Alfonso Guerra, el diputado más veterano, deja la política
El veterano diputado socialista Alfonso Guerra ha anunciado este miércoles que no volverá a presentarse en ninguna lista electoral y que dejará la política después de llevar en el Congreso desde el periodo constituyente, en 1976. Fuentes del grupo socialista han asegurado que Guerra dejará su escaño en diciembre, al concluir el actual periodo de sesiones.
Alfonso Guerra, también vicepresidente del Gobierno con Felipe González, y actual presidente de la Comisión de Presupuestos de la Cámara, ha comentado a los periodistas que esta era la última comisión en la que se sentaba y que en “ningún caso” formará parte de ninguna candidatura política en el futuro.
En dos ocasiones, ha bromeado, intentó “no venir” al Congreso pero no le fue posible y terminó cediendo ante las presiones de algunos compañeros, pero esta vez nadie le apartará de su decisión, que -ha dejado claro- no tiene “nada que ver” con la nueva dirección en el PSOE, liderada por Pedro Sánchez.
Hace un año, ha explicado, le comunicó al anterior secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ya no volvería a presentarse más y cuando el anterior líder socialista dejó su escaño en junio pasado, “inmediatamente” fue a verle y le dijo: “Me he adelantado”.
Guerra, de 74 años, con su tono irónico tan habitual, ha señalado que lleva 50 años cotizando a la Seguridad Social, un tiempo más que suficiente y que seguro que “ninguno de ustedes”, en alusión a los periodistas, “tal y como van las cosas”, conseguirá ese tiempo de cotización.
Una larga carrera
Alfonso Guerra fue vicepresidente del Gobierno (1982-1991) y vicesecretario general del PSOE (1979-1997) durante la etapa en la que Felipe González ocupó la Secretaría General, y es actualmente el diputado más veterano en la Cámara baja.
Diputado nacional por Sevilla desde los primeros comicios generales de 1977, es el único que ha ocupado un escaño de forma ininterrumpida en todas las convocatorias: 1979, 1982, 1986, 1989, 1993, 1996, 2000, 2004, 2008 y 2011.
Histórico dirigente socialista que actualmente preside la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados, fue nombrado vicepresidente del Gobierno en diciembre de 1982, permaneciendo en el cargo durante ocho años, hasta enero de 1991, que presentó la dimisión por el caso Juan Guerra.
Nacido en Sevilla, el 30 de mayo de 1940, es el undécimo de trece hermanos. Cursó Ingeniería Técnica Industrial y es licenciado en Filosofía y Letras, por la Universidad de Sevilla. Aficionado a la literatura, estuvo al frente de revistas como El Palaustre, La Trinchera y, la más famosa de ellas, El Bardo. En 1969 dirigió en Sevilla la librería Antonio Machado, junto a José María Rodríguez Buzón, que pronto se convirtió en centro de reunión de intelectuales y políticos.
Su activismo político comenzó en la Universidad, donde conoció a Felipe González. En 1960 ingresó en las Juventudes Socialistas, dos años después se afilió al PSOE y militó en la Federación Socialista de Andalucía, de la que fue su secretario general hasta 1970. En esos años, era conocido con el sobrenombre de Andrés.
Tomó parte activa en los Congresos XI y XII del PSOE celebrados en el exilio en Toulouse, en 1970 y en 1972. No obstante, su liderazgo se consolidó tras el XIII Congreso (Suresnes, 1974), en el que fue elegido secretario de Información y Prensa y Felipe González secretario general.
En 1976 pasó a ser secretario de Organización, tras el XXVII Congreso, el primero celebrado en España, aunque en la clandestinidad. Tres años después, era elegido vicesecretario general en el XXVIII Congreso Extraordinario de Madrid. Desde entonces fue reelegido en sucesivos congresos, en 1981, 1984, 1988, 1990 y 1994, en los que se fue confirmando como el “número dos” del PSOE tras Felipe González.
Polémico e irónico en sus intervenciones públicas, especialmente en sus comparecencias en el Congreso y en las campañas electorales, Guerra ha sido objeto de más de una demanda por su comportamiento político.
Su capacidad para atraer la atención logró especial notoriedad en abril de 1988, con el denominado caso Mystére. En este mes, junto a su familia utilizó un avión de las Fuerzas Aéreas para eludir un atasco de coches entre Vila Real de Santo Antonio, Portugal y Ayamonte, cuando regresaba a Madrid tras sus vacaciones.
