarrollado en las administraciones tributarias latinoamericanos, caracterizadas por ser economías con alto grado de informalidad y administraciones tributarias poco desarrolladas. Por tanto, no parece que hayan ido a copiar a los países nórdicos precisamente. Hay que recordar que hasta esta idea de Ciudadanos, existía consenso generalizado con la necesidad y conveniencia eliminar progresivamente el sistema de tributación por módulos, que es aplicable al IRPF y al IVA, de los autónomos, precisamente para reducir el fraude y el enanismo fiscal. Lo que proponen, a mi juicio, es aún peor que los módulos.

En cuanto a favorecer el cumplimiento fiscal de los autónomos, relajando requisitos formales, se debería apoyar cualquier medida en este sentido que no supusiese pérdida de seguridad jurídica para el propio autónomo y no impidiese el debido control de sus obligaciones fiscales. Toda propuesta en esta dirección es bienvenida. Finalmente, creo que una alternativa económica de futuro para nuestro país exige tener en cuenta que luchar contra la desigualdad, regenerar las instituciones, apoyar a las empresas y el crecimiento económico, son elementos que se retroalimentan y se necesitan mutuamente. Se trata de poner la igualad y la decencia a trabajar, de entender que los objetivos de redistribución de la renta, de transparencia y participación democrática no son un lujo que sólo se pueden permitir los países más desarrollados, sino que es la base sobre la que construir ese desarrollo al que aspiramos los españoles.

Pedro Saura es Portavoz de hacienda del Grupo Socialista y profesor titular de fundamentos del análisis económico en la Universidad de Murcia

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