La banca paga 200 millones de impuesto sobre depósitos este mes
Un mal menor. Así percibe el sector bancario español el pago de un impuesto por los depósitos de carácter estatal. Las entidades harán un primer abono de este nuevo impuesto para el sector en este mes de diciembre, lo que supondrá un desembolso que rondará los 180 millones de euros. Este primer pago será la mitad de lo que deberá pagar el conjunto del sector a Hacienda por sus depósitos con cargo al ejercicio de 2014, que ascenderá a un total de unos 360 millones de euros, según apuntan fuentes del sector. Lo que se abone ahora será el pago a cuenta y en julio del próximo año se pagará la autoliquidación correspondiente a 2014, que en ese momento se sumará al pago a cuenta ya correspondiente a 2015.
La cifra es una nueva carga para una cuenta de resultados que todavía no se ha recuperado del largo esfuerzo del saneamiento de créditos tóxicos y que aún está muy lejos de sacarle partido a la actividad tradicional de captar depósitos y dar crédito. De hecho, con los tipos de interés en mínimos históricos –0,05%, al cero a efectos prácticos– el margen de negocio para la banca es muy escaso y el rendimiento al que pueden aspirar los ahorradores en depósitos, cada vez más exiguos.
Así, este nuevo impuesto a los depósitos de la banca podría tener como efecto una nueva rebaja de rentabilidades para el producto de ahorro, aunque el margen de nuevos recortes sea cada vez más escaso, o un alza en las comisiones. La nueva producción de depósitos está ofreciendo rentabilidades que ya se colocan en el 0,5% a un año en la gran banca.
Algunas entidades como Kutxabank ya han contemplado en sus cuentas del tercer trimestre el pago que ahora ha de realizarse, si bien el impacto del impuesto en los resultados del sector se prevé reducido.
Sin embargo, pese a que la banca se resistiera en principio a la aplicación de un nuevo impuesto a los depósitos, la decisión de Hacienda de crear un gravamen estatal fue recibida con cierto alivio por el sector. Suponía poner freno al rosario de impuestos regionales decididos por gobiernos autonómicos, por cuantías muy superiores a los del gravamen estatal, de tan solo el 0,03%. Este mismo año, Cataluña y la Comunidad Valenciana han comenzado a recaudar sus propios impuestos autonómicos, que oscilan entre el 0,3% y 0,5%, según la uantía de la base de depósitos, y cuyo impacto es muy superior. En algún caso concreto, el impuesto catalán supone triplicar el desembolso respecto al estatal, cuando la base imponible de impuestos sobre el que se aplica es muy inferior.
La banca abonará desde el principio el impuesto estatal, reconocen en el sector, algo que no ha sucedido con el catalán ni el valenciano, ambos recurridos en el Tribunal Constitucional por el ejecutivo central. El sector ha optado por presentar un aval equivalente a estos impuestos autonómicos, mientras los tribunales se pronuncian sobre el fondo de la cuestión.
Extremadura fue la primera comunidad autónoma en aprobar la creación de un impuesto autonómico, el 2011, a la que siguieron en 2012 los gobiernos de Andalucía, Canarias, Cataluña y Asturias y, en 2013, la Comunidad Valenciana. Ante el goteo imparable de impuestos autonómicos, Hacienda decidió crear un impuesto de ámbito estatal sobre los depósitos a la banca del 0%, que entró en vigor en 2013. Al existir un gravamen estatal, ya no había lugar para uno autonómico sobre la misma actividad, si bien Hacienda debía compensar a las autonomías que ya lo tenían en vigor. Es decir, Extremadura, Canarias y Andalucía. No así Asturias y Cataluña, que aprovecharon la recta final de 2012 para crear el suyo propio, cuando ya se conocía la decisión de Hacienda de establecer un impuesto estatal.
Finalmente, Hacienda terminó por aprobar este año un impuesto sobre los depósitos del 0,03% con el que unificar este gravamen a nivel nacional y con el que de paso recaudar para hacer frente a las compensaciones que deba hacer a las comunidades autónomas. De hecho, la Generalitat Catalana espera pactar con el Gobierno tal compensación y ha recogido en sus presupuestos de 2015 una recaudación por este impuesto de 635 millones de euros.
Los mayores ingresos, para Madrid
Hacienda recaudará el impuesto sobre los depósitos a la banca, que luego distribuirá a las comunidades autónomas en función del volumen de ahorro que acojan las sucursales de su territorio. Y la más beneficiada será Madrid, con un volumen de depósitos de 373.203 millones de euros al cierre del segundo trimestre del año, el 30,4% del total según datos del Banco de España, lo que supondría ingresos por 112 millones.Le sigue en volumen de depósitos Cataluña, con 197.374 millones de euros y una cuota sobre el total del 16,12%, y Andalucía, con 108.063 millones y una cuota del 8,83%. Castilla y León acumula un ahorro en depósitos de 66.101 millones y Extremadura, la primera autonomía en decidir su creación, de 17.578 millones. Sin ubicación geográfica hay otros 29.325 millones, correspondientes a la banca electrónica.