ACS se lanza a canjear bonos por acciones de Iberdrola
Adelanta la salida de la eléctrica con un canje de deuda previsto para 2018 y 2019
El grupo ACS pretende amortizar deuda soltando parte de sus acciones de Iberdrola. La operación ha sido comunicada esta mañana a la CNMV y consiste en la oferta de un incentivo en efectivo a cambio de que los bonistas titulares de deuda canjeable por papel de la eléctrica acudan a la llamada de la constructora antes del 11 de diciembre.
La compañía que preside Florentino Pérez ha anunciado el pago de ese plus en efectivo el próximo 18 de diciembre a quienes decidan ejercitar su derecho de canje en el plazo establecido. El incentivo, según el comunicado remitido a la CNMV, se determinará de forma separada para cada una de las dos emisiones canjeables y comprenderá un importe fijo. La oferta se conocerá no más tarde del mismo día 11 y dependerá del valor medio ponderado por volumen de contratación los días 9, 10 y 11 de diciembre de las acciones de Iberdrola y el interés devengado en cada caso por los bonos canjeables.
La primera emisión se colocó en octubre de 2013 y alcanzó 721,1 millones de euros. Paga un cupón del 2,625% y vence en 2018. Su precio de canje es de 5,7688 euros por cada acción de Iberdrola.
La segunda remesa de bonos canjeables, de marzo de este año, ascendió a 405,6 millones de euros y expira en 2019. Su interés es del 1,625% y es canjeable por 63,18 millones de títulos de la eléctrica, que representan el 1% del capital de la empresa que preside Ignacio Sánchez Galán. En este caso, el precio de canje de los bonos es de 6,419 euros.
Los precios de canje igualan o están por encima de la actual cotización de la eléctrica, que transita esta mañana en los 5,76 euros por título, con una caída del 2,1%. ACS, por su parte, pierde un idéntico 2,1% y coloca su acción en 27,61 euros.
El movimiento desvelado hoy ante el regulador supone una salida acelerada de la eléctrica, en la que ACS declara un 5,6% de los derechos políticos y llegó a controlar el 20%. Por entonces se fraguó una dura batalla entre la eléctrica y su primer accionista, que solicitaba una entrada en el consejo de administración que le fue negada argumentando incompatibilidades entre los negocios de ambas firmas, entre otras cuestiones.