Podemos no es una casualidad
La irrupción de Podemos en el escenario político como primera fuerza en intención directa de voto y tercera opción en estimación de sufragios constituye un fenómeno político y sociológico cuya importancia no debe subestimarse. Según el último barómetro del CIS, la formación que lidera Pablo Iglesias ha experimentado un crecimiento exponencial en tan solo tres meses, un fenómeno inédito en un partido de nueva creación en España. La ascensión de Podemos es sin duda un fenómeno perfectamente legítimo en términos políticos, pero constituye un riesgo evidente en términos financieros, económicos y, por tanto, sociales. Un partido cuyo programa pasa por la intervención y estatalización de la economía supone una anomalía que puede tener serias consecuencias en un escenario de libre mercado y un mundo globalizado. Pese a ello, la llegada de Podemos no es casualidad. La escalada de corrupción que vive España, la ineficiencia política para afrontarla y la propia dureza de la crisis explican el fenómeno. La respuesta es clara y urgente: iniciar un severo proceso de regeneración de la vida pública, con tolerancia cero hacia la corrupción y más capacidad para responder al desencanto de la ciudadanía.