Un futuro laboral incierto
El paro de larga duración se hace crónico entre los trabajadores de mediana edad, que ya suman casi dos millones de personas, el 32%
Entre los 4,5 millones de parados que hay en España, según los datos publicados esta semana por el Ministerio de Empleo, los mayores de 45 años se encuentran entre los colectivos más desamparados.
Se habla mucho más de las dificultades para encontrar trabajo de los jóvenes que de este grupo, pero la situación que atraviesan aquellos que han perdido su empleo cumplidos los 45 años es, en la mayoría de los casos, dramática.
Las expectativas de volver a la actividad laboral son muy limitadas, ya que la edad ha pasado a tener una influencia directa y determinante en la empleabilidad.
Los mayores de 45 años son, desde 2008, el colectivo más afectado por el desempleo de más de dos años de duración, según un estudio de Randstad realizado a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Del total de personas desocupadas en España durante el primer trimestre de 2014, el 32% eran profesionales de más de 45 años; es decir, 1,9 millones.
Cuando se hace referencia únicamente a quienes llevan más de 24 meses buscando empleo, las cifras reflejan que existen 2,4 millones de personas con ese perfil. En este caso, los profesionales mayores de 45 años representan más del 40% del total, es decir, 975.000 desempleados.
El número de desempleados que lleva más de dos años buscando empleo se ha multiplicado por diez entre 2008 y 2014, según Randstad.
Las medidas para tratar de paliar la situación de vulnerabilidad de estas personas son urgentes. Gobierno y sindicatos negocian una nueva prestación para parados de larga duración, que al parecer tendrá una duración de seis meses, aunque de momento se desconocen detalles tan relevantes como la cuantía.
Algunas fuerzas políticas también están elaborando planes destinados a los desempleados de más de 45 años. Concretamente, el PSOE prepara un paquete de medidas con carácter estatal, que ha denominado La Garantía +45.
La propuesta contempla un contrato temporal, a tiempo parcial, de seis meses de duración, por el 80% de la jornada, con un salario equivalente al 100% del salario mínimo interprofesional. El 20% restante se completaría con un plan de recolocación a través de los servicios públicos de empleo. El objetivo es especialmente los mayores de 55 años que no tienen empleo, prestación ni pensión alguna.