Confirmado en la Vicepresidencia del Gobierno tras las legislativas de octubre de 1989, su carrera se vio afectada por el caso Juan Guerra, que le obligó a presentar la dimisión el 12 de enero de 1991, tras aguantar una enorme presión política. A partir de ahí, se dedicó a las tareas del partido.
Durante el XXXIV Congreso de 1997, tras la negativa del secretario general Felipe González a la reelección, Alfonso Guerra salió de la Ejecutiva y su puesto no fue ocupado al eliminarse del organigrama. El 15 de septiembre de ese mismo año, aceptó presidir la Fundación Pablo Iglesias.
Por las formas y el contenido, Guerra fue muy crítico con el partido por la convocatoria de primarias (abril de 1998), para elegir candidato a la presidencia del Gobierno. La sorpresa que fue la designación de Josep Borrell, frente al candidato oficial, el secretario general Joaquín Almunia; el mal funcionamiento de esa bicefalia; la renuncia de Borrell y su sustitución automática por Almunia, vinieron a acentuar sus críticas al proceso abierto en el partido.
En marzo de 2004 concurrió como número uno de la lista socialista por Sevilla a las elecciones generales, donde el PSOE fue la formación más votada y su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, fue elegido presidente del Gobierno.
En esa legislatura y en la siguiente, tras su reelección como diputado en 2008, presidió la Comisión Constitucional. Renovó su escaño en 2011 y desde entonces es vocal de esa última comisión y preside la de Presupuestos.
Guerra es autor entre otros libros de “Congreso del PSOE 1977”; “Perspectivas de una España democrática”, 1979; “Felipe González: De Suresnes a la Moncloa, recuerdos e impresiones”, 1984; “El PSOE”, coautor con Felipe González; “El futuro del socialismo”, 1986; “El nuevo compromiso europeo”, 1987; “Socialismo y cultura”, 1990; “Cuando el tiempo nos alcanza. Memorias (1940-1982)”; “Dejando atrás los vientos” (segunda parte de sus memorias), o “Una página difícil de arrancar” (2013, sus memorias definitivas).
Presidente del Consejo de Redacción de la revista “Temas para el Debate”, escribe numerosos artículos, y se declara amante de la poesía.
Entre sus distinciones destacan, el Premio Limón 1982, la medalla de oro de la Universidad de Roma (1984) y el doctorado “honoris causa” por la Universidad Federico Villarreal de Lima (1988).
En diciembre de 2009, fue galardonado con el premio de la Asociación de Periodistas Parlamentarios-Cortes de Cádiz 2012 en reconocimiento a su trayectoria parlamentaria y defensa de los derechos y libertades.
Alfonso Guerra tiene dos hijos, Alfonso y Alma.
"Las encuestas pueden estar equivocadas al haber voto oculto"
Alfonso Guerra ha recomendado este miércoles desconfiar de las encuestas y ha advertido de que el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) demuestra que hay “voto oculto”.
Según ha señalado Guerra en declaraciones en el Congreso, las proyecciones que hacen últimamente las encuestas “pueden estar equivocadas” porque se hacen teniendo en cuenta el recuerdo de voto, en el que se pregunta a los sondeados a quién votaron en los últimos comicios.
El recuerdo de voto “casi no existe”, ha señalado Guerra en alusión a que los porcentajes que muestran dicho recuerdo están muy lejos de los resultados electorales de los últimos comicios. Por eso, ha insistido, estos sondeos pueden estar equivocados al haber “voto oculto“.
Aunque les ha dicho a los periodistas que desconfíen de las encuestas, Guerra ha anunciado que la revista que preside, Temas para el debate, publicará la próxima semana su propio sondeo. Ha asegurado, eso sí, que es la encuesta que “menos maquillaje tiene de España”, y ha adelantado que los resultados que arroja “se diferencian un poco” de los que están dando los últimos sondeos.
El barómetro del CIS publicado este miércoles señala que el PP ganaría las elecciones generales si se celebraran hoy con el 27,5 por ciento de los votos, seguido del PSOE con un 23,9, mientras que Podemos sube con fuerza en el tercer puesto con un 22,5, aunque es el partido con más apoyos en intención directa de voto (17,6).