‘Hostels’, la aventura de mochileros que gusta a los inversores
De los jóvenes barbudos y mochileros a las familias con hijos, el universo de los albergues juveniles o hostels se ha renovado en la última década. Lejos quedan las instalaciones situadas a las afueras de las grandes ciudades, hoy se descubren en las principales arterias de las grandes ciudades y se han transformado en puntos de atracción culturales y gastronómicos para los millenials, una nueva generación –los nacidos entre 1981 y 1995– más pendiente de gastar menos en el alojamiento y más en el ocio. Además, han logrado llamar la atención de inversores y fondos como activo inmobiliario.
La gestora de fondos Invesco compró en noviembre del año pasado un 23% de Generator Hostels, una de las cadenas de albergues urbanos más importantes de Europa, por 60 millones de euros, con los que la compañía potenciará sus planes de expansión. Generator está presente en ocho ciudades europeas, entre ellas Barcelona. Carl Michel, executive chairman de Generator reconoce que “están buscando ampliar su oferta en España” y destaca que Madrid “es el paso más lógico pero hay otras localizaciones, como Valencia o Ibiza” en su punto de mira. Su accionista principal es Patron Capital Partners, que gestiona activos por importe de 2.500 millones de euros.
“Los albergues están generado interés por parte de los inversores”, afirma Bruno Hallé, socio-director de Magma Hospitality, quien reconoce que “el sector se está profesionalizando y se está creando un modelo de negocio potente”. St. Christopher es otra de las principales cadenas europeas, presente también en Barcelona y en otras 10 ciudades. La enseña, que da importancia en sus alojamientos a la restauración, pertenece al grupo británico Bed and Bards, que reconoce que el 46% de su facturación de 2013 provino de los ingresos de acomodación y un 41% de los bares.
Junto a estas cadenas, hay enseñas nacionales como Equity Point, que cuenta con tres albergues en Barcelona, y presencia en Nueva York, Londres, Lisboa, Marrakech, Praga y Gerona.
El cliente extranjero manda
El 92% de los clientes de Twentytú son extranjeros, algo que se repite, aunque de menor forma en el resto de establecimientos. Por nacionalidades, son los australianos y estadounidenses los más asiduos al tener un año sabático en el periodo universitario que aprovechan para viajar. Junto a ellos también han familias con niños, que prefieren alojarse en una única habitación. “La media de edad del cliente ha aumentado en la última y ahora se buscan más habitaciones triples o de cuatro”, apunta Clara Puig, de Point Equity, que reconoce que este cambio ha sido impulsado por la gestión de las reservas a través de la plataforma de reservas Booking.
El creciente éxito del sector ha impulsado además la aparición de nuevas empresas que han descubierto un nicho aún por explorar dentro de los alojamientos. En 2013, la enseña Room007 abrió las puertas de su primer hostel en el centro de Madrid al que le siguió el año pasado otro más. “Pensábamos en los backpackers (mochileros) pero la percepción que tienen de nosotros es la misma que la de un hotel, lo único es que no tenemos servicio de habitaciones”, afirma Ignacio Requena, del grupo Requena y Plaza y responsable del proyecto.
Toc Hostel, por su parte, tiene tres establecimientos situados en Madrid, Barcelona y Sevilla, que registran ocupaciones de entre el 70% y el 80%. Desde la compañía reconocen que no tienen proyectos de expansión concretos pero que están buscando "inmuebles atípicos".
Desde U Hostel, que cuenta con un establecimiento en Madrid, desvelan que están analizando crecer tanto fuera como dentro de España pero que dependerá de las oportunidades que encuentren. Requena, por su parte, asegura que Room007 “está en plena pelea por un par de ubicaciones dentro de la península”.
La apuesta por el diseño y las actividades culturales son algunas de las bazas del sector. Twentytú Hi-TEch Hostel es un albergue juvenil de la ciudad Condal que ha apostado por dotarse de soluciones tecnológicas que fomentan la eficiencia energética y que ha logrado el certificado Biosphere de turismo responsable de la Unesco, el primero que se concede a un hostel. “Hemos querido demostrar que el diseño y el precio no están reñidos con hacer las cosas bien y que se puede apostar por la responsabilidad social”, afirma Ignasi Uñó, administrador del establecimiento.
Según datos oficiales, en Cataluña hay 213 albergues con unas 20.000 plazas de alojamiento. De ellos, unos 100 están en Barcelona. El problema, según apuntan fuentes del sector, es que junto a ellos ha crecido una oferta ilegal, que no cuenta con los permisos pertinentes o que las licencias de las que disponen no se ajustan a la oferta que ofrecen. “Por cada plaza legal se estima que hay una ilegal”, apunta Carles Gras, de Equity Point, quien critica además que no hay capacidad de inspección suficiente para frenarlo.
Camas por entre 12 y 100 euros
Las claves de modelo de negocio son sus bajos precios: camas desde 12 euros, en habitación compartida, y hasta 100 euros la habitación doble con baño, wifi gratis, desayuno incluido, diseño y zonas comunes. ¿Sale rentable ofrecer camas a ese precio? Bruno Hallé destaca que la inversión en un hostel es entre un 30% y un 40% inferior a la de un hotel, porque el inventariado necesario en los albergues es más reducido y los costes son más bajos. Aunque hay excepciones, Ignasi Uñó, administrador de Twentytú, asegura que la inversión realiza en su caso “ha sido superior a la de un hotel de cuatro estrellas”.
En el sector diferencian además entre varios tipos de albergue, “los hay en los que el viajero duerme tranquilamente por la noche” y en los que se apuesta por la restauración, con restaurantes abiertos al público general.