Davos, un clima para los acuerdos
Vientos tórridos comerciales soplan a través del aire fresco de la montaña de Suiza. Los líderes empresariales y los banqueros se reúnen esta semana en el Foro Económico Mundial tras un año con fusiones por valor de 3,5 billones de dólares, la mayor cifra de la era posterior a la crisis financiera. Si bien el impulso crea un clima ideal para acuerdos corporativos, está menos claro que el ambiente sea propicio para atacar acuerdos políticos más importantes por los que Davos se hizo famoso.
El programa formal de la 450 reunión anual se centra en cómo hacer frente a la escasez de agua, los problemas de seguridad sanitaria como el ébola y otros temas urgentes bajo el lema “El nuevo contexto mundial”. Para muchos, sin embargo, este retiro puede abrir un camino, aunque nevado, a la siguiente adquisición, como le sucedió al laboratorio francés Sanofi hace unos años. Meses de negociaciones congeladas con el objetivo estadounidense Genzyme finalmente se descongelaron con una caminata alpina en Davos de dos de sus responsables, llegando a un acuerdo por 20.000 millones de dólares.
En medio de los complacientes mercados de crédito y el resurgimiento de la confianza, ningún jefe de tipo adquisitivo estará presente este año. Randall Stephenson de AT&T, John Chambers de Cisco, Marissa Mayer de Yahoo o Jack Ma de Alibaba’s se encuentran entre los que se espera ver evitando patinar durante el paseo helado.
La reunión económica anual de 2015 da comienzo con un telón de fondo bastante conflictivo
Algunos de los aproximadamente 2.500 titulares de insignias que estarán presentes pueden ser receptivos a las propuestas. El consejero delegado de Dish Network, Charlie Ergen, está sentado en una pila de espectro inalámbrico, mientras que Kazuo Hirai, de Sony, que sufre las consecuencias de un ciberataque a su estudio cinematográfico, podría ser receptivo a la idea de una descarga de determinados negocios.
Hay banqueros en abundancia para ayudar con cualquier complicado viaje en trineo. Los consejeros delegados de todas las instituciones de importancia sistémica, incluyendo a Jamie Dimon, de JPMorgan, y Anshu Jain, de Deutsche Bank, están haciendo el viaje.
También podrían darse otras charlas relacionadas con acuerdos. La jefa de DuPont, Ellen Kullman, por ejemplo, podría querer esconderse en el Belvedere Hotel con la jefa de Pepsi, Indra Nooyi, por los indicios sobre su defensa contra el activista Nelson Peltz. El fabricante de refrescos dio al multimillonario fondo Trian la semana pasada un puesto en el consejo de administración tras una lucha de dos años.
Los jefes de las firmas de capital riesgo, incluyendo Apax, Blackstone y Carlyle, también estarán cerca durante el foro buscando formas de desplegar 1,5 billones de dólares de capital apalancado.
En lo referente a la relevancia económica de cualquier tipo, la fijarán las uniones corporativas que tendrán lugar durante el evento, pero cualquier calentamiento geopolítico que se lleve a cabo será de mayor importancia.
La reunión económica anual de 2015 comienza con un telón de fondo especialmente conflictivo. La contienda mundial se ha visto estimulada por los asesinatos en París debidos a las polémicas caricaturas del profeta Mahoma. Eso, a renglón seguido de la epidemia del virus ébola, la inestabilidad en Oriente Medio, los bajos precios del petróleo que amenazan determinadas economías, los renovados temores sobre Grecia y la zona euro, y el conflicto entre Rusia y Ucrania. Con el fantasma de la deflación y las noticias del año más caluroso registrado sobre la Tierra, las organizaciones no gubernamentales y los líderes políticos reunidos en Davos tendrán negociaciones más duras.
En el pasado, los acuerdos notables han emergido en estas situaciones. Turquía y Grecia dieron lugar a la Declaración de Davos renunciando a la guerra en 1988. Un año más tarde, Hans Modrow y Helmut Kohl hablaron de la reunificación alemana. Y fue la reunión anual en 1992, donde el presidente sudafricano F W de Klerk y Nelson Mandela hicieron una aparición conjunta histórica. Eso es lo que se espera que los cerca de 45 jefes de Estado este año que se espera que este año encuentren inspiración.
El ambiente hará que sea más fácil para el dinero grande hacer titulares este año, pero la temperatura