FCC aprueba ampliar capital en 1.000 millones para reducir deuda
FCC sigue cubriendo etapas en su proceso de reestructuración tras la entrada en graves pérdidas por la quiebra de la filial austriaca Alpine en 2013. El consejo de administración de la compañía, reunido el domingo, ha convocado la junta extraordinaria en que se dará luz verde a una ampliación de capital cifrada en 1.000 millones. La noticia ha sido confirmada esta mañana mediante un hecho relevante en la CNMV.
La operación también servirá para atender compromisos de aportación de fondos de menor cuantía con filiales del grupo, que supondrán así mismo una reducción de la deuda consolidada. Su efecto sobre el apalancamiento se sumará al del plan de desinversiones, que ha aportado ya 1.800 de los 2.200 millones previstos. El consejo de administración agradeció a la accionista mayoritaria, Esther Koplowitz, el esfuerzo realizado para hacer posible la reestructuración financiera de FCC.
La junta tendrá lugar el 20 de noviembre y esa inyección económica va dirigida a cancelar un tramo de 1.350 millones de euros de deuda convertible en acciones de la propia constructora. A pesar de que el vencimiento está fijado en 2018, el crédito paga intereses superiores al 11%, escalables hasta el 16% a lo largo de la vida del préstamo, por lo que urge su cancelación. El calendario que manejan en FCC prevé que la operación se realice antes de que concluya el presente ejercicio.
La recapitalización de FCC sale adelante después de que su primera accionista, Esther Koplowitz, firmara en la madrugada del sábado la refinanciación de la deuda personal de 950 millones que le ha venido otorgando el control de FCC.
A falta de dividendo en la compañía, y sin calendario fijo para recuperarlo, está previsto que la empresaria capte fondos con la venta de derechos de suscripción preferente en la ampliación. De este modo, atenderá al servicio de una deuda personal que venció en septiembre y que obtiene ahora cinco años de carencia, con un interés de euribor más 250 puntos básicos, según apuntan fuentes cercanas a las negociaciones.
Confianza
Ni los accionistas ni la dirección han querido entrar en una nueva semana con la incertidumbre de si la compañía ejecutará la anunciada operación para amortizar su crédito más caro. De este modo, se ha aprobado la operación antes de que se abriera una nueva semana en la Bolsa, especialmente a la vista de la sensibilidad del mercado respecto a los movimientos en esta compañía y ante la presente volatilidad.
Mientras sale adelante la recapitalización, FCC está inmersa en un plan de desinversiones con un objetivo de facturar 2.200 millones de euros entre 2013 y 2015. El programa está ejecutado en un 80%, según datos aportados a la CNMV, quedando pendiente la desinversión en la inmobiliaria Realia y la concesionaria de infraestructuras Globalvía.
El equipo directivo que lidera el consejero delegado Juan Béjar espera ingresar aún unos 400 millones por la salida de ambas filiales compartidas con Bankia. La entidad financiera liquidará su participación junto a FCC tanto en Realia, por la que hay tres ofertas en la mesa, como en Globalvía. El traspaso de esta última debería producirse a lo largo del próximo 2015.
La última operación para hacer caja, anunciada al mercado el pasado viernes, fue la de la venta de La filial medioambiental estadounidense FCC Environmental, enfocada al tratamiento de aceites industriales. La cifra pactada con el comprador, la también estadounidense Heritage-Crystal Clean, ha sido de 70 millones de euros, una plusvalía ligeramente superior a los 15 millones.
Largo proceso hasta una difícil decisión
El consejo extraordinario celebrado ayer fue aplazado el viernes, tal y como informó Cinