Una formación profesional válida
El ambicioso informe del Círculo Cívico de Opinión sobre La Formación Profesional (FP) Ante el Desempleo sostiene la necesidad de corregir las políticas de oferta. Y ello para adaptar la formación a las necesidades del mercado laboral con amplitud de miras, sin ceder a la tentación de favorecer a políticos y empresarios locales, en lugar de atender a la optimización del futuro de los individuos, y también adaptar los niveles y las especialidades a las diversas capacidades de los alumnos, de forma que no nadie quede excluido de la formación. Además se debe mejorar el atractivo de la educación post-obligatoria, para presentarla como opción inteligente y equivalente al resto de los estudios superiores. Igualmente, no se debe cejar en el empeño de reducir el abandono escolar prematuro y revisar la recuperación de quienes no consiguen el grado de ESO, así como extender los programas de formación dual, con un protagonismo más activo de las empresas y con fórmulas que permitan superar las limitaciones de un tejido productivo en el que predominan las micropymes. A ello se ha de sumar la siempre deseable mejora de la calidad y la reforma de los subsistemas de formación ocupacional y continua, de acuerdo con las necesidades laborales y de fomento de la competitividad. Son objetivos claros, que deben orientarse sin duda al mercado laboral.