Atención a la luz roja en I+D+i
Si no hay innovación no hay futuro. Esta afirmación, poco discutible, se está encontrando en España con una realidad compleja marcada por la crisis. La inversión en I+D+i bajó un 2,8% en 2013 respecto a un año antes, hasta 13.012 millones de euros, lo que significa el 1,24% del PIB (1,27 en 2012). Son los últimos datos disponibles, publicados en un informe de Cotec. Pero la situación es aún más dramática si ampliamos el plazo. La crisis ha pasado factura y desde 2008 y hasta 2013 la financiación en investigación y desarrollo ha caído un 11,5%. Paralelamente a ello, la reducción del número de investigadores, la desaparición de unas 5.000 empresas que realizaban I+D y el descenso del gasto púbico y privado en esta actividad dibujan un panorama que debe encender todas las alarmas. El director general de Cotec, Juan Mulet, asegura que se ha consolidado “el deterioro del sistema”, un proceso que solo se modera por el aumento en más del 14% de la inversión extranjera en este campo, gracias sobre todo a fondos de la Unión Europea, pero también a la inversión de empresas del exterior que realizan I+D+i en España. Ante este panorama, pierde fuerza la grata noticia de que por fin la financiación privada en investigación y desarrollo haya vuelto a superar a la pública.