El yogur helado ‘Made in Spain’ triunfa en el mundo
España tiene cada vez más presencia y prestigio en todo el mundo debido a la internacionalización de las empresas del país. Llaollao y Smöoy son dos ejemplos de franquicia que han sabido llegar al público extranjero y lograr establecerse en cuatro de los cinco continentes con el yogur helado. Provenientes ambas de la misma familia dedicada a la heladería tradicional con 90 años de experiencia, su crecimiento internacional continuará durante 2015 y los próximos años. Ambas se reparten el mercado nacional y también el internacional.
El director del departamento Internacional de Llaollao, David López, explica a CincoDías que, gracias a la ubicación de sus tiendas –siempre en puntos estratégicos de la ciudad, con mucho flujo de peatones–, la firma ha sabido acercarse a los visitantes internacionales de España. “Los turistas (por ngocios o por placer) de diversas procedencias han querido implantar nuestro concepto en sus respectivos países”, afirma López en relación, sobre todo, a sus puntos de venta situados en Madrid, Valencia o Ibiza. El responsable señala que así ha conseguido Llaollao, que nació en 2009, adentrarse en los mercados de Portugal, Marruecos, Francia, Rusia, Singapur, China o Uruguay.
Smöoy se ha lanzado a la expansión internacional después de haber conseguido situar sus franquicias en todas las comunidades autónomas. Su directora, Nuria Sirvent señala que, sin olvidar España (donde espera abrir “cinco o seis tiendas” antes de abril), tienen el ojo puesto en nuevos países. Recientemente, ha abierto sendos establecimientos en Perú y Ecuador y, próximamente, llegarán a China y Arabia Saudí. “Además estamos en negociaciones con otros ocho países”, declara Sirvent. En total, Smöoy estará en 18 mercados.
Llaollao facturó en 2013 30 millones de euros, con un crecimiento anual del 20%, mientras que Smöoy alcanzó los 43 millones en 2014
Lo curioso de ambas marcas es que el crecimiento internacional se realiza en países lejanos y no tanto en nuestro entorno, como Alemania. Así lo reconoce el responsable de Llaollao, quien asegura que “la clave es contar con un buen producto”. Esto ha llevado, según López, a que la compañía “levante interés en más de 90 países”.
Sirvent, de Smöoy, mantiene que parte del éxito del yogur helado –tanto en España como en el exterior– reside en que “este concepto se asocia con algo natural y más sano”. Sirvent defiende que este producto contiene menos calorías que un helado y, en el caso de Smöoy, es también apto para celíacos. La compañía, que nació en 2010, cuenta con casi 200 locales repartidos por 12 países, como India, Panamá, Argelia o Marruecos.
Llaollao tiene actualmente 170 establecimientos abiertos, situados en España, países europeos, Turquía, Arabia Saudí, Chile o China, entre otros. 2015 será el año de su desembarco en Camboya, El Salvador, Italia, Tailandia, Suiza, Bosnia, República Checa, Indonesia, México, Malasia y Venezuela.
Ambas han optado por asociarse con máster franquicia (compañías locales con derecho a explotar un país o región). Las dueñas del yogur helado español facturan unos 70 millones de euros anuales (30 millones Llaollao y cerca de 40 millones Smöoy), unas ventas que esperan incrementar con su desarrollo en nuevos mercados internacionales.
Los supervivientes del ‘boom’ del yogur de 2012
El buen funcionamiento del yogur helado motivó a multitud de competidores a entrar en el mercado y crear sus propias cadenas. Fue 2012 cuando se vivió un boom, en palabras de las propias empresas, al que solo han sobrevivido Llaollao y Smöoy.
Esta gran competencia, unida al frenazo del consumo de los hogares en ocio, hizo bajar la facturación de ambas cadenas. Aun así, fueron las únicas que consiguieron mantenerse, aunque con un ritmo de aperturas más lento. Por el camino se quedaron otros muchos intentos, como O!MyGood o Danone. Nuria Sirvent, directora de Smöoy, detalla que incluso los constructores, de capa caída por la crisis del ladrillo, se aventuraron a abrir sus propias cadenas de yogur helado. “No sabían nada de helados y fracasaron”, argumenta. Sirvent lamenta que en este periodo hubiera gente que invirtió sus ahorros para abrir franquicias de cadenas que ya no existen y tuvieron que acabar cerrando.
Tanto el responsable internacional de Llaollao como su socio fundador, Pedro Espinosa, siempre insisten en que la competencia no les preocupa en exceso. El responsable de Internacional, David López, manifiesta que todos los esfuerzos de la compañía se centran en su internacionalización. “Nuestros socios latinoamericanos y asiáticos pretenden ahora dar el salto a otros mercados en sus respectivas áreas”, dice López. Llaollao quiere alcanzar las 960 tiendas en 42 países a medio plazo.