Qué hará el Gobierno con los 4.200 millones de la venta de Aena
La normativa contable de la UE prohíbe reducir el déficit público con privatizaciones
La venta de Aena, por un precio superior al previsto inicialmente, dejará 4.200 millones a las maltrechas cuentas públicas. Un dinero que, sin embargo, la normativa de contabilidad europea impide destinar a reducir los números rojos. Es decir, los ingresos derivados de la venta de una empresa pública, como era el caso de Aena, no sirven para rebajar el déficit público. Así, ¿qué se hará con esos 4.200 millones? Amortizar deuda pública. La privatización permitirá reducir las emisiones para refinanciar los vencimientos. Según las previsiones del Tesoro, a lo largo de este año, las emisiones brutas ascenderán a 239.369 millones, un nivel inferior al ejercicio anterior. La emisión neta sumará 55.000 millones y parte de este dinero servirá para financiar a comunidades autónomas y ayuntamientos que se han acogido –por obligación o por voluntad propia– al amparo que suponen los bajos tipos de interés que exige hoy el mercado al Estado central.
En este sentido, los 4.200 millones suponen quitar todavía más presión sobre la deuda pública, cuyo volumen seguirá aumentando hasta rebasar este año el 100% del PIB. Esta es la senda prevista por el Gobierno. La privatización de Aena no impedirá rebasar este umbral durante este año, como mucho, retrasará unos meses lo que parece inevitable. Los últimos datos del Banco de España reflejan que el conjunto del sector público presentaba un nivel de endeudamiento en noviembre, última cifra publicada, de 1,023 billones de euros. En los últimos doce meses, el pasivo se ha incrementado en 65.276 millones o, lo que es lo mismo, 5.439 millones al mes de media. La privatización de Aena equivale casi al incremento mensual del pasivo.
Sin embargo, sí que puede existir un efecto de segunda ronda. Si la venta rebaja el nivel de la emisión de deuda, ello impactará positivamente en el capítulo 3 del Presupuesto, destinado al pago de intereses. Está previsto que, este año, el Estado gaste algo más de 35.000 millones en el servicio de la deuda, una cifra que probablemente será inferior.
La venta del gigante aeroportuario español supone una de las mayores enajenaciones de la historia de España y, descontado el caso particular de Bankia, solo podría ser superada hoy por Loterías y Apuestas del Estado (LAE), otra sociedad estatal que en 2011 estuvo cerca de privatizarse. Sin embargo, el anterior Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero abortó la operación ante el precio a la baja del mercado. El Gobierno valoraba la entidad en algo más de 22.000 millones y los inversores situaban la cifra entre los 15.000 y 16.000 millones. La intención del Gobierno era lograr 7.000 millones en un contexto de desconfianza generalizada de los mercados y con una prima de riesgo al alza que alcanzaría cotas históricas en 2012.
La privatización de Aena se ha producido en una situación diferente y el precio de salida de 58 euros, por encima de las expectativas fijadas por el vendedor. El Estado mantendrá el control sobre el 51% de la compañía.
La enajenación tiene un efecto limitado, aunque no despreciable, sobre la deuda pública, que en España seguirá aumentando en la medida en que el Estado gasta más dinero del que ingresa. Y esa diferencia debe cubrirse a través de deuda pública. El incremento del nivel de pasivo en España en los últimos años ha sido exponencial.
En 2007, el endeudamiento público se situaba en el 35,5% del PIBy en el tercer trimestre de 2014 ya alcanzó el 96,8%, el nivel más elevado en el último siglo. El déficit público, que llegó a superar los 118.000 millones en 2009 es uno de los factores que explica el aumento del pasivo. El rescate bancario y los mecanismos de liquidez para comunidades y ayuntamientos también han contribuido a que España hoy se encuentre con un nivel de deuda por encima de la media europea.
Déficit primario
En cualquier caso, el ritmo de crecimiento se ha desacelerado en el último ejercicio. Para que un país con un alto nivel de endeudamiento logre revertir la tendencia se precisa como mínimo registrar superávit primario, es decir, que los gastos, sin contabilizar los intereses, sean inferiores a los ingresos. España presenta hoy el nivel más alto de déficit primario, que registró el 2,3% del PIB en 2014, según la Comisión Europea. Y se mantendrá en tasas negativas hasta 2016.
El Gobierno de Mariano Rajoy prevé que el nivel de deuda pública no baje hasta 2017. Sus previsiones apuntan que el pasivo cerrará este año en el 101,7% del PIB, un importe que podría ser inferior porque la economía evolucionará por encima de las previsiones oficiales y por la venta de AENA. En 2016, Economía estima que el pasivo cierre en el 101,5% y será en 2017 cuando iniciará la senda a la baja y caerá por debajo del nivel del 100% del PIB.