Así en casa como en otras tierras
Las empresas españolas se mueven por el mundo como pez el agua después de años ventas en el exterior como formula para sobrevivir
El sector exterior ha sido, durante los últimos años, el salvavidas de las empresas españolas. Gracias a la exportación se han mantenido a flote un buen número de compañías que han buscado fuera de casa lo que no encontraban dentro debido a la crisis. Sin embargo, todo apunta a que un nuevo ciclo está por venir gracias al auge de la demanda interna y a la recuperación de la economía. Una nueva realidad que, se espera, conviva con la buena marcha en otros mercados.
Francisco Javier Garzón, consejero delegado del ICEX, asegura que “en los últimos años el cambio ha sido estructural”. Gracias a ello, las empresas han interiorizado que la apuesta por los mercados exteriores es ineludible y que “solo aquellas que sean competitivas a nivel global, y no solo doméstico, tendrán posibilidades de supervivencia a medio plazo”, matiza. El incremento vivido en los últimos tiempos, tanto en el volumen exportado como en el número de firmas que venden fuera de las fronteras nacionales, ha sido tan intenso que “debería ser una garantía de que las empresas seguirán apostando por los mercados internacionales, incluso en un entorno de mayor dinamismo de la demanda interna”, apunta Garzón.
La mejora de la economía en casa no quita que el optimismo exportador continúe en todos los entornos empresariales. Y tanto es así que, en el informe Perspectivas empresariales en España y Europa 2015, que han elaborado las Cámaras de Comercio, se analiza cómo las ventas interiores y las exteriores serán los puntos que más alegrías darán este año y donde se espera un ligero repunte, muy por encima de otros aspectos como la inversión. Dicho estudio se realiza a partir de una macroencuesta que recoge la opinión de más de 60.000 empresas europeas, de las cuales 3.500 son españolas. Entre sus conclusiones, se destaca que el nuestro es el segundo país más optimista sobre la evolución de sus ventas en el exterior, por detrás de Portugal y muy por encima de la media europea.
La Comisión Europea ya vaticinaba, a finales del año pasado, las buenas nuevas que traería 2015. “El próximo periodo dará lugar a una ligera aceleración en el ritmo de ventas exteriores en los países de la Unión”, concluía. Según las previsiones del European Economic Forecast: “La exportación crecerá un 3,9% en el ejercicio que arranca”. Dentro de la clasificación por Estados miembros, España ocupa el séptimo lugar con una subida del 4,9%, un punto por encima de la media de Europa y muy próxima a los niveles de Japón o Estados Unidos.
Para Álvaro Schweinfurth, director del departamento de Política Exterior de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), “la recuperación de la demanda interna, impulsada gracias al consumo de los hogares y, en menor medida, a la formación de capital bruto, no debería implicar una ralentización del ritmo de exportaciones”. Además, augura una demanda interna estancada o regresiva”.
Desde el Ministerio de Economía recuerdan que el sector exterior contribuye en un 35% al PIB del país. De hecho, su titular, Luis de Guindos, ha puntualizado en diversas ocasiones que, “en estos momentos, pocos países son tan competitivos en exportaciones como España”. Una marcha que no parece perder ritmo.
Que el made in Spain está de moda es un hecho. Sectores como “la agroalimentación, la química, los bienes de equipo y la automoción serán nuestros mejores embajadores en el exterior”, según impresiones de la CEOE. Además, coinciden con el ICEX y hablan del liderazgo nacional en sectores tan novedosos como el de los videojuegos o las TIC.
Precisamente, el sector de la automoción español, está logrando el respeto merecido allende nuestras fronteras. 2014 se cierra para los fabricantes con buenos datos ya que, “hasta el mes de noviembre, se han exportado vehículos por valor de casi 27.000 millones de euros, lo que supone un incremento del 11%”, confirman desde Anfac (la patronal de los fabricantes).
Pero “en todos los sectores hay oportunidades de crecimiento. En los más dinámicos, el crecimiento potencial es mayor, pero también lo es la competencia y la incertidumbre”, recuerda el ICEX. Desde el organismo apuntan a la innovación como fórmula para la mejora de las ventas fuera de casa, “incluso en ámbitos que a priori puedan parecer más tradicionales, como el textil”.
DONDE EL VIENTO NOS LLEVE
Ya sea en Iberoamérica, Asia o la Unión Europea, todas las compañías buscan su hueco a la hora de salir al exterior. Sin embargo, no todos los países nos reciben de igual forma y, en la actualidad, la inestabilidad política es la espada de Damocles que impide vender fuera.
Para Bankinter, el mercado que mejor salud presenta es América del Norte. “Nuestras exportaciones dirigidas a dicha zona se están incrementando, algo que debería agudizarse gracias a la depreciación del euro frente al dólar”, explican en la entidad.
El ICEX plasma la realidad y recuerda que nuestros lazos históricos no son fáciles de romper. “El 30% de las compañías españolas están operando en América Latina”, señala, un mercado actualmente inestable pero ya conocido para las empresas españolas. Además, el 26% de las enseñas se ha decantado por dirigirse a los países de Asia, lo que ha obligado a disminuir ligeramente nuestras ventas dentro de la Unión.
Con el euro a vueltas
La depreciación de la moneda única no deja títere con cabeza. Para el sector exterior es una noticia bienvenida que ayudará, aún más si cabe, al tirón exportador español. Otros expertos piden cautela para “no dormirse en los laureles” ante un fenómeno beneficioso.
“Este hecho debería actuar como factor de estímulo para nuestras ventas fuera de la zona euro, y es una motivación que no debe relajarnos”, opina Francisco Javier Garzón, consejero delegado del ICEX.
A pesar de todo, hay que recordar que la caída del euro tiene mayor incidencia en países fuertes como Estados Unidos, China o Japón. Poco importa en las economías más debilitadas de América Latina o en la malograda Rusia.
La CEOE añade a este fenómeno “la buena evolución de nuestros costes laborales unitarios que, según los pronósticos, podrían descender un 0,1% en 2015” y que beneficiarán aún más la buena marcha en el exterior.