“El biosimilar es un 25% más barato que el fármaco de marca”
Asegura que, gracias al nuevo mercado de medicamentos biológicos sin patente, la compañía puede crecer un 20% anual en ventas. Apunta a que los médicos cederán en sus reticencias hacia estos productos merced a la práctica clínica
Esta compañía familiar catalana acaba de comenzar a comercializar en España el primer biosimilar (medicamento biológico sin patente) de un anticuerpo monoclonal para enfermedades como artritis reumatoide, colitis ulcerosa o psoriasis. Raúl Díaz-Varela (Barcelona, 1968) pertenece a la segunda generación al frente del grupo químico Indukern y es el primer ejecutivo de su división farmacéutica Kern Pharma, nacida en 1999. En 2014 facturó 172 millones, casi el doble que en 2007, y este jueves anunció la ampliación de sus instalaciones de Tarrasa (Barcelona) para seguir creciendo. La empresa, en los últimos meses, ha comprado las compañías Gynea (especializada en fertilidad) y KPS (cosmética y estética). En el negocio de los biosimilares entra gracias a una licencia de la compañía coreana Celltrion y a la vez que Hospira (grupo Pfizer).
Pregunta. ¿Por qué apuesta por el mercado de los biosimilares?
respuesta. Lo consideremos un éxito, una oportunidad y un reto, al ser de los primeros en este mercado. Obviamente, un biosimilar no es un genérico, pero sí hay que entender que es un tipo de producto complementario a estos y que también son el resultado del vencimiento de una patente. Por tanto, parece tener sentido que muchas de las compañías de genéricos entren en el negocio.
“Miramos cómo entrar en EE UU”
P¿Qué planes internacionales tienen?
R. No hemos parado de centrarnos en el exterior. Está en los genes familiares, de que había que salir fuera para poder crecer. Ya llegamos a 50 países. El sueño de cualquier compañía de genéricos es estar en EE UU, porque es el 50% del mercado mundial. Siempre miramos la oportunidad de entrar en EE UU.
P. ¿Apostarán por la I+D propia?
R. Tenemos algún proyecto para la empresa Gynea. También con alguna molécula que hemos adquirido y que estamos intentando desarrollar.
P. ¿A qué cuota de mercado aspiran?
r. El 20% o el 30% al cabo de dos o tres años. Es verdad que son medicamentos que tienen reglas de utilización y sustitución distintas y por tanto no va a ser tan rápido como los genéricos.
P. Claro, porque deben convencer al médico. Un biosimilar no es exactamente una copia del producto biológico. ¿Cómo les van a convencer de que es equivalente?
r. No tenemos que convencerlos nosotros. Al médico lo único que le explicamos es que es una terapia aprobada por la Agencia Europea del Medicamento, que ya ha demostrado su seguridad, calidad y eficacia y, por tanto, es un tratamiento que sirve para la misma enfermedad y que es más económico. El médico es perfectamente consciente de que el sistema sanitario tiene que hacer sus equilibrios y que a veces tiene que dar un fármaco más barato para luego introducir otros innovadores.
P. ¿Pero hay reticencias?
r. Como cualquier sector novedoso necesita un tiempo de información y la práctica clínica va a ser la que lleve al convencimiento de los profesionales. No voy a aceptar que se dude de la calidad y seguridad de los medicamentos que aprueban los organismos reguladores de los países. Igual de bueno tiene que ser el biosimilar que lanzamos que el biológico que fuese aprobado en su día a la marca.
P. ¿Cuánto cuesta desarrollar un biosimilar?
r. Mil veces más que un genérico. Estamos hablando de 500 millones de euros, debido a los ensayos con multitud de pacientes. En genéricos, con 80 pacientes como máximo era suficiente. Ahora hablamos de miles de enfermos, por lo que el coste se dispara. Y no solo es el desarrollo, sino las instalaciones industriales que hay detrás.
P. Eso dificulta que haya empresas de genéricos que entren en ese negocio. ¿Veremos pocos actores?
r. Hay grandes empresas, como Teva o Sandoz, capaces de hacer grandes inversiones. Está habiendo empresas de Corea que comienzan desde cero, también algunas farmacéuticas innovadoras, que cuentan con algún medicamento para una terapia, pero deciden también que quieren tener la versión sin patente. En breve veremos lanzamientos de empresas innovadoras con biosimilares. Kern se planteó el proyecto de biosimilares hace años, vio que era excesivamente grande para su capacidad de inversión y al final llegó un acuerdo de comercialización.
P. La industria innovadora, ¿entrará fuerte?
r. Sí. Hay algunas empresas, como Lilly o Pfizer, que acaba de comprar Hospira, que apuestan por los biosimilares, como ha ocurrido con el negocio OTC (sin receta). Quieren abarcar todas las áreas que tienen que ver con salud.
P. Económicamente, ¿qué supondrán estos nuevos productos?
r. No tenemos cifras porque es un futuro incierto, ya que es un mercado nuevo. Pero sí esperamos crecimientos del entorno del 15% o 20% de toda la compañía gracias a esta nueva actividad.
P. ¿Cuánto más barato es un biosimilar para la sanidad?
r. En genéricos, la rebaja es de un 40%. En el biosimilar, hemos conseguido que sea un 25% más barato. Es un ejemplo de que seguramente el resto bajará sobre este nivel, pero no lo sabemos porque no hay una reglamentación.