La efectividad de la ayuda experta y especializada
La externalización se abre paso frente a la reticencia a delegar en terceros
El panorama empresarial que se avecina, una vez se consolide una cierta recuperación económica, poco tendrá que ver con la mentalidad que predominaba en los años anteriores a la crisis. Desde 2009 cada año se han destruido más empresas de las que se han creado, a una media de 390.000 negocios cerrados anualmente, según los datos del Directorio Central de Empresas (DIRCE) del Instituto Nacional de Estadística. Más competitividad en una época de crecimiento económico que se prevé, en las previsiones más optimistas, moderado.
De ahí la búsqueda de una mayor eficiencia en todos los procesos del negocio, y que al mismo tiempo aporten un valor distintivo frente al resto de competencia. Y una de las alternativas que, previsiblemente, ganará más peso será la externalización de procesos, la búsqueda de respuestas y acciones concretas y especializadas cuando la empresa lo necesite.Según la encuesta anual de Adecco Outsourcing sobre externalización, el 70% de las empresas prevén que la contratación de este tipo de servicios aumentarán a medio plazo, gracias sobre todo a los dos factores que más demandan: reducción de costes y flexibilidad. “En una posible época de crecimiento de las compañías, éstas van a tener que centrarse mucho en el corazón de su negocio, en defender bien sus márgenes, en tener productos competitivos, sobre todo en un mercado muy competitivo como el actual”, afirma Ignacio Gaspar, socio director de Directores de Transición, empresa que presta servicios de interim management, es decir, apoyo temporal a empresas en dificultades o en fase de crecimiento. “Todo lo que nos sea clave para esos fines”, añade , “se terminará realizando con servicios externos. La tendencia a observar la empresa como algo dinámico, en la que unas cosas pueden hacerse internamente y otras no, cada vez será mayor”.
Cuestión cultural
Sin embargo, antes de que esto pueda producirse, las compañías deberían superar sus reticencias para confiar a terceros la gestión de alguno de los departamentos o de los procesos que la componen. Según la propia encuesta de Adecco, la cultura de la empresa es el primer motivo por el que no recurren a la externalización, con un 28,5%, seguido de la percepción de inexperiencia por parte del proveedor de esos servicios y de la pérdida del control directo sobre ellos. “Los departamentos de recursos humanos van a tener que barajar toda herramientas como el interim para no quedarse atrás. Con unos márgenes más ajustados y crecimientos más débiles como los de ahora, la clave es ser muy preciso con las decisiones sobre expansiones o productividad”.
Más flexibilidad y menos riesgo
La encuesta que realiza cada año Adecco sobre el calado de la externalización entre las empresas señala la mayor flexibilidad que aporta a su actividad diaria como primera ventaja a la hora de recurrir a esta herramienta. Así al menos lo creen el 38% de las compañías encuestadas, seguida de la reducción de costes con el 27,3% y la mejora de la productividad, con un 12,9%. En el caso de la flexibilidad, Adecco apunta que el hecho de que lo externalizado pase de costes fijos a variables es su principal elemento, aunque Ignacio Gaspar, de Directores de Transición, aporta otra perspectiva:“la empresa en cuestión accede a un elemento o a una solución de mucha experiencia, de mera rápida y con la seguridad de que acierta en la solución. Y es muy flexible porque puede contratar por el tiempo que quiera y para resolver las necesidades que necesite”. En resumidas cuentas, “le permite tener herramientas que quizá, si las asumiera de manera interna, no podría utilizar por su coste, y que de esta forma sí puede aprovechar”. El resultado final, según Gaspar, está casi garantizado:“el resultado multiplica, por mucho, el coste de nuestra intervención”.
Pese a lo que pueda pensarse, la externalización no solo es una solución dirigida a la contención de costes. En el caso del ámbito de actuación de Gaspar, el interim management, la creación de valor a través de esta herramienta promete ser un factor al alza:“la dirección de transición, o interim, se suele unir a la reestructuración. Pero nuestros socios en Europa han crecido mucho ofreciendo servicios de interim para situaciones de cambio y mejora en momentos importantes para las compañías. Eso poco a poco tiene que calar, y si en Alemania o Francia ha calado, aquí tenderá a pasar lo mismo”. El servicio exterior actúa en este caso de refuerzo estratégico y temporal sobre el plan de expansión confeccionado por la empresa: “hoy en dia las empresas no deben tener sobredimensiondas sus plantillas. Herramientas como el interim sirven para apretar determinados tornillos sin la necesidad de deshacer equipos que trabajan de manera productiva en otros procesos”.
La clave está en la mirada independiente de quien presta un servicio de este tipo:“es una persona que generalmente ha pasado por procesos de cambios similares. Y no ser parte de la plantilla le libera de políticas o intereses de dentro de la compañía”. Al fin y al cabo, la que se beneficia es ésta:“y en épocas como la actual, no te puedes permitir ningún error”.