La CNMV señala a las 15 cotizadas más éticas con su autocartera
La CNMV avanza en su objetivo de controlar más la utilización de una potestad que tienen todas las empresas cotizadas: las compras de acciones propias (autocartera).
Del decálogo publicado en julio del año pasado, 15 de las 157 cotizadas ya han comunicado a la CNMV su responsable de gestión de la autocartera, los intermediarios que actúan en la operativa discrecional de autocartera y de los contratos suscritos con ellos. Son BBVA, Sabadell, Santander, Bankia, Bankinter, Bodegas Riojanas, CaixaBank, Corporación Alba, Catalana Occidente, Iberdrola, Inditex, Colonial, Lar España, PRISA (grupo editor de CincoDías) y Renta 4. La Ley de Sociedades Anónimas permite que las compañías adquieran hasta el 10% de su capital social, y esta norma se aplica también a las firmas de la Bolsa. Eso sí, los accionistas deben autorizar las operaciones en junta.
El objetivo de la CNMV es doble. Primero, “persigue reducir los posibles riesgos que la operativa discrecional de autocartera puede suponer para la integridad del mercado”. Y, segundo, responde a la necesidad de “velar por la correcta formación de los precios, facilitar su supervisión y fomentar la transparencia en los mercados y la protección al inversor”.
El organismo que preside Elvira Rodríguez advierte que es “consciente del incremento de la actividad discrecional de autocartera en los últimos años” y considera que estas recomendaciones “servirán para acotar las señales engañosas, tanto en volumen como en precio, que esta operativa puede generar en el mercado”.
En teoría, la Ley del Mercado de Valores prohíbe que las cotizadas utilicen las operaciones de autocartera para contrarrestar una tendencia de mercado, si bien en la práctica, y como constata la CNMV en su nota, así lo están haciendo en algunos casos.
Las firmas pueden utilizar su autocartera para dar liquidez a sus cotizaciones y de hecho Julio Segura, expresidente del supervisor, aprobó en 2007 unas recomendaciones para evitar usos inadecuados de la potestad de adquirir acciones propias, que habían sido estudiadas ya en la etapa de Manuel Conthe. El objetivo de estos criterios –que al igual que ahora tampoco tuvieron rango de circular– era evitar abusos de mercado. La única misión de las compras de autocartera debía ser “favorecer la liquidez de las transacciones o la regularidad en la cotización”.
El decálogo de buenas prácticas del supervisor
La guía de buenas prácticas se publicó en julio de 2013 y recoge 10 puntos. Primero, las compras de autocartera no deberían superar el 15% del volumen medio de las últimas 30 sesiones. Segundo, deben realizarse con precio límite máximo para compras y mínimo para ventas. Tercero, no deben introducirse órdenes en los períodos de subasta de apertura y cierre, ni por lo mejor. Cuarto, no se deberían introducir órdenes durante el período de subastas tras levantar la suspensión. Quinto, no se debería operar antes de difundir información relevante. Séptimo, la operativa debe ser estanca, nombrar a un responsable e informar a la CNMV. Octavo, el comité de auditoría ha de conocer la negociación. Noveno, debe informarse del bróker y de los contratos. Décima, cuando las acciones se vayan a usar en compras o canjes debe comunicarse a la CNMV.