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Modificación de los dividendos

Santander amplía capital para impulsar una ofensiva comercial

Imagen del logotipo de Banco Santander en la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte
Imagen del logotipo de Banco Santander en la Ciudad Financiera de Boadilla del MontePablo Blazquez Dominguez (Getty Images)

Sorpresa en el sector financiero español nada más iniciarse el año. Santander aprobó ayer una ampliación de capital por 7.500 millones de euros, casi el 10% de su capital actual, y modifica su política de dividendos, con un recorte del 66% y el pago en efectivo. El objetivo es mejorar su solvencia y “aprovechar las oportunidades de crecimiento orgánico” que se van a presentar con el cambio de ciclo. Espera que en España el saldo del crédito crezca entre el 4% y el 6%.

 Hay algunas cosas en el sector financiero que no suelen cambiar, aunque cada vez son menos. Una de ellas es el efecto sorpresa que siempre ha impregnado al grupo Santander, y ayer volvió a demostrarlo, justo en la primera semana de 2015 (para evitar que otro banco se le adelante). Es otra de las operaciones que marcan la nueva estrategia del banco puesta en marcha por Ana Patricia Botín. El grupo anunció una ampliación de capital por 7.500 millones de euros, mediante la emisión de hasta 1.258,4 millones de acciones, con exclusión del derecho preferente de suscripción para los actuales accionistas, lo que impide que los inversores minoritarios acudan a ella, pero se garantiza una colocación rápida (casi en 24 horas) y que acudan solo los institucionales. Esta operación permite a Santander mejorar considerablemente su ratio de solvencia en un momento en el que tanto el Banco Central Europeo (BCE) como los propios mercados reclaman más capital.

El nuevo consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez (se estrenó como número dos el 1 de enero) garantizó ayer que existe demanda “suficiente” para cerrar la ampliación de capital, e incluso avanzó que ya ayer a primeras horas de la tarde se superaba su importe. Será a primeras horas de hoy cuando se conozcan ya definitivamente el precio y los inversores que han acudido a esta operación. Álvarez confiaba en una reunión con la prensa que el descuento del precio de venta de estos nuevos no superara el 9,9%, porcentaje que se corresponde con la ampliación. El objetivo de la operación es, según el número dos del grupo, ganar cuota de mercado en los países donde está presente y aprovechar el cambio de ciclo económico que han detectado. “El reforzamiento de capital permitirá al banco acompañar el crecimiento de las economías donde está presente”, reza su comunicado. Espera así que el PIB de las economías de la zona euro mejore en 2016 el 2%, mientras que en Brasil, Reino Unido, Estados Unidos, Polonia y Argentina lo haría el 3%, y México y Chile, el 4%. Esta mejora supondrá para el banco abrir más el grifo del crédito, incluso el hipotecario en España, el más estancado en los últimos años de recesión económica, ya que la financiación al consumo lleva tiempo mejorando mes a mes.

El consejero delegado fue tajante al asegurar que el BCE no había tenido nada que ver en esta decisión de ampliar capital y reducir el dividendo. Tampoco sabe si otras entidades seguirán el camino marcado por Santander, pero, los expertos creen que será una medida secundada por otras entidades.

Botín: "Empezamos 2015 con entusiasmo"

“Hacemos la ampliación de capital para crecer más y más rápido. Si ha habido un banco que ha destacado durante la crisis ha sido Santander (...). Empezamos 2015 con entusiasmo”

“Reforzar el capital ahora permitirá al banco capturar las oportunidades de crecimiento orgánico, aumentar el crédito y la cuota de mercado”

“Esta operación es positiva para los accionistas, ya que mejora el beneficio por acción (BPA) desde 2016”

Santander también anunció que recuperará este mismo año el dividendo en efectivo, aunque la remuneración total al accionista baja un 66,6%, de 0,60 euros hasta 0,20 euros por título. Así se espera que poco a poco la remuneración al accionista vaya mejorando, puesto que ahora se reduce drásticamente y la rentabilidad por título apenas rondará el 3% puesto que en 2015 será de 0,20 euros.

Este dividendo se abonará en cuatro pagos, tres en efectivo y otros tres en nuevas acciones o en efectivo, a elección de los accionistas, con el objetivo final de distribuir en metálico entre el 30% y el 40% del beneficio recurrente del banco. La idea, de hecho, es aplicar un pay-out del 40% a partir de 2016.

El banco descarta que esta ampliación de capital vaya dirigida, como avanzaban algunos analistas a realizar una operación corporativa. La única compra, que de momento estudian es la del portugués Novo Banco. Tanto Álvarez como el nuevo director financiero del grupo, José García Cantera, reiteraron que el objetivo de la ampliación es poder crecer orgánicamente. Hay que tener en cuenta que la concesión de crédito consume capital, y ahora Santander espera que en España el crédito crezca este año entre el 4% y el 6%, aproximadamente el doble de lo que concedieron en 2014, que fue del 2%. La ampliación de capital permitirá al banco alcanzar este año una ratio de capital fully loaded bajo Basilea III –como si todas las obligaciones fueran de aplicación ya, en vez de en 2019– del 10%, frente al 8,3% con el que cerró el pasado año, y que estaba por debajo de sus competidores. Ahora se situará entre las mayores. Su objetivo es llegar y mantenerlo en el 11%.

El anuncio que cierra el círculo del cambio. Faltan los ajustes

Cuatro meses han bastado a Ana Patricia Botín para dar un giro casi completo al grupo Santander, uno de los bancos más grandes del mundo. Eso sí, Botín, que fue nombrada presidenta de Santander tras el fallecimiento de su padre, Emilio Botín, el pasado mes de septiembre, ha decidido mantener la esencia de la entidad financiera, pese a los cambios introducidos. Santander es y seguirá siendo un banco comercial cuyo foco principal es el cliente, insiste.

La ampliación de capital y el recorte del dividendo en casi un 66% (algo inédito en el banco, que siempre había presumido de mimar al accionista y de ser la entidad que más beneficio repartía entre sus inversores) cierran el círculo de los principales cambios introducidos por Ana Patricia Botín. Aun puede que se produzcan algunas nuevas modificaciones, pero todo apunta a que serán de segundo orden, ajustes sobre lo ya anunciado desde que asumió la presidencia.

Sin duda, la ampliación de capital es el más llamativo e importante, junto al nombramiento de un nuevo consejero delegado, José Antonio Álvarez, que sustituyó el pasado 26 de noviembre a Javier Marín, quien apenas llevaba 19 meses en el cargo. La presidenta decidió ese mes cambiar no solo a Marín, nombrado por su padre en sustitución de Alfredo Sáenz, sino que optó por revolucionar toda la cúpula con la salida del consejo de administración de varios representantes históricos vinculados a la anterior etapa de Santander y la incorporación de otros. Antes, pocos días después de su incorporación como presidenta, Botín ya había nombrado a los nuevos responsables de división. Además, el 15 de noviembre también había sorprendido con la desaparición del consejo asesor internacional, en el que se sentaba Rodrigo Rato, para crear otro más de acorde con el perfil más profesional y joven que busca ahora la entidad.

El nombramiento de Álvarez como consejero delegado y su sustitución como director financiero del grupo por José García Cantera está, según los expertos, muy vinculado también a esta nueva fase de Santander, en la que se busca una completa sintonía con el mercado y los inversores institucionales, para “lo que se necesitan directivos de perfil más técnico, y es lo que está pasando en todos los grandes bancos occidentales, incluidos los españoles”, explica un colega de Álvarez.

El objetivo de Ana Patricia Botín, explican fuentes conocedoras de la trayectoria de la ejecutiva, es aplicar el modelo que tanto éxito le ha aportado en Reino Unido durante los cuatro años en los que estuvo al frente de la filial británica de Santander. De ahí que otro cambio que está abordando en el grupo es el de su transformación tecnológica, con una clara apuesta por un banco más digital y menos vinculado a las oficinas. La reputación también se ha vuelto obsesión para Ana Botín, algo que también procede de la cultura anglosajona, más exigente hasta ahora que la española en temas de gobierno corporativo y de operativa y transparencia.

Eso sí, la ejecutiva no ha querido tampoco desterrar aquellas prácticas comerciales que tanto éxito dieron en el pasado a Santander, la remuneración del pasivo. No ha dudado en lanzar una campaña comercial en Cataluña con una oferta del 1,76% en las cuentas corrientes.

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