Alternativas al IVA de caja

La loable intención que albergaba la fórmula de Hacienda por la cual las pequeñas y medianas empresas y autónomos podían retrasar el pago del IVA hasta haber cobrado de forma efectiva la factura ha quedado en papel mojado. En casi un año completo de funcionamiento, no más de 21.000 empresas se han registrado para gestionar el impuesto con este mecanismo, lo que no llega al 1% del total de empresas. La presión de las grandes sociedades para las que las pymes trabajaban como proveedores, que no podían deducir un impuesto no abonado, y el retraso en los pagos hasta superar el límite legal de 60% que tanto había costado imponer y respetar, ha llevado al sistema al fracaso y a Hacienda a buscar una alternativa que no retrase la recaudación y no ahogue las finanzas de las pymes.

 Estudia ahora la opción de reclamar el pago del IVA al deudor que ha retrasado el abono artificialmente, al menos como anticipo a la liquidación definitiva. Se adopte o no, la que no admite retraso ni vulneración alguna es el retardo en el abono de las facturas, que si se cumple a rajatabla, los ingresos por IVA y la liquidez de las pequeñas empresas funcionará como debe hacerlo. Existen mecanismos para exigirlo, y si se precisan cambios normativos, deberían ponerse en marcha.