España pide a Bruselas que proteja la inversión de las telefónicas europeas
La revolución digital es imparable y Europa no termina de construir el Mercado Único Digital, con el que incrementar su competitividad frente a otras economías como la estadounidense o la china, pues según las estimaciones del Parlamento Europeo, el beneficio que devengaría para Europa la construcción de ese mercado único sería de 260.000 millones de euros. En este contexto, diversos Estados miembros han hecho llegar ya a la Comisión Europea y al Consejo de la Unión Europea su lista de prioridades para los próximos años en materia de políticas digitales de la UE, y España ha sido uno de ellos. El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha enviado sendas cartas al vicepresidente del Mercado Único Digital, Andrus Ansip, y al Comisario de La Economía y Sociedad Digital, Gunther Oettinger, con sus propuestas.
Entre otras cosas, el Gobierno español pide con sutileza a Bruselas que plante cara a Google, Apple, Facebook y otros gigantes tecnológicos estadounidenses y que proteja la inversión de las telefónicas europeas, en línea con la posición de Francia y Alemania. Aunque no cita expresamente a ninguna empresa, el texto enviado sí destaca que la actual “cadena de valor digital tiene diferentes actores sometidos a diferentes niveles regulatorios y exige grandes inversiones en infraestructuras, fundamentalmente de los operadores de telecomunicaciones”. El Ejecutivo de Rajoy reclama una profunda revisión del marco regulador de las comunicaciones electrónicos y “fijar a nivel europeo un terreno de juego equilibrado para todos los agentes del mercado”.
España se muestra igualmente favorable a terminar con la neutralidad de la red (en contra de la posición de EEUU) y pide una “regulación suficientemente flexible” que permita “el desarrollo de modelos de negocio basados en una gestión razonable del tráfico”. No obstante, asegura que el objetivo de su propuesta “es conciliar el derecho de los usuarios a una internet abierta y la promoción de la innovación”. Y llama a abordar “los obstáculos que impiden que las personas puedan acceder a su vida digital desde distintas plataformas”.
Sin deslocalización de beneficios
La carta de Soria también ataca la elusión fiscal en Europa de los gigantes tecnológicos estadounidenses –a través de Luxemburgo, Irlanda, Bélgica, etcétera– y pide una normativa para “impedir planificaciones fiscales que deslocalizan los beneficios y erosionan las bases imponible”. Sobre el marco fiscal, el Gobierno español añade que hay que garantizar una fiscalidad “equilibrada” entre todos los actores intracomunitarios. En el texto también hay referencias a Uber y otras plataformas de economía colaborativa que, desde el mundo digital, desafían negocios tradicionales como los taxis y la hostelería. Así, ven necesario “una revisión y clarificación de las funciones y responsabilidades” de esas plataformas digitales para garantizar que siguen “respetando las obligaciones de servicio público existentes”.
En la misiva, y mientras está en juego la compra de Jazztel por Orange, Soria pide también mayor tolerancia en la política de competencia y que Bruselas tome en cuenta, a la hora de analizar las fusiones, la competencia internacional que afrontan las compañías europeas.
La estrategia del Mercado Único Digital será publicada por la Comisión Europea en mayo de este año.
Mercado audiovisual, propiedad intelectual y 'roaming'
Para el Gobierno español es necesario que Europa aborde los nuevos retos del mercado audiovisual que se presentan con la aparición de nuevos productos y servicios audiovisuales digitales, como Netflix. “Entre otras distorsiones, debe evitarse que en estos nuevos mercados puedan generarse situaciones discriminatorias de unos agentes frente a otros por razón de país de origen de sus producciones. La regulación”, continúa en su propuesta el Ejecutivo, “deberá procurar que las condiciones de competencia en el mercado final sean iguales para todos los proveedores y tecnológicamente neutras”.
Sobre los derechos de propiedad intelectual reclama adaptarlos a la sociedad digital para impulsar nuevas oportunidades y el desarrollo de nuevas industrias. El marco legislativo, reclama la carta española, “debe lograr el equilibrio entre la protección de los derechos, el desarrollo de iniciativas empresariales y la libertad de los creadores para difundir sus obras”.
Sobre el roaming, el Gobierno español dice que comparte el objetivo de impulsar el principio de un roaming europeo equivalente al que existe ahora a nivel nacional, pero tomando en cuenta las características de cada mercado para no penalizar a las operadoras que dan cobertura a clientes de otros países. Según España, la regulación debe lograr que la distribución de los costes sea equitativa “y que se garantice la viabilidad de las inversiones en los países visitados por los usuarios de roaming”.