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Rascacielos, centros comerciales y coches de gama alta inundan la ciudad

24 horas de lujo en Doha

Sibarita, cosmopolita, moderno, tradicional y lleno de contrastes, Catar y su capital compiten sin complejos para ser el primer destino del lujo asiático.

El monumento de la perla en Doha, capital de Catar.
El monumento de la perla en Doha, capital de Catar.Fotografías de Inma Moscardó

Se dice que no hay nada que el dinero no pueda comprar, y a golpe de talonario y a pasos agigantados Catar se ha reinventado como país y rentabiliza los dividendos del petróleo y del gas natural.

El destino y la naturaleza son caprichosos y en apenas 50 años el emirato ha pasado de ser un inhóspito secarral, cuyos habitantes eran nómadas, pequeños pescadores y comerciantes de las mejores perlas del mundo, a convertirse en el país con la mayor renta per cápita del planeta.

Con apenas dos millones de habitantes y el 80% de su población extranjera, el salario mínimo por ley para los cataríes es de 8.000 euros, y los expatriados cualificados, europeos sobre todo, afirman no quejarse de su destino.

El gran y único aeropuerto del país es en sí mismo un reclamo turístico

Aparentemente también están contentos la gran fuerza laboral que forman paquistaníes, indios o bangladesíes, mano de obra barata y sin cualificar, cuyo salario apenas llega a los 500 o 600 euros.

Casi todo parece brillante y lujoso en Doha. A veces es una ciudad fantasma, donde reinan los coches y los centros comerciales, por supuesto, en ambos casos, de lujo, donde comprar y gastar parece el deporte nacional. Allí se hace mucha vida social y allí también las mujeres cubiertas con la típica abaya eligen lencería de las mejores firmas francesas. El Villaggio es la quinta esencia de este derroche de fantasía y esplendor arrebatado al desierto.

Tanto si va de vacaciones como si está en tránsito y decide darse una vuelta por Doha, necesitará visa. Si no la lleva, se la tramitarán en el mismo aeropuerto en los mostradores de Qatar Airways, la aerolínea bandera del emirato. Allí también podrá contratar un tour guiado de 24 horas (stopover).

Doha es una ciudad muy segura y puede visitarla por su cuenta contratando un taxi –tendrá que regatear–, alquilando un coche o una limusina, según su presupuesto. Ni el calor ni la falta de aceras le invitarán a desplazarse a pie. La capital es una ciudad para moverse y presumir de coche, cuanto más alta gama, mejor.

Piscina del impresionante aeropuerto de Hamad. La terminal es un atractivo más de la ciudad.
Piscina del impresionante aeropuerto de Hamad. La terminal es un atractivo más de la ciudad.Foto cedida por Qatar Airways

Embarque cinco estrellas

El aeropuerto internacional de Hamad, inaugurado a bombo y platillo hace menos de un año, es la principal puerta de entrada a Catar y sede de Qatar Airways. Es un atractivo turístico más tanto para los viajeros en tránsito como para los que van de vacaciones. No se aburrirá dando vueltas por él.

Como casi todo en Catar, su aeropuerto es grandioso y un monumento al diseño, la arquitectura y la ingeniería. El 60% de su superficie está construida sobre terreno ganado al mar. Tiene una extensión de más de 22 kilómetros cuadrados y, de ellos, 600.000 metros cuadrados los ocupa la terminal de pasajeros. Su diseño imita los movimientos de las olas. Otra terminal, la Emiri (16.000 metros cuadrados) está inspirada en las embarcaciones tradicionales, los sambucos.

Hamad es uno de los mayores y más modernos aeropuertos del mundo. Si quiere ir de tiendas, estará en el paraíso y podrá llevarse hasta un Ferrari; si quiere darse el primer lujo del día, visite el bar de caviar –o el segundo, si ha volado hasta Doha en la business de Qatar Airways; si viaja en turista, tampoco le defraudará ni el espacio ni el servicio a bordo–.

Si está cansado o le sobra energía y tiempo, disfrute del spa y el centro de fitness Vitality, para darse un masaje, nadar en la piscina o contratar un entrenador personal. Y si está agotado, podrá echarse una siesta reparadora en una de las habitaciones del hotel del aeropuerto. Reservas desde tres horas mínimo.

Como todo nuevo rico que se precie, en este lujoso aeropuerto no podían faltar las extravagancias: una figura gigante de peluche del oso Teddy, que además es una lámpara y una de las 28 obras de arte que decoran Hamad, adquirida por la familia real por seis millones de euros. La foto turística es evitable.

Playa de Katara, con jaimas que se pueden alquilar.
Playa de Katara, con jaimas que se pueden alquilar.

Las joyas de la bahía

El archipiélago artificial conocido como La Perla (The Pearl Qatar), con sus cuatro millones de metros cuadrados a expensas del mar y sus palmerales al viento del desierto, es probablemente la imagen más reproducida y fotografiada desde el aire de Catar.

Un megaproyecto inmobiliario en Doha donde se alzan una imponente arquitectura de torres junto a espectaculares residencias de lujo, hoteles de cinco estrellas, tiendas de firmas internacionales y un puerto deportivo para yates que quitan el hipo.

El proyecto cuenta con nueve islotes privados y una sofisticada inmobiliaria que reproduce a escala las islas y comercializa desde los apartamentos con vistas –desde 450.000 euros– hasta las más sugestivas mansiones.

un grupo de mujeres cataríes paseando por la cultural Katara.
un grupo de mujeres cataríes paseando por la cultural Katara.

La Corniche es un gigantesco paseo marítimo desde donde se divisa el imponente skyline de Doha. Enormes rascacielos de acero y vidrio firmados por famosos arquitectos. Una treintena de magníficos edificios emergen hacia el cielo entre grúas que auguran más construcciones.

Pruebe a disfrutar de algunas de las espectaculares vistas de la ciudad desde alguno de ellos. Allí esta la inmensa fuente de La Perla, un homenaje a los aljófares que hicieron tan famoso al emirato tiempo ha. Desde allí también podrá contemplar los preciosos dhows, típicos y antiguos barcos de pesca de madera, hoy utilizados para salidas de pesca o paseos panorámicos desde el mar para turistas.

Capital cultural del Golfo

Al este de Doha sorprende Katara, un pequeño pueblo con sus típicas callejuelas y su modernas infraestructuras culturales. Katara es una ciudad dentro de Doha y aspira a convertirse en capital cultural del Golfo. No será por falta de medios. Allí se ha construido un soberbio anfiteatro al aire libre, imitando las antiguas gradas romanas, con la mejor acústica para conciertos y ópera. Katara alberga también galerías de arte y exposiciones singulares y es la sede de varias instituciones, como Qatar Music Academy.

Le sorprenderán sus majestuosas y gigantescas Torres de las Palomas. Muy cerca está su espectacular playa privada, un arenal de más de 1,5 kilómetros donde, en lugar de tumbonas, podrá alquilar una refinada jaima –tiendas del desierto– para pasar el día, disfrutar de un mar turquesa o realizar actividades acuáticas y deportivas. Ideal para ir con niños.

Los museos –muchos de ellos gratuitos– son el otro activo cultural de Catar frente a sus vecinos. El Museo de Arte Islámico, un impresionante edificio de 278 millones de euros firmado por Ileoh Ming Pei, el mismo que diseñó la pirámide del Louvre, alberga una gran colección de cerámica, tapices y manuscritos antiguos.

Curioso es el Museo del Armamento y su gran colección de espadas y dagas de oro y plata, consideradas auténticas joyas de orfebrería. Hay que pedir cita previa para acceder a el.

Un zoco singular 

Ordenado e impoluto, Souq Waqif, el antiguo zoco de Doha, le defraudará si espera encontrarse algo similar a los grandes bazares de Marruecos o Egipto, pero le sorprenderán gratamente sus animadas calles principales, salpicadas de terrazas, restaurantes, bares y espacios para disfrutar de una sisha –pipa de agua– y mezclarse con la población local. La zona más colorida del mercado es la dedicada a los animales, en especial la destinada a los pájaros, con los impresionantes halcones a la venta, que en Catar son venerados.

En las tiendas no encontrará gangas ni casi nada que no pueda comprar en cualquier otro lugar del globo, salvo vestidos tradicionales o sedas divinas diseñadas –o copias– por las grandes firmas. Telas con estampados a lo Versace con un toque de lujo para, de vuelta a casa, adornar con todo glamour mesas, camas o sofás y sorprender a propios y extraños.

Un coche de lujo con matrícula de capricho.
Un coche de lujo con matrícula de capricho.

Guía para el viajero

Cómo ir. El avión es la mejor opción para llegar a Doha y Qatar Airways, la compañía más probable en la que acceda, ya que cuenta con el mayor número de vuelos y escalas en la ciudad y vuela a más de 146 destinos en todo el mundo, entre ellos, Madrid y Barcelona (Qatarairways.es).

Atentos a... Catar es un país musulmán y, aunque la observancia de la ley coránica no es tan estricta como en otros países, conviene ser respetuosos y discretos. Las mujeres no están obligadas a cubrirse, pero en público es mejor no lucir en tirantes, shorts o minifaldas. En las playas se permite usar biquini.

Excursiones. A 84 kilómetros al oeste de Doha, Dukhan es famosa por sus bonitas playas, pero también por los importantes yacimientos petrolíferos que hay en sus alrededores. La zona de perforaciones está abierta a los turistas para contemplar cómo se extrae y brota el oro negro.

Mundial 2022. Dice el refranero popular que el dinero y los santos hacen milagros, pero más ha debido influir el primero que los segundos para que, por primera vez en la historia del fútbol, la Copa se juegue en otoño con final probable el 18 de diciembre. Catar continúa con sus obras ajeno a la polémica.

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