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Tribuna
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Digitalización y políticas activas de empleo

En España se han aplicado en los últimos tiempos numerosas medidas, estrategias y programas para intentar superar la crisis económica y avanzar en la generación de empleo. Sin duda, de la resolución de las mismas por parte de todos los agentes sociales y de las instituciones dependerá el futuro no sólo de nuestro tejido productivo sino también de la sociedad española.

En sus recomendaciones de política económica para España de junio de 2014, la Comisión Europea mostró su preocupación por la “elevadísima” tasa de desempleo de nuestra economía, especialmente entre los jóvenes y los parados de larga duración, e instaba a los poderes públicos a modernizar y mejorar tanto las políticas activas como los servicios de empleo.

La entidad que dirijo comparte esta inquietud y, fiel a su misión de impulsar el uso de las tecnologías digitales para una mayor competitividad de la economía española, acaba de presentar el estudio Digitalización y políticas activas de empleo. Este informe examina el potencial que ofrece la digitalización para modernizar los sistemas públicos de empleo y su utilización como piedra angular para la mejora de las políticas activas.

El actual contexto de restricción presupuestaria otorga a los procesos de digitalización un papel decisivo para incrementar el impacto de las políticas activas de empleo, mejorar la eficiencia y la eficacia de los programas de empleabilidad y reinserción, así como monitorizar su comportamiento en tiempo real. No obstante, la digitalización debe ser complementaria a un proceso general de modernización del servicio público de empleo para evitar que los colectivos más afectados por la crisis -como los parados de larga duración, de edad avanzada y sin formación- queden excluidos de esta dinámica.

El alto riesgo de que este grupo de desempleados se convierta en permanentemente inactivo es alto y la sociedad española no puede permitirse un coste social tan elevado. De ahí la urgencia de incrementar la alfabetización digital de los parados de larga duración, que en su mayoría son mayores de 55 años con una baja e incluso nula inclusión digital. La recesión está mostrando su cara más amarga con este grupo de población y la formación en competencias digitales permitirá alcanzar mayores niveles de recolocación.

Las nuevas tecnologías son el aliado perfecto para instrumentar y consolidar la colaboración público-privada mediante una mayor coordinación entre las diferentes Administraciones Públicas que actúan en el mercado de trabajo a nivel estatal y el sector privado. Es por ello que el nuevo portal público de empleo debería incluir también todas las ofertas que se publican en España, incluidas las de los portales privados mediante referencia directa o indirecta, a través de enlaces.

Otras tecnologías, como el big data y las aplicaciones cloud, también pueden contribuir al mejor funcionamiento del Sistema Público de Empleo al agilizar trámites burocráticos, reducir el coste de los programas, asignar más eficientemente los recursos e individualizar la atención a los desempleados.

Un uso intensivo de las TIC permitirá así extraer la máxima eficacia y eficiencia de las políticas activas de empleo, monitorizar su comportamiento en tiempo real y, en definitiva, gestionar mejor los escasos recursos existentes. Si bien en España ya se está avanzando con medidas concretas en este sentido, no podemos obviar las medidas implementadas por países como Alemania, Austria, Francia y Reino Unido, que ya han adaptado las nuevas tecnologías a la estructura de los sistemas públicos de empleo en dos ámbitos: la modernización general de la oferta de servicios para los usuarios y las funciones de back office. En el primer caso se han desarrollado estrategias multicanal y se han ampliado los servicios prestados con un bajo coste, lo que ha permitido reasignar recursos en otras áreas a la vez que se reducían gastos sin perjudicar la actividad. En el segundo se han implementado estrategias de automatización y de integración para simplificar los procesos administrativos. Todos ellos están consiguiendo unos resultados más que aceptables en términos de satisfacción de los usuarios y de transición al empleo.

Puede ser muy útil que los diferentes sistemas públicos de empleo españoles incorporen aquellos dispositivos y herramientas que mejores resultados han proporcionado en esos países, como el registro online de los demandantes de empleo, la orientación individualizada o aplicaciones móviles que faciliten la búsqueda de empleo a los parados que no tengan acceso fijo a la red.

Andres Pedreño es director del Observatorio ADEI

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