“El contrabando de tabaco ha financiado a terroristas”
Expertos analizan el poder de las mafias en España
La jornada ofreció la posibilidad de debatir el problema del contrabando de tabaco desde distintos puntos de vista; cuerpos de seguridad, Agencia Tributaria, juristas e, incluso, periodista. La mesa, cuyo título era El negocio para las mafias trató sobre la utilización que las bandas organizadas hacen de esta actividad delictiva.
Esteban Giudici, miembro de la oficina judicial de Interpol, aseguró que este es un problema que hay que abordar con “coordinación” para lograr una “solución transnacional”. El representante de la organización policial internacional insistió en la falta de concienciación en este sentido.
Giudici aseveró que aunque se tienda a una cooperación internacional no se tiene que olvidar la coordinación nacional. Invitó a las instituciones del Estado a trabajar de forma conjunta para paliar el impacto de estos delitos.
Mónica Dopico, agente de la Brigada de Delincuencia Especializada del Cuerpo Nacional de Policía, afirmó que debe ponerse el foco no solo en el contrabando sino también en el comercio ilícito. “No hay que obviar este problema”, advirtió. Criticó con rotundidad la “aceptación total” que hay en España para este delito.
La representante de la policía nacional puso de relieve que las bandas organizadas ya no se centran en un solo ámbito. “Son como empresas, buscan oportunidades de negocio” y el tabaco lo es. Alertó sobre el auge de robos en estancos y asaltos a camiones. Mucho de este producto luego se vende al extranjero, donde el tabaco es aún más caro y los beneficios pueden ser mayores.
Un problema relevante es la utilización que hacen grupos organizados y mafias de los fondos que recaudan del contrabando de tabaco para financiar otras actividades, entre ellas el terrorismo. “Recientemente hemos visto como este dinero iba a parar a células terroristas para luchar en Siria”, advirtió Dopico. El propio documento Transcrime afirma que organizaciones como el IRA han utilizado esta actividad para recaudar fondos para sus actividades.
Ángel Alonso, coronel jefe del servicio fiscal de la Guardia Civil, afirmó que el contrabando es “un delito muy antiguo que corrompe”. Tanto él como Dopico coincidieron en señalar la relación entre esta actividad y las acciones fraudulentas de políticos y agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
Alonso señaló a las mafias de países como Rusia, Moldavia o China como los principales grupos organizados que operan en España. Además apuntó a la presencia de clanes españoles.
Esteban Giudici, de la Interpol, siguió esta línea al indicar que el objetivo de la institución a la que representa era acabar con los “verdaderos criminales” y no con los pequeños delincuentes.
La ONU de los grupos organizados
La mesa redonda tuvo el punto de vista de un escritor y periodista experto en mafias, Alejandro Riera. Defendió que aquí coinciden grupos organizados de todo el mundo debido a su situación geográfica. “España es la ONU de las mafias”, bromeó. Defendió que al tratarse de estructuras “muy correosas” es un problema muy difícil de controlar.
En esta misma línea, Manuel Montesinos, representante del departamento de aduanas de la Agencia Tributaria, señaló a España como lugar de paso hacia otros países. “Esto motiva que organizaciones de Europa del Este se instalen en España”, alertó.
Montesinos señaló a los contenedores en los puertos como una puerta de entrada de este producto. “La mayoría de las aprehensiones se producen de esta forma”, aseguró. La gran parte proviene de China, según el representante de la Agencia Tributaria. España es ya el cuarto país del mundo en el número de cigarrillos aprehendidos por los cuerpos de seguridad.
El experto en aduanas alertó que es ya tal el nivel de algunas mafias que se han encontrado por primera vez plantas de producción de cigarrillos ilegales. En los últimos meses se han clausurado dos, una en Coslada y otra en Vitoria.
Uno de los sectores que sufre más de cerca este delito son los estanqueros, que ven como sus ventas han caído en los últimos años mientras crece el comercio ilícito. “Estas son las principales víctimas del contrabando”, afirmó Alonso.
Riera criticó que la sociedad española visualiza más las implicaciones que tiene el contrabando de otras sustancias que no son el tabaco. “Hay que ser educadores de la gente”, afirmó. En este sentido, señaló a las leyes como “el problema” y no tanto a la labor de los cuerpos de seguridad.
Desavenencias sobre la dureza de la ley
El encuentro dio pie a plantear un debate sobre la conveniencia o no de incrementar la presión legal sobre este tipo de delitos. El informe de Transcrime argumenta que esta es muy laxa en España, lo que no hace sino potenciar esta delincuencia. Sin embargo, Francisco Javier Gómez, profesor de Derecho Penal de Icade, argumentó que hay “penas excesivas” en la lucha contra estos delitos en comparación a otros más graves. “Nos pasamos de frenada”, afirmó.
Gómez consideró que el Gobierno ha perdido distintas oportunidades en las sucesivas reformas a la hora de simplificar qué se considera delito de contrabando y sus consecuentes sanciones.
La postura fue respondida por el resto de ponentes que creen, como el informe, que penas son demasiado blandas. Mónica Dopico argumentó que con la ley en la mano, bandas que defraudan a Hacienda pequeñas cantitades al año, pero que llevan décadas haciéndolo, no pueden ser sancionadas.
Tanto la representante de la policía nacional como Ángel Alonso, de la Agencia Tributaria, coincidieron en señalar que muchas de las mafias utilizan esta laxitud de la ley para financiar, a través del contrabando de tabaco, delitos todavía peores, como el caso del terrorismo o tráfico de armas.
Francesco Calderoni, redactor del informe Transcrime, también señaló que uno de los problemas de España es la falta de una ley más dura contra estos delitos.