Cómo pagar los estudios universitarios de mi hijo en el país que quiera
Hoy en día, tal y como se están desarrollando los acontecimientos a nivel económico, se debe poner más interés en como invertimos nuestros ahorros para que nos vayan dando un rendimiento aceptable y poder solventar posibles coyunturas que nos irán surgiendo en un futuro no muy lejano, como el pago de los estudios de nuestros hijos.
Pero vamos a poner otro ejemplo para que seamos conscientes de la importancia de optimizar nuestro ahorro:
Pensiones: Tenemos una pirámide poblacional que refleja el aumento progresivo de la longevidad humana en los países desarrollados. En España, sin ir más lejos, el número de nacimientos por mujer es de 1.32 hijos (cifras del 2012 según datos del INE). La edad media de la población aumenta, como reflejan diversos estudios realizado al respecto, para el 2052 el 37% de la población en España tendrá más de 64 años.
Visto este ejemplo, a priori no parece que tenga mucha relación con el tema que nos ocupa. Sin embargo, nos permite reflexionar sobre la importancia que tiene poner a trabajar nuestro dinero para que año tras año se vaya capitalizando y que cuando llegue el momento este ahorro nos permita conservar el nivel de vida. Podremos afrontar desembolsos como el pago de los estudios de los hijos o un cambio tan importante como la jubilación, complementar la pensión ayudará a no perder poder adquisitivo.
Pero centrándonos en el tema que nos ocupa hoy, ¿cómo lo haríamos?
Lo primero, es retirar una parte residual de nuestros ingresos recurrentes (rendimientos de trabajo) a un activo financiero que nos genere una rentabilidad a lo largo de los años. Realizaríamos aportaciones periódicas, por ejemplo mes a mes, es decir, no ahorrar y luego invertir, sino hacerlo de forma regular por pequeña que sea esa cantidad que vayamos a destinar.
¿Cuál es el vehículo de inversión idóneo para realizar esto?
Los Fondos de Inversión. Bien es cierto que no nos garantizan ninguna rentabilidad, pero sí que nos permiten poder hacer este tipo de aportaciones a lo largo del año. Ello nos da la posibilidad de comprar participaciones del fondo a distintos precios y así conseguimos una media que nos ayuda a aminorar el riesgo de nuestra inversión, aunque el fondo tenga un carácter de inversión más agresivo.
Otra de sus ventajas, no pagamos impuestos por la rentabilidad generada mientras estamos dentro del fondo, por tanto se produce una capitalización de nuestro dinero, no solo sacamos rendimiento al capital que invertimos, sino que los intereses que genera también están produciendo, esto es lo que se denomina la magia del interés compuesto.