España debe ya el 97,7% del PIB
La deuda del conjunto de las Administraciones Públicas españolas se situó en 1,033 billones de euros en el cuarto trimestre del 2014, un 7% más en tasa interanual. Esta cuantía representa el 97,7% del Producto Interior Bruto (PIB), por encima del 96,8% de los tres meses anteriores y el 92,1% del mismo periodo de 2013.
Según datos publicados este viernes por el Banco de España, se trata de la cuantía más elevada de la serie histórica de deuda trimestral del supervisor, que arranca en 1995. Las últimas previsiones del Gobierno, recogidas en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2015, apuntan que la deuda cerrará el año 2014 en el 97,6% del PIB, con lo que se ha situado prácticamente en línea con las mismas.
La mayor parte de la deuda la acumula la Administración Central, con 895.852 millones de euros, tras registrar un aumento del 6,9% en el último año. En porcentaje del PIB representa el 84,6%.
Objetivo cumplido
El Gobierno asegura que el esfuerzo en materia de consolidación fiscal permitirá a España que la deuda sobre PIB comience a estabilizarse a partir del presente ejercicio 2015, al tiempo que ha permitido prácticamente cumplir con el objetivo de 2014.
Según fuentes del Ministerio de Economía y Competividad, la deuda del conjunto de las Administraciones Públicas en 2014 representa un 97,67% del PIB, en línea con el objetivo establecido por el Gobierno para el ejercicio (97,6%). Además, apuntan que, de haberse cumplido la previsión de PIB nominal contenida en el Plan Presupuestario de octubre de 2014, la ratio hubiese sido del 97,14% del PIB.
En todo caso, apuntan que se trata de una ratio deuda/PIB que es sostenible, puesto que España se está financiando a los costes más bajos de la historia. Con respecto al avance del 7% de la deuda pública, las mismas fuentes apuntaron que se trata del menor incremento anual desde el inicio de la crisis, desde el 14,6% en 2008 hasta el 8,4% en 2013.
Economía sostiene que el menor incremento de la ratio deuda/PIB en 2014 se debe a dos factores. Por un lado, al proceso de consolidación fiscal y, por otro, que la deuda pública no se ha visto afectada por medidas excepcionales que sí fueron necesarias en 2012 y 2013, como la recapitalización del sistema financiero; el Fondo de Pago a Proveedores y el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA); la contribución a los programas de asistencia financiera de Grecia, Portugal e Irlanda, y el Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico (FADE).