ACS se hace fuerte en el Golfo de México de la mano de Pémex
La ingeniería española está innovando en un epicentro mundial de la producción de petróleo como es el Golfo de México. El grupo ACS, a través de la filial Dragados Offshore México, ha completado la construcción de una plataforma de petróleo y gas con la que Pémex potenciará sus procesos de extracción y compresión mar adentro. El presupuesto ha sido de 450 millones de dólares (366 millones de euros) y, además de sus dimensiones, lo notable reside en que es la primera plataforma instalada en ese área utilizando el método float over.
Esta es una de las opciones para colocar grandes estructuras en aguas de escasa profundidad. Para la tarea, que duró algo más de siete horas el pasado 23 de noviembre, tal y como anunció la petrolera a través de twitter, fueron necesarias barcazas y gatos hidráulicos de gran capacidad, prescindiendo del método tradicional de grúas en el mar.
Esta mole, construida al norte de Veracruz y bautizada como CA-Litoral-A, se alza hasta una altura de 53 metros sobre el nivel del agua, con un peso que supera las 14.000 toneladas. Solo la plataforma principal marca 9.000 toneladas, a las que se suman miles de kilos de subestructura, puentes y trípodes. Pemex compara a este gigante con uno de sus edificios más emblemáticos al comentar que la plataforma marina pesa más de la mitad de lo que daría en una báscula la torre de 50 pisos que acoge su sede central en Ciudad de México.
El hito para ACS no puede ser más oportuno: se produce después del fracaso del proyecto de almacenamiento de gas Castor, que lideraba la constructora y que quedó en hibernación tras ser relacionado con medio millar de pequeños seismos, y justo cuando Repsol está sondeando las posibilidades de extraer petróleo frente a las costas canarias. Además, la filial constructora de ACS es una de las que integra Avanzia, en la que se reunieron distintos negocios en México con la posibilidad de sacarlos a bolsa, tal y como adelantó a primeros de noviembre el gerente de la propia Avanzia, Francisco Gil Díaz.
Medio rascacielos
La planta marina construida para la petrolera estatal mexicana Pémex tiene una capacidad de separación de 200.000 barriles de crudo y 17 millones de metros cúbicos de gas al día. La compañía la califica de estratégica dentro de sus planes de aumento de producción. De hecho, la nueva instalación está llamada a comprimir el gas procedente de distintos campos productores de la región Marina Suroeste. “Su capacidad de compresión sería suficiente para atender la demanda de gas de la Comunidad de Madrid”, explican desde la constructora.
CA-Litoral-A está en el proyecto de desarrollo Tsimin-Xux, donde Pémex y ACS han conseguido reducir de siete a tres años y medio el tiempo que va desde el descubrimiento al inicio previsto para la producción. De hecho, la plataforma ha llegado al objetivo de 100.000 barriles diarios de petróleo cinco meses antes de lo que marca el programa establecido. El contrato de ingeniería, construcción, carga, amarre, transporte, instalación, pruebas y puesta en servicio, fue adjudicado por Dragados Offshore en octubre de 2012, en competencia con J. Ray McDermott, que se hizo dos meses después con los trabajos de la plataforma vecina PB-Litoral-A, y la mexicana ICA Flúor. Esta última acaba de adjudicarse la construcción de una planta para Pémex en Tula (México) por 1.300 millones de dólares.
Para los más avezados, la plataforma que ha entregado Dragados Offshore es de tipo octápodo y está integrada por un separador de aceite y gas, tres módulos turbocompresores de alta presión, dos plantas de deshidratación de gas de alta presión y tres turbogeneradores.
La instalación se completa con dos plantas de endulzamiento de gas amargo llamadas a eliminar los contaminantes de ácido sulfhídrico y anhídrido carbónico de la corriente de gas inyectada en red. También dispone de un quemador de gas elevado de alta presión y un motogenerador de emergencia, además de instalaciones de servicios auxiliares.
Dos décadas de estrechas relaciones
Dragados Offshore comenzó a andar en México de la mano de Pémex en 1998. Fue participando en la plataforma de proceso y compresión de gas Akal GC. En 2001 vendrían otros tres contratos con la petrolera pública mexicana y una creciente actividad que motivó que la filial de ACS implantara una compañía en el país, Dragados Offshore México.
La promesa de nuevos proyectos con Pémex en el Golfo de México hizo que Dragados instalara una fábrica de estructuras en Tampico en 2003. La compañía ganaba cuota en obras relacionadas con el petróleo y el gas, por lo que terminó abriendo oficina en Houston (Texas, EE UU), uno de los centros mundiales del negocio petrolero.
Desde entonces la relación entre ACS y el conglomerado mexicano no ha dejado de generar importantes réditos para la constructora española.