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Su uso marginal se está disparando

¿Llegó la hora del alquiler con opción a compra?

Alquiler con opción a compra

El alquiler con opción a compra repunta, pero siempre desde un uso muy marginal. Ni en el momento del boom inmobiliario ni en los duros años de bajada de precio esta fórmula ha triunfado por diferentes motivos, entre los que destaca incentivos negativos para ella e inseguridad en los precios.

Por un lado, la eliminación de la desgravación de las viviendas actúa como estímulo. Aunque afecta al bolsillo del consumidor, lo cierto es que también actuaba como distorsionador del mercado, afectando a otras fórmulas de acceso a la vivienda. ¿Por qué alquilas si comprando desgravas a Hacienda y al final la vivienda acaba siendo tuya? Esta es la pregunta que muchos hacían cuando alguien hablaba de alquilar una casa y que llevó, a que muchos optaran por esta fórmula de acceso a la vivienda que no era la mejor y que ha llevado a muchos problemas posteriores (impagos hipotecarios, desahucios…). El final de la desgravación quita estímulos a la compra y ayuda a elegir con mayor equidad otras formas de acceso a la vivienda como es el alquiler con opción a compra.

Desde luego, en el momento de la compra, no tener una ayuda fiscal desincentiva, pero el problema está en que a la hora de elegir se evaluaba el momento inicial y era más rentable comprar desde el principio de la operación.

Estabilidad en los precios

Otro punto principal es la estabilidad en los precios. En momentos de alza fuerte y tampoco en los de baja, el alquiler con opción a compra, está con un precio estipulado, funciona, tanto en la oferta como en la demanda. En el lado de la oferta, afectó su desarrollo “pre crisis”. Es decir, el vendedor no tenía ningún estímulo para dejar cerrado la venta de un edificio cuando tenía por un lado un enorme número de vendedores interesados y por otro lado los precios no dejaban de subir. Los promotores vendían rápido para con ese dinero volver a endeudarse en nuevas operaciones inmobiliarias. Para nada tenía ningún interés en mantener la propiedad de una vivienda que le limitaba su crecimiento (y burbuja) futura.

Cuando bajaron los precios pasó lo contrario. Con un escaso número de compradores el promotor busca fórmulas accesorias para disminuir su stock de ventas, pero es el consumidor que incluso había optado el alquiler el que raramente ejercía su opción a compra ya que lo hacía por un precio superior al valor de mercado en ese momento.

Por todo ello, la estabilidad en los precios (se estima que con ligeras subidas) y la falta de desgravaciones para la venta, son estímulos para el alquiler con opción a compra, destacando sus virtudes: poder “probar” las ventajas de una vivienda o de una zona en concreto antes de realizar un esfuerzo tan importante como es la compra.

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