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Hacienda se muestra cada vez más reacia a aceptar este tipo de intercambios

El pago de impuestos con obras de arte languidece durante la crisis

No vale cualquier bien, debe formar parte del patrimonio histórico español La Administración no aceptó en 2014 ninguna de las solicitudes presentadas por los contribuyentes

'Venus de la poesía', de Julio Romero de Torres, se expone en el Mueso de Bellas Artes de Bilbao por un pago de impuestos en especie de la Fundación BBVA.
'Venus de la poesía', de Julio Romero de Torres, se expone en el Mueso de Bellas Artes de Bilbao por un pago de impuestos en especie de la Fundación BBVA.

La legislación permite desde 1986 que los contribuyentes salden su deuda con la Agencia Tributaria con la entrega de obras de arte. Por este mecanismo, el Estado ha incorporado importantes cuadros y esculturas que hoy pueden verse en los museos españoles. Según los datos del Ministerio de Cultura recabados por Cinco Días, desde 1999 se han pagado 188,6 millones en impuestos con bienes culturales. Sin embargo, en los últimos años de crisis económica, con elevado déficit fiscal y falta de liquidez, la Administración se ha mostrado más reacia a los canjes.

Hacienda no acepta cualquier obra de arte. En primer lugar, debe formar parte del patrimonio histórico español y, además, estar catalogada en el Inventario General o tener la consideración de bien de interés cultural (BIC). Un particular puede solicitar su inscripción en este registro y es un trámite relativamente sencillo si el bien realmente forma parte del patrimonio histórico. Esta primera criba impide que los contribuyentes utilicen la estratagema de ofertar productos de nulo valor con la única intención de retrasar el pago de impuestos.

La dación en especie se inicia con una solicitud del contribuyente, que indica a la Agencia Tributaria su intención de pagar una deuda fiscal con un bien cultural. Debe especificar qué impuesto quiere abonar con la obra de arte y fijar un precio. La petición llega a la mesa de la Comisión de Valoración, que está integrada por cuatro miembros del Ministerio de Hacienda y otros cuatro de Cultura. Este órgano es el que decide sobre la conveniencia o no de aceptar el intercambio y pone precio nuevamente al bien ofertado, que puede coincidir con la tasación del contribuyente o ser a la baja.

Si la Administración acepta el canje y el contribuyente está de acuerdo con el precio fijado por la Comisión de Valoración, se cierra el trato y la obra se asigna a un museo. Fuentes de Hacienda señalan que se trata de un proceso totalmente excepcional y más en un contexto de reducción del déficit público como el actual donde el dinero en efectivo es hoy el bien más preciado. Y precisamente la falta de liquidez también explica que los contribuyentes exploren esta vía para saldar sus cuentas con el fisco. La última memoria de la Administración Tributaria refleja que, en el año 2012, Hacienda recibió 21 peticiones para pagar impuestos con obras de arte por un importe de 21,96 millones. Aceptó solo una solicitud –de las trece que resolvió– por petición del Museo del Prado. “El motivo por el que no se aceptaron los bienes ofrecidos en dación para cancelar deuda fue siempre el informe negativo del Ministerio de Cultura, que consideraba que las obras presentadas carecían del suficiente interés para las colecciones del Estado”, señala la Agencia Tributaria. Según fuentes de la Administración, en 2014, no se aceptó ningún pago en especie.

Pago de deuda tributaria con obras de arte
A. Meraviglia

Las cifras reflejan que en épocas de bonanza, la Administración se muestra más propensa a cambiar arte por impuestos. De los 188 millones de deuda fiscal pagada con bienes culturales en los últimos 15 años, la mayoría se liquidó entre 1999 y 2006. Desde 2007 hasta hoy, solo se han cancelado 11,7 millones en impuestos y casi la mitad de esa cifra se debe a una operación excepcional de cuatro millones en el impuesto sobre sucesiones, un tributo autonómico (ver tabla). Son importes insignificantes para la Agencia Tributaria, que recauda casi 200.000 millones al año, aunque para los museos sí que ha supuesto una vía importante para ampliar sus colecciones.

Todos los impuestos, incluso las sanciones, son susceptibles de liquidarse con bienes culturales. Lo más frecuente es saldar deudas fiscales derivadas del impuesto sobre sociedades en la medida en que son grandes empresas las que optan con mayor intensidad por estos intercambios. Por un lado, porque cuentan con colecciones privadas relevantes y, en ocasiones, también realizan compras ad hoc con el visto bueno de Cultura para transferir los bienes adquiridos a un museo. Es decir, no siempre la dación en especie refleja un problema de liquidez del contribuyente.

BBVA, Bankinter, Inditex, Ferrovial o Abertis son algunas de las compañías que han recurrido a la dación en especie. Se trata de una suerte de mecenazgo que resulta rentable para las empresas porque les permite reducir su deuda fiscal. Además, la posible plusvalía obtenida en este tipo de operaciones está exenta de tributar en el IRPF o el impuesto sobre sociedades. En cambio, las minusvalías sí permiten compensar las bases imponibles positivas.

Si España cuenta hoy, junto con Venecia, con la mayor colección de trajes de Mariano Fortuny (1871-1949) es porque Inditex en 2003 adquirió 470 piezas por tres millones de euros y posteriormente cedió los bienes al Estado a cambio de reducir su factura fiscal en el impuesto sobre sociedades. Obras de Goya como Riña en el mesón del gallo, Tobías y el Ángel o San Juan Bautista niño, en el desierto se exponen hoy en el Museo del Prado y fueron objeto de una dación en pago en 2003 por parte de Caja Madrid.

Canjear 'goyas' y 'mirós' por tributos

Todos los museos españoles cuentan entre su colección con obras de arte que obtuvieron después de que un particular o empresa canjerara los cuadros por deuda fiscal. Estos son algunos ejemplos:

Pablo Picasso: En el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) de Barcelona puede verse Mujer con sombrero y cuello de piel, uno de los diferentes retratos que Pablo Picasso hizo de Marie-Thérèse Walter, su compañera entre 1927 y 1935. Fue el primer Picasso que el MNAC incorporó a su fondo. La adquisición, tasada en cinco millones, fue posible por una dación en especie de la empresa Abertis. El Museo Picasso de Málaga también recibió a través de Unicaja las obras Retrato de Paulo con cuello blanco y Retrato de Olga, valoradas en tres millones de euros.

Francisco de Goya: Obras de Francisco de Goya que hoy custodia el Museo del Prado se adquirieron a través del pago de impuestos con bienes culturales. Es el caso de Riña en el mesón del gallo, obra adquirida por Caja Madrid en el año 2002 por cuatro millones de euros. La misma entidad también abonó impuestos en 2003 con la cesión de Tobías y el ángel o San Juan Bautista niño, en el desierto y La Sagrada Familia. Años antes, uno de los museos más visitados de España ingresó María Teresa de Vallabriga, un retrato de Goya que se adquirió a través de una dación de Bankinter.

Joan Miró: Parte de la obra de Joan Miró (1893-1983) llegó al Estado a través del pago de impuestos de sus heredeross tras el fallecimiento del pintor catalán. Es el caso de Casa de la Palmera, que se expone en el Reina Sofía. El museo también recibió por una dación de Caja Madrid valorada en 3,6 millones de euros la obra Pintura. Por la misma vía adquirió Gouache-dessin.

Juan de Flandes: Una de las obras más relevantes de Juan de Flandes es La Crucifixión. La pintura, que se expone en el Museo del Prado, fue comprada por Ferrovial por siete millones de euros y cedida al Estado a través del pago de impuestos.

Joaquín Sorolla: El Estado adquirió a través del pago de impuestos obras como Los Guitarristas o Retrato del pintor Don José Jiménez Aranda, de Joaquín Sorolla.

Mariano Fortuny: Si España cuenta hoy, junto con Venecia, con la mayor colección de trajes de Mariano Fortuny (1871-1949) es porque Inditex en 2003 adquirió 470 piezas por tres millones de euros y posteriormente cedió los bienes al Estado a cambio de reducir su factura fiscal en el impuesto sobre sociedades. La obra de este diseñador se encuentra en el Museo del Traje de Madrid. 

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