El tráfico marítimo, clave en comercio exterior
En estos tiempos de recuperación económica que vivimos, la optimización de costes y la adaptación estratégica en los procesos de internacionalización y logística son claves para la supervivencia en el mercado. Por ello, a la hora de dar el paso fuera de nuestras fronteras, las empresas no sólo deben plantearse concienzudamente hacia dónde quieren llevar sus negocios, sino también qué recursos necesitan para conseguirlo. Es evidente que una empresa se plantea su expansión hacia mercados exteriores cuando el mercado local se encuentra limitado y no le permite crecer. Sin embargo, la internacionalización permitirá el crecimiento fuera de las propias fronteras siempre y cuando se elabore una estrategia correcta para su desarrollo.
Para elaborar una estrategia de internacionalización eficaz y competitiva a nivel global se debe tener en cuenta el mercado al que la empresa se dirige y su entorno jurídico, fiscal, laboral y económico. Además, se debe estudiar en detalle el coste teórico para situar el producto en el mercado elegido, tanto la elección del medio de transporte idóneo como las exigencias en documentación para la entrada al país, aranceles de aplicación, posibles inspecciones y otros contingentes aduaneros que deben ser conocidos previamente. Por los motivos mencionados, la logística será la llave para que la internacionalización tenga éxito.
Aplicado al sector de las pequeñas y medianas empresas, resulta muy importante conocer correctamente las condiciones de venta (Incoterms) para así determinar el transporte o transportes que intervendrán en cada operación, las obligaciones y las responsabilidades de cada una de las partes. De esta forma, se conseguirá un diseño correcto de la operación.
En el tráfico internacional de mercancías, resulta imprescindible el diseño logístico de una operación para obtener una mejora de costes, cumplimiento de tiempos y previsión de trabas que se pudieran producir en el desarrollo del proyecto. Por ello, la elección de un operador experimentado en las zonas de influencia es de gran importancia.
Los diversos tipos de transporte se adaptan a la naturaleza de los productos, plazos de entrega y posibilidad de acceso al destino final, y el uso del transporte multimodal resulta imprescindible en muchas ocasiones. Independientemente, debemos destacar que el transporte marítimo sigue siendo uno de los pilares del tráfico global, representando el 80% del volumen del comercio mundial y siendo su tendencia claramente ascendente.
En nuestro país el sector marítimo está mostrando signos de recuperación, con Asia y diversos países de Sudamérica jugando un importante rol en su resurgimiento. Y es que este tipo de transporte presenta numerosas ventajas bien conocidas por las empresas exportadoras e importadoras, como son el ahorro de costes, la flexibilidad de materiales por la diversidad en el tipo de buques y el envío de grandes cargas, así como su transporte en medios adaptados y seguros, entre otras.
Además, según análisis de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, con la mundialización, ha aumentado el comercio de bienes intermedios, los niveles de consumo y producción (sobre todo en áreas en desarrollo) y el incremento de los tipos de carga susceptibles de transporte en contenedores marítimos. Todo ello, unido al efecto del ascenso de China en la cadena de valor del sector manufacturero mundial, provoca un cambio y un aumento del comercio con uso de contenedores y de las cadenas de suministro subyacentes.
Entre otras conclusiones extraídas por esta conferencia, asimismo es destacable señalar que el reciente reequilibrio de los flujos de contenedores (la ruta este-oeste, en dirección este) y la terminación de la ampliación del canal de Panamá por un valor de 5.300 millones de dólares prevista para 2015, tienen consecuencias directas para el comercio en contenedores marítimos.
La exportación, uno de los motores durante la crisis económica en España y de importancia vital para numerosas empresas, unida a una estrategia logística adaptada a cada mercado resultan clave en nuestra competitividad comercial. En un mercado global, donde la conectividad en el ámbito del transporte y la capacidad de asociación comercial en cualquier parte del mundo resultan de gran relevancia para el crecimiento empresarial, el tráfico marítimo supone una de las mejores herramientas para conseguir llegar a los socios internacionales a través de los océanos.
Enrique Patuel es consejero delegado de ABQ