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Ni Santander ni BBVA se están dando prisa por incluirlos en su oferta de productos

Planes Ahorro 5, ni chicha ni limonada

Buena fiscalidad, baja rentabilidad como inversión y escasa duración para un complemento a la jubilación

Thinkstock

El año 2015 se estrenaba con no pocas novedades referidas al ahorro de cara a la jubilación: rescate a los 10 años, disminución de las aportaciones máximas, etcétera, etcétera, y el estreno del denominado Plan Ahorro 5.

Si bien todo el sector reclamaba incentivos para la generación de hucha a largo plazo, esa unanimidad se rompió cuando se conoció la fórmula que incluía la última reforma fiscal, ya que el Gobierno se descolgó con un producto que, para gran parte del sector, no es ni de ahorro de cara a la jubilación ni una inversión que dé rentabilidad interesante. Es decir, ni una cosa ni la otra.

Está concebido como un vehículo de previsión, si se mantiene un mínimo de cinco años, ya que es entonces cuando aparece la ventaja fiscal en la que se basa su atractivo. Este plazo para unos es demasiado tiempo para los escasos rendimientos que ofrece –entre el 1% y el 2%, dado que está obligado a garantizar el 85% del capital–, y demasiado poco tiempo si el objetivo es guardar para la vejez. De hecho, desde el sector de ahorro previsión se evita considerar a los planes Ahorro 5 de la “familia”, empezando por la propia patronal Inverco.

Ante la pregunta de si este producto es una buena manera de ahorrar de cara a la jubilación, Enrique Borrajeros, presidente del comité de comunicación de EFPA España, contesta: “Rotundamente, no. Ni el horizonte temporal, ni los requisitos de garantía y, por tanto, de rentabilidad, son los aconsejables para planificar la jubilación”, y apunta que, “para los plazos en los que el producto está recomendado, una cartera de fondos de inversión bien diversificada y gestionada será siempre preferible”.

Miguel Ángel Bernal, coordinador del departamento de investigación del Instituto de Estudios Bursátiles, por su parte, también lo tiene claro: “No resuelve el problema de la jubilación, pues los tipos que se barajan son muy bajos. No es un producto de previsión, sino más bien de ahorro fiscal; solo me parece interesante para perfiles muy conservadores, con estabilidad financiera, que no tengan que hacer uso de ese dinero”.

Lo cierto es que bajo el reclamo de que la rentabilidad no tributa si se mantiene el producto cinco años, las entidades han empezado a presentar los primeros productos que permiten una aportación máxima de 5.000 euros anuales. VidaCaixa no se lo pensó dos veces y desde el 2 de enero empezó a comercializar la Cuenta Caixafuturo Sialp, “un seguro de vida ahorro dirigido especialmente a aquellos clientes que desean ahorrar de forma sistemática”, y prometiendo “liquidez inmediata, sin penalización” y “rentabilidad garantizada”.

¿Cuenta o seguro?

Se puede articular a través de seguros individuales de vida a largo plazo (Sialp) o mediante una cuenta individual de ahorro a largo plazo (Cialp). En el primer caso, la garantía corre a cargo de la Dirección General de Seguros y Planes de Pensiones, mientras que la cuenta ahorro está sujeta al Fondo de Garantía de Depósitos.

A la hora del vencimiento, los seguros se pueden reinvertir en un nuevo seguro por la totalidad y no tributar por ello. En el caso de la cuenta, siempre se produce el desembolso.

Uno de los últimos en lanzarse al ruedo ha sido Bankia. Su Depósito Ahorro 5, un vehículo que, según se hace hincapié desde la entidad, “permite fomentar el ahorro complementario para la jubilación”, ofrece una remuneración del 1% TAE a un plazo de cinco años y un día.

El Sabadell, por su parte, ha presentado Cuenta Ahorro 5 Cialp, al 1%, como un instrumento que “le permite ahorrar para hacer realidad todos aquellos proyectos que tiene en mente: un coche, la universidad de sus hijos, unas reformas en casa, un máster”.

Banco Popular también ha apostado fuerte y su seguro Ahorro Bonificado Creciente Sialp promete una rentabilidad garantizada del 2% para el año 2015 y “una bonificación creciente que puede llegar hasta el 8% del total de las aportaciones realizadas”, según la entidad.

En cuanto a las aseguradoras, Mapfre anunció hace semanas Garantiza Beneficios, “una oportunidad de ahorro muy interesante para cualquier perfil de inversor, siendo complementario a los productos de jubilación y de ahorro”, señala Elvira López de Lara, subdirectora de desarrollo de negocio, gracias a que este seguro individual de ahorro a largo plazo garantiza un tipo de interés técnico del 1,75%, además de participación en beneficios. “Esto supone que, si suben los tipos de interés en los próximos años, la rentabilidad del producto también se incrementaría”, aclara.

Otras aseguradoras, como Aviva España, anuncian que desarrollarán estos productos a corto plazo, “de cualquier forma, en general, nos parecen más atractivas opciones de ahorro a más largo plazo que permitan mayor diversidad de opciones de inversión y mejores expectativas de retornos de la inversión”, asegura José Manuel Jiménez, director de marketing de Aviva España.

Aegon, por su parte, también está inmerso en el diseño y desarrollo de un producto con estas características.

Los primeros productos enmarcados en el Plan Ahorro 5 llevan ya semanas en el mercado sin que, sin embargo, algunos gigantes del sector del ahorro se hayan decidido a hacerlo. Es el caso del Santander, que desde principios de año anunció el lanzamiento, o el BBVA. Ninguna de las dos entidades financieras, líderes junto a CaixaVida en planes de pensiones, se están dando prisa por incluir estos nuevos planes entre su cartera de productos.

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