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La caída del euro amortigua los beneficios

Petróleo barato, ¿un pequeño alivio para el bolsillo del consumidor?

Beneficios bajos precios petróleo

En un país claramente dependiente del petróleo como es España, la bajada de precio es una muy buena noticia económica. Se reduce el valor de las importaciones, ayuda a equilibrar las balanzas comerciales y hace más competitiva su industria. Todo esto tiene beneficios para el ciudadano, pero no los percibe rápidamente. Sí lo nota en la compra de algunos productos y servicios, especialmente los combustibles. En el último cuatrimestre sí notó una importante y paulatina bajada del precio que llegó a su punto máximo en el cierre de 2014 y arranque de 2015, acercándose el precio de la gasolina en las estaciones más económicas a 1,05 euros por litro. En ese momento coincidía por un lado la caída importante del precio del crudo y que el euro se mantenía por encima de la cuota de 1,20 dólares al cambio. La estabilidad del petróleo y la subida del dólar (actualmente con una cotización de 1,07 dólares/euro) ha llevado a un repunte rápido e importante que ha llevado a que la gasolina supere los 1,25 euros/litro.

Gasolina, transporte y mensajería

Aun así, los que hayan utilizado el coche esta Semana Santa lo han hecho un 10% más barato que el año pasado. Un impacto que se nota en el crecimiento del tráfico por transporte privado y como ha constatado la última Estadística de transporte de viajeros del INE publicada el 13 de marzo una caída de los medios de transporte públicos. Estos también un impacto positivo para el consumidor, especialmente en los desplazamientos de media y larga distancia como autobús o avión.

De todos ellos, el avión es el que más repercute con suplementos el petróleo caro. Con la bajada de combustible no sólo desaparecen estos suplementos sino que también hay más margen para la bajada de precio de los billetes, abaratando desplazamientos internos y externos. Algo parecido ha ocurrido con las empresas de mensajería y transporte, que han dejado de cobrar suplementos abaratando costes que se trasladan a todas las empresas y negocios.

Pequeño impacto en la factura del gas, nulo en el de la luz

En el coste energético más allá del transporte no tiene un impacto importante de hecho ha empezado el año de forma contraria, subiendo el recibo en un 5%. El nuevo sistema de tarifas domésticas, puesto en marcha el pasado año, liga de forma directa el precio de la factura de la luz al comportamiento del mercado mayorista el cual se rige con un mix de fuentes energéticas (renovables, nuclear y combustibles fósiles). De todas ellas, tienen más peso las primeras (eólica, hidráulica), las que tienen precio más económico y que son las que marcan más las diferencias de precio. Si hay ausencia de lluvias y viento el kilowatio sube y el impacto de una bajada del precio del gas, que se usa en centrales de ciclo combinado no amortigua la variación en la generación de combustible de las renovables. Si ha tenido un impacto positivo el consumo directo de gas, tanto el gas natural con un 3% menos a principio de año y otro 2,55% desde el 31 de marzo o el butano que bajó su precio un 9,7% el 15 de marzo.

¿Qué puede pasar en el futuro?

La tendencia del dólar es al alza por lo que puede hacer subir el precio de los combustibles si éste se mantiene estable. Pero muchos estiman que éste puede bajar: la menor demanda en estos meses de verano, el posible acuerdo nuclear con Irán o la mayor producción de petróleo de fracking puede empujar el petróleo a la baja. Si fuera así, el consumidor podrá comprar combustible más barato este verano con respecto al año pasado

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