Los secretos de Marc Márquez se guardan en Móstoles
Repsol trabaja en su Centro de Tecnología de Móstoles (Madrid) en el desarrollo y la producción tanto de combustible como de lubricante para el equipo Repsol de MotoGP, que este año se ha proclamado campeón del mundo gracias al piloto español Marc Márquez. La compañía explica que lo mejor de trabajar junto a Márquez es, además de su imagen, la facilidad que tiene él para pilotar y para transmitir a sus mecánicos las sensaciones que tiene cuando prueba nuevos productos.
Santiago Maroto, investigador del Centro de Tecnología Repsol y responsable de la gasolina, señala que “no es fácil encontrar pilotos que sientan los cambios que se han llevado a cabo en el combustible o el aceite y que se expliquen de una manera tan sencilla como Márquez”.
350 son los litros de gasolina que Repsol envía a cada prueba, a los que se suman 80 litros de aceite
Repsol, que ha renovado su alianza con Honda hasta 2017, trabaja en estrecha colaboración con la firma japonesa (el primer fabricante de motocicletas del mundo) desde 1995 ininterrumpidamente. Honda envía a Móstoles los motores –y partes de ellos– que se usarán en la competición, con el objetivo de obtener cada vez mejores productos. El investigador Javier de Diego, dedicado al lubricante, destaca que “la gasolina y el aceite se fabrican a partir de fórmulas secretas que ni siquiera el fabricante del motor conoce”. Y añade que “tenemos la suerte de trabajar con los investigadores ubicados en Saitama (Japón) y de contar con uno de los dos únicos ejemplares de motor, así que disponemos de la misma herramienta de medida”.
Más de un año de antelación
Los científicos españoles ya están trabajando en el combustible y el lubricante que serán usados durante la temporada de MotoGP de 2016, aún sin haber finalizado la de este año. Maroto destaca que “somos afortunados por trabajar en el desarrollo del motor pensando en la gasolina y el aceite, y viceversa”. Y apostilla que “nosotros probamos a diario nuevas formulaciones para ver cómo se comportan en el motor que tenemos aquí”. Hay una gran diferencia entre combustible y lubricante. La primera tiene una especificación, “una camisa a la que debe ceñirse”, apunta De Diego. El aceite, en cambio, no tiene ningún tipo de limitación. “Podemos ser más creativos pero, si hay algún error, nos lo van a atribuir a nosotros”, indica.
Repsol invierte en este proyecto 2,5 millones de euros anuales en horas de investigación. Se producen 350 litros de gasolina y 80 litros de aceite en cada gran premio de MotoGP (incluyendo los entrenamientos). De cara a las pruebas de motor, se envían a Honda en Japón entre 15.000 y 20.000 litros de combustible y 2.800 de lubricante. “Las pruebas del nuevo motor se hacen con nuestra gasolina y nuestro aceite”, remarca De Diego.
Una veintena de personas trabajan en este proyecto, si se tiene en cuenta al personal del laboratorio, a un equipo de mecánicos y a aquellos dedicados a la búsqueda de materias primas.
Del circuito a todas las estaciones de servicio
La firma destaca que el patrocinio deportivo da una imagen de compañía global, pero “nosotros lo usamos para poder tener un banco de ensayos en motores de última generación, lo que nos pone en contacto con los principales fabricantes tanto de automóviles como de motocicletas”.
Maroto señala que “estamos ensayando con lo que va a estar en el mercado dentro de unos años” y añade que este conocimiento “no se queda en los campeonatos, sino que será aplicado al producto de calle”. Subraya que, así, se pueden detectar las necesidades que tendrán las estaciones de servicio, para que Repsol pueda adaptar sus procesos de refinamiento en la producción de combustibles y lubricantes.
De Diego explica que el proyecto de competición es a medio plazo. “Lo que aprendemos es trasladado en un periodo máximo de cinco años a los productos comerciales que se podrán encontrar en todas las estaciones de servicio”, apunta el investigador.