Esas tarifas eléctricas ‘altiplanas’
"Gas Natural Fenosa, buenos días. ¿En qué puedo ayudarle?”. Al otro lado de la línea, el cliente pide información sobre “las tarifas planas de luz y gas” que la compañía está ofreciendo en una agresiva campaña de publicidad que comenzó el pasado 8 de octubre. Con el fin de acabar con “los altibajos en la factura”, que el spot compara con una montaña rusa en la que viaja una aturdida familia, Gas Natural ofrece a los pequeños usuarios eléctricos (los que tienen una potencia contratada inferior a 10 kW) el pago de una cuota fija mensual con cinco tramos en función de los kWh que estos consuman habitualmente en un año y que van desde la micro, para consumos inferiores a 1.500 kWh (que pagarían 30 euros por mes), hasta la extra, para 7.000 kWh (94 euros mensuales).
La operadora aclara que estas cuotas incluyen el término fijo del recibo, pero no los impuestos ni el alquiler del contador y que la compañía hará un seguimiento por si supera el umbral de consumo contratado. En ese caso, se le recomendará que pase al tramo siguiente pues, de lo contrario, se le penalizará con 0,268 euros por cada kWh de exceso. Por más que insiste el usuario, la compañía no desvela cuál es el precio unitario que pagará por kWh, sino solo el de penalización, pues “se trata de una tarifa plana”.
De hecho, a igual consumo, todos pagan la misma cuota mensual sea cual sea su potencia y, en caso de no consumir toda la energía contratada, no se le regulariza a un precio prefijado, sino que al cliente se le regala una cuota a final de año. Por tanto, para beneficiarse de la oferta, este “debe ajustarse muy bien al consumo previsto, algo que es muy complicado”, indican en una asociación de consumidores. La oferta de Gas Natural incluye, además, un compromiso de permanencia por un año.
En conclusión, para poder comparar lo que paga ahora con lo que pagaría con las tarifas que se le ofrecen, el usuario debe hacer sus propios cálculos sumando su facturación y consumo del año anterior y dividiéndolo en 12 partes. Y, en cualquier caso, debe tener en cuenta, que tanto estas tarifas planas como las cuotas fijas que, a su rebufo, impulsó Iberdrola a finales de octubre, son superiores a la tarifa regulada (el precio de venta al pequeño consumidor o PVPC) a la que tienen derecho los pequeños usuarios de menos de 10 kW, a los que van dirigidas todas ellas, y a otras ofertas del mercado libre.
El precio regulado no admite ofertas
El consumidor debe saber que la normatica prohíbe ofertas en el precio regulado de la luz (PVPC) o el gas.También que las comercializadoras de referencia que suministran en este mercado (filiales de los cinco grandes grupos eléctricos, principalmente)ofrezcan ningún tipo de servicio añadido que encarezca la factura. Por tanto, cualquier oferta o descuento que se acepte implicará el paso al mercado liberalizado, en el que el cliente pacta bilateralmente con la eléctrica las condiciones de su suministro. Generalmente, los contratos son por un año (raramente, por más), por lo que debe estar atento a que en las renovaciones anuales se mantengan las condiciones pactadas inicialmente.
Las comercializadoras de referencia están también obligadas por ley a ofrecer precios cerrados anuales. Sin embargo, como el interés de las eléctricas es abandonar el mercado regulado, han evitado presentar ofertas atractivas en este segmento.
Los precios horarios
Ha sido precisamente la implantación por parte del Ministerio de Industria de ese precio regulado por horas el que está sirviendo de gancho a las comercializadoras de estas dos grandes eléctricas para atraer a nuevos consumidores al mercado liberalizado (cualquier oferta fuera del PVPC está en dicho mercado) en el que estos pactan libremente el precio y las condiciones de suministro con su comercializadora.
Pero, como subrayan fuentes del sector, una cuestión son los altibajos de la factura derivados del sistema de precios horarios, que están ligados a un mercado mayorista que sufre grandes fluctuaciones a lo largo del año (en el primer semestre, cuando hay viento y agua, los precios caen y a partir del verano suben) y otra distinta, los altibajos derivados del consumo. En este sentido, la factura de la luz, frente a la del gas, no tiene grandes oscilaciones a lo largo del año ni siquiera con PVPC, salvo en los hogares con aire acondicionado o calefacción eléctrica.
En este sentido, indican expertos en consumo, los usuarios deben medir si les compensa pagar más a cambio de pagar siempre lo mismo si su factura varía poco. Además, han de tener en cuenta, que tanto en el gas como en la electricidad, la normativa de la tarifa reguladaobliga también a las comercializadoras de referencia a fraccionar el pago a sus clientes si estos se lo piden. “¿Por qué pagar, pues más en el mercado libre a cambio de pagar lo mismo, cuando en el regulado también se puede conseguir una dosificación mensual de la factura?”, se preguntan las mismas fuentes.
Un 42% de los domésticos se ha liberalizado
En España hay 25,44 millones de clientes con derecho a una tarifa regulada o PVPC(los que tienen menos de 10 kW de potencia contratada). De esta cifra, 14,55 millones están acogidos a dicho precio y el resto, un 43%, han pasado al mercado libre, muchos, probablemente, sin ser conscientes del cambio. En el registro de la CNMC hay inscritas 259 comercializadoras, si bien, solo 32 han mantenido ofertas regularmente en el comparador de este organismo. Solo cinco de ellas tienen en su cartera el 97,55% de los clientes liberailizados, incluyendo a los que no tienen derecho al PVPC (eso es, los que tienen más de 10 kW de potencia contratada).
En España, el número de cambios de suministradores del 12% en el mercado doméstico. Esta tasa es más alta en el gas, 18,8%.
Estas calculan que con las tarifas planas de Gas Natural Fenosa, el cliente paga entre 50 y 150 euros más al año que otros usuarios en el mercado libre. En la compañía justifican sus tarifas planas de luz y gas porque “facilitan el control del gasto”. Se trata, añaden, “de dos innovadores productos enfocados al control del gasto energético, con la tranquilidad de pagar todos los meses lo mismo”.
Donde queda patente que estas ofertas son más elevadas es en las cuotas fijas de Iberdrola. La eléctrica prefiere llamarlas así por entender que no existen tarifas planas energéticas, ya que el usuario no paga un precio cerrado sea cual sea el consumo. En este debate, la posición de Gas Natural Fenosa es que las suyas sí lo son, pues son similares a las de las telefónicas:un precio cerrado por equis minutos de consumo, superados los cuales, se aplica una tarifa disuasoria.
Antigua cuota fija
La modalidad de cuota fija personalizada de Iberdrola lleva varios años, de hecho, están acogidas a la misma, unos 300.000 clientes. Sin embargo, ha sido a raíz de la campaña de su competidora, cuando la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán ha decidido “potenciarla” con su correspondiente campaña publicitaria.
Se trata de un sistema casi a la carta:la eléctrica ofrece un precio unitario (0,15713 euros KWh) y otro por potencia (por ejemplo, 45 euros al año para 5,5 kW) por un consumo estimado previamente. El cliente elige las cuotas y el día de pago. Al finalizar el año (los contratos pueden ser por un año o tres), se le regulariza la factura: si no ha llegado al umbral contratado, se le devuelve la diferencia en el recibo duodécimo, si, por el contrario, le toca pagar, podrá prorratear su deuda: hasta en los 12 meses siguientes si supera el 50%. Un especie de déficit de tarifa individual.
También a lo largo del año, Iberdrola hará un seguimiento del consumo de su cliente, que podrá subir sobre la marcha sus cuotas si supera lo pactado. Este asesoramiento, similar al que ofrece Gas Natural, es quizá lo más novedoso de unas cuotas fijas regularizables, que también ofrece la energética que preside Salvador Gabarró en otra modalidad diferente, la denominada Plan de Pago Fijo.
Aunque la oferta de Iberdrola no tiene penalización, también el precio de su cuota fija es más elevado que el del PVPC. Así, un usuario con 5,5 kW de potencia, paga en estos momentos 0,126981 kWh y un fijo al año de 38 euros, frente a los citados 0,15713 euros kWh y 45 euros, respectivamente. Todo ello, teniendo incluso en cuenta que sobre el consumo Iberdrola ofrece un 10% de descuento. Otra referencia es el PVPC medio en lo que va de año, que es de 0,1130 euros KWh.
Ninguna de las dos empresas ofrece datos sobre los contratos firmados desde que lanzaron sus campañas publicitarias, aunque reconocen que estas van muy bien. Aunque gestionar el seguimiento anual del consumo de los clientes es algo nuevo en el negocio eléctrico, ninguna de las dos compañías ha reforzado sus plantillas. Solo “se han ajustado a las nuevas necesidades los equipos comerciales, tanto propios como subcontratados, como call centers”, indican en Iberdrola.
Para esta empresa, donde reconocen abiertamente que el objetivo es que todos los clientes pasen al mercado liberalizado, su cuota fija “evita los incrementos bruscos en las facturas derivados de los picos de consumo en verano e invierno; que los clientes puedan planificar su gasto, evitando así incertidumbres en las facturas al abonar todos los meses la misma cantidad”.
Críticas sordas entre los competidores
Las competidoras de Gas Natural e Iberdrola no solo no han secundado la moda de las tarifas planas energéticas que aquellas promocionan este otoño, sino que, en algunos casos no ven con buenos ojos este sistema. En unos casos consideran que el mecanismo puede volverse contra la propia comercializadora, si a finales de año se ve obligada a regularizar importes significativos con sus clientes. “Estos pueden verse defraudados si, por abonar un precio fijo cada mes, se encuentran con lo que pretendían evitar: una factura disparatada a finales de año”. Ello, a pesar del prorrateo que se pueda ofrecer.
Fuentes del sector opinan que para aplicar una cuota constante todo el año, estas compañías cobran más desde la primera factura que lo que pagaría un cliente con una oferta estándar. Además, en cualquier contratos en el mercado libre, el cliente puede fraccionar el pago.
En el caso de la oferta de Gas Natural, añaden las mismas fuentes, esta cobra una cuantía fija al año independientemente del consumo, si se supera el umbral, penaliza al cliente (en caso de que no se haya pasado al tramo superior) con un precio elevado. Y si no llega, no le regulariza, sino que le regala una cuota, aunque al usuario le correspondiese recibir una cantidad superior a dicha cuota.
El cliente no paga por lo que consume, sino por lo que ha estimado que va a consumir, algo complicado de calcular, según técnicos del sector, quienes opinan que como los tramos son tan amplios, es fácil que este salga perjudicado. En algunos casos, el sistema servirá para financiar a la compañía, pero nunca a la inversa.
Además, pagar un fijo puede llamar a engaño al cliente, que puede creer que tiene carta blanca para consumir todo lo que quiera y después encontrarse con una desagradable sorpresa.
Los más críticos con las tarifas planas recuerdan que el sector energético nada tiene que ver con el de telecos, que apenas tiene costes variables. El comercializador debe comprar la energía que suministra y su precio es volátil. Por tanto, no puede ofrecer paquetes cerrados a medio plazo, salvo a precios altos (pues ha de comprar la energía en los mercados a plazos con coberturas de riesgo), y regularizándolos a final de año.