Cinco signos de que necesitas un asesor financiero
La inversión conlleva la toma de decisiones. Decisiones que a veces el inversor no sabe cómo resolver y dejan evidencia de la necesidad de contar con un asesor financiero. ¿Necesitas tú un asesor financiero? Si te planteas alguna de estas preguntas, ese es tu caso.
1. ¿Qué hago con mi dinero?
La primera pregunta que nos planteamos cuando queremos rentabilizar un capital es cómo hacerlo. Si no eres un inversor muy experimentado o simplemente no tienes ni el tiempo ni las herramientas para poder hacer un análisis de los mercados, lo más conveniente es que acudas a un asesor financiero. Él se encargará de analizar los mercados y podrá exponerte de forma clara las expectativas de los mercados (renta variable, renta fija, divisas, materias primas, etc.), te dirá donde ve potencial de crecimiento a medio plazo y donde no lo ve, que sectores ponderar y cuando tomar determinada estrategia de inversión. Juntos podréis plantear un objetivo de rentabilidad a lograr.
2. ¿Estoy asumiendo demasiados riesgos con mi dinero?
Cualquier inversión entraña un riesgo y es lógico querer conocerlo. Sólo el plantearte estas preguntas ya es un claro síntoma de que necesitas un asesor financiero. El primer paso que lleva a cabo el asesor financiero está relacionado con la planificación, una fase en la que el asesor debe conocer los objetivos de inversión (rentabilidad y tolerancia al riesgo) y tus restricciones, tu situación financiera, tu experiencia y conocimientos de los mercados e instrumentos financieros, etc. Con toda esta información, el asesor tendrá una visión completa de tus necesidades y objetivos y por tanto, estará en disposición de poder identificar aquellos instrumentos financieros más adecuados para tu perfil de riesgo. Pero tan importante como ayudarte en la elección del instrumento financiero mediante el que canalizar la inversión, será explicarte la tipología de productos que integrarán tu cartera, transmitirte los riesgos asociados… de este modo, tendrás la tranquilidad de que tu cartera está integrada por instrumentos financieros que tienen unos riesgos compatibles con tu perfil de inversión.
3. ¿Estoy pagando demasiados impuestos?
Casi siempre, elegir el vehículo de inversión adecuado es fundamental. Existen vehículos especialmente diseñados para dotar de operatividad y buena fiscalidad a todos los patrimonios. No existen apenas diferencias con los altos patrimonios. Reducir el impacto fiscal en nuestras inversiones al final se traduce en una mayor rentabilidad. Por eso es importante que el asesor financiero analice tu situación fiscal y así pueda recomendarte un vehículo que combine de forma óptima la operatividad y la fiscalidad en función de tus necesidades particulares.
4. ¿Hace tres años que no gano dinero?
Como es obvio, cuando hacemos una inversión y asumimos determinado riesgo, debemos exigir una contrapartida en forma de rentabilidad. Si no eres capaz de rentabilizar su dinero, es un claro síntoma de que su cartera no tiene una adecuada diversificación. Si acudes a un asesor financiero, éste estudiará tu perfil de riesgo lo que, unido a un buen análisis de los mercados, sentará las bases para llevar a cabo una correcta diversificación. En definitiva se trata de posicionarse en aquellos mercados en los que se espera tengan una mejor evolución pero condicionado a su riesgo. Es decir, podemos ver una importante oportunidad de inversión en China o India pero eso no significa que debamos ponderar de forma importante este mercado porque también estaremos incrementando la volatilidad o riesgo que asumimos.
Es nuestra labor, y la de nuestro asesor, lograr una buena cartera que cumpla con un objetivo, alcanzar una buena relación entre el riesgo que está dispuesto a asumir el inversor y la rentabilidad finalmente lograda.
5. ¿Debo cambiar de asesor?
A veces ocurre que, de repente, un inversor revisa sus inversiones y descubre como la evolución de su cartera no ha ido en línea con lo esperado, que productos que estaban reportando atractivas plusvalías están ahora en pérdidas significativas.
Casi tan importante como una adecuada planificación y diversificación de la cartera, será el seguimiento de las posiciones. En este sentido, un inversor que cuenta con un buen asesor puede estar tranquilo sabiendo que sus inversiones están controladas y que se hace un seguimiento de las mismas. Para valorar a nuestro asesor debemos hacerlo a largo plazo, pues, en un entorno cambiante como el de los mercados financieros, el seguimiento de la estrategia y la adaptabilidad de la misma según las nuevas exigencias del mercado será fundamental. Por ello, la labor del asesor financiero no concluye con la emisión de las recomendaciones de inversión. El asesor debe preocuparse de hacer un seguimiento de las estrategias tomadas y, en su caso, proponer ajustes, cierres de posiciones o rebalanceos para adecuar la cartera a los cambios en los objetivos del inversor y ante cambios en la evolución de los mercados.
Todas éstas son cuestiones cruciales y de ellas depende el éxito de la inversión. Es por eso que ante la modernización de los mercados, ante la diversidad de productos a elegir, la labor del asesor financiero se convierte en fundamental para la inversión con éxito.
Si tras varios ejercicios anuales, nuestro asesor no logra nuestros objetivos, quizás si haya llegado el momento de cambiar de asesor, pero está decisión siempre debe tomarse de forma acorde al riesgo asumido inicialmente. Por ello se puede considerar que en carteras defensivas al menos debe otorgarse 1 año de confianza a los gestores patrimoniales, en carteras de riesgo medio 2 años y en carteras de riesgo alto 3 años.