Consejos básicos para proteger tu tarjeta de crédito en el extranjero
Los españoles cada vez viajamos más fuera. La crisis ha cambiado buena parte de los hábitos, también en nuestros viajes. Hemos abandonado las largas vacaciones por desplazamientos de menos días, pero eso sí, cada vez más fuera de nuestras fronteras. Desde la entrada del euro en gran parte de los países de nuestro entorno y la extensión prácticamente universal del pago con tarjeta, ya son pocos los que pasan por el banco para cambiar moneda o se realiza en una cuantía mucho más pequeña. Las tarjetas son prácticas y cómodas, pero también tienen sus riesgos y costes.
El robo o pérdida y el uso fraudulento son los más importantes, pero incluso sin tener incidentes podemos encontrarnos con sorpresas desagradables por los costes que conlleva su uso. Sacar dinero es muy caro, la tarifa normal es de un 4% con un mínimo de 2,40 euros por operación, pero no sólo eso, también existen comisiones por pagar compras en un país de divisa distinta al euro. Ciertos hábitos nos ayudarán a minimizar el coste, por ejemplo no sacar muchas veces dinero de los cajeros, es mucho más barato sacar 300 euros de golpe, que 6 veces 50 euros, pero también usar la tarjeta de crédito para grandes compras y para las más pequeñas hacerlo en efectivo. Aunque también hay que saber que existen tarjetas que permiten sacar dinero en efectivo en el extranjero sin un coste adicional como por ejemplo con la tarjeta del Banco Mediolanum o de EVO Banco.
Consejos para evitar sobresaltos
Si seguimos una serie de consejos podemos disminuir ambos riesgos y conseguir que nuestras vacaciones tengan los mínimos sobresaltos.
- No acumular tarjetas. Tener una tarjeta de reserva por pérdida o deterioro no es mala idea, pero nunca la lleves junto a tu tarjeta principal ya que en caso de robo el resultado sería el mismo desastre multiplicado por dos. Las cajas fuertes de los hoteles o un lugar seguro es el mejor emplazamiento para guardar este “seguro” de vacaciones.
- Llevar tarjetas con límites pequeños. Muchas entidades financieras nos permiten ir recargando saldo desde nuestra aplicación de banca por Internet. Menos límite, menos riesgo.
- No perder nunca de vista la tarjeta a la hora de pagar. Aunque los sistemas de chip y pin, o los TPV móviles que nos llevan a nuestra mesa de restaurante son cada vez más comunes, uno de los fraudes más comunes es el de escanear nuestra tarjeta. Por ello no debemos perder el control de nuestro plástico, y que no salga de nuestra vista para evitar el uso de escáneres de mano muy habituales en restaurantes.
- Tener activado un sistema de alerta. Recibir un SMS es más que útil. Así aunque tengamos el máximo cuidado con nuestra tarjeta es finalmente es robada o copiada, un mensaje a tiempo nos ayuda a bloquear la tarjeta lo antes posible.
- El mejor uso, en compras. Sacar dinero en un cajero en el extranjero es la operación más cara tipificada en las tarifas de cualquier banco, especialmente si se hace fuera de los países de la zona euro. Por el contrario, al comprar nos cargarán el importe según el tipo de cambio del momento sumando una comisión por cambio de divisa, a pesar de ello, es mucho más barato que si canjeamos moneda en una establecimiento de cambio de divisa.
- Llevar siempre a mano el teléfono de atención de nuestra tarjeta de crédito. Para poder notificar cualquier incidencia, lo normal es que sea un teléfono distinto al de atención al cliente en España.