Un CEO de la cantera
El nuevo consejero delegado de Ibercaja ha desarrollado toda su carrera en la entidad Su equipo de fútbol, el Real Zaragoza, es una de sus pasiones.
En el mundo de las empresas, como en el del fútbol, hay dos escuelas a la hora de fichar. La de recurrir al mercado nacional o internacional de jugadores o la de apostar por la cantera. Esta última ha sido la opción de Ibercaja a la hora de buscar quién dirija su plantilla. Víctor Iglesias Ruiz, el nuevo CEO de la entidad bancaria, lleva 27 años formando parte del equipo.
Llegó en 1988, dentro de un programa de becas con el que la entonces caja de ahorros incorporaba a su plantilla a los diez estudiantes con el mejor expediente de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresarias de la Universidad de Zaragoza. Y desde entonces ha ido, partido a partido, pasando por varias divisiones estratégicas.
En su trayectoria escolar hay una señal, casi una premonición de su destino. Y es que es el tercer consejero delegado consecutivo que ha estudiado en el colegio de los jesuitas de Zaragoza, el cual hasta los años setenta se emplazó en el solar que en 1980 ocuparía la sede de Ibercaja. Las aulas en que hincó los codos el Iglesias niño se ubicaban ya en otro sitio. Pertenece a la primera promoción del nuevo colegio, construido en la zona de La Romareda.
En su dilatada trayectoria, este zaragozano de 49 años se ha especializado en el medio campo. En la gestión del juego y de los equipos, a los cuales, según los que han compartido el día a día con él, ha demostrado ser capaz de motivar y hacer crecer. Primero en el ámbito financiero, donde adquirió el conocimiento de los mercados de capitales. Luego como máximo responsable de la dirección de riesgos. Y finalmente, en su última etapa, ha dirigido la estrategia de banca comercial, con especial énfasis en la gestión profesional y diversificada del cliente.
También sabe driblar en las altas esferas, ya que durante 15 años ha pertenecido al comité de dirección de la entidad. Elemento indispensable para capitanear un banco con solera. Con 142 años de historia. La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja –entidad matriz del grupo Ibercaja– fue fundada por la Real y Excelentísima Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País y aprobada mediante real orden en enero de 1873.
Aquellos que le conocen destacan como rasgos de su carácter la sensatez y la moderación, esas que debe perder cuando ve un partido del equipo de sus amores, el Real Zaragoza. “Fíjate si seré zaragocista que aprendí a leer con las noticias sobre él en El Heraldo de Aragón”, cuenta cuando se le pregunta por su pasión futbolera.
También es amante del cine. Las dos últimas películas que acudió a ver, Interestelar y The imitation game. La primera, de ciencia ficción, nos traslada a un futuro cercano, en el que la Tierra ya no es capaz de sostener a la humanidad. Una elección comprensible para alguien que entre sus placeres destaca el disfrutar de la naturaleza. La segunda, un biopic sobre el matemático británico Alan Turing, el descubridor de los códigos secretos nazis y que, lejos de ser admirado como un héroe, fue acusado y juzgado por su condición de homosexual en 1952. Una elección que muestra la sensibilidad social de un amante de la familia y los amigos.
La joven promesa, que entró, con solo 23 años, al edificio de la plaza Paraíso, sede de una caja de ahorros regional, vivió el paso a la categoría nacional. A la primera división. En 1988 la entidad bancaria comenzó a operar con su actual imagen corporativa y con el nombre comercial de Ibercaja. Más tarde, comenzó a implantarse en las provincias de Lérida, Tarragona y Barcelona. En 1991 llegaba la integración con otro equipo, la Caja Rural de Cataluña. Refuerzos ante los retos de jugar en la categoría reina.
Iglesias también vivió la llegada en 2004 de Amado Franco a la presidencia del consejo de administración. Se iniciaba una nueva etapa en la entidad. Uno de los objetivos, aumentar el número de clientes. La hinchada.
Es el capitán de esos años de conquista de títulos José Luis Aguirre Loaso, a quien sustituirá este padre de dos hijas de 12 y 16 años. Superar lo conseguido por Aguirre no es tarea fácil. En sus 11 años de liderazgo, el volumen de actividad de la entidad ha pasado de 37.000 millones de euros a más de 100.000; el crédito, de 14.000 millones a 36.000; las 939 oficinas de 2004 son hoy 1.356, y la plantilla ha pasado de 4.010 personas a 5.900. Y no solo eso, también fue en este periodo –el de la crisis, el de la reestructuración del sistema financiero español– cuando se aprobó la constitución de Ibercaja Banco, una entidad de nueva creación. Tan reciente, que solo fue hace cuatro años cuando la vetusta Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja pasó a ostentar el 100% de participación en el capital del nuevo banco y a mantener como actividad propia la obra social y cultural, el Monte de Piedad y el patrimonio histórico-artístico.
Iglesias llega a lucir el brazalete con ilusión, pero también con el respeto que infunde asumir la responsabilidad de seguir escribiendo con buena letra la historia de uno de los decanos de la liga bancaria. Además, el relevo se produce tras la integración de Caja3. El inicio de una nueva fase. Al antiguo canterano le toca liderar el nuevo plan estratégico del octavo grupo bancario de España. Se ha ganado el respeto de su compañeros de plantilla y de la directiva, que ha no ha dudado en encomendarle la gestión del equipo humano y de los activos financieros. Confían en que posee la formación, experiencia y valores adecuados para garantizar la continuidad y el éxito del proyecto. Y, tal vez, este hombre exigente consigo mismo, al que le gusta “hablar con hechos”, consiga llevar los colores de Ibercaja a la Champions, a enfrentarse con los europeos. Y por qué no, al Mundialito e, incluso, al Mundial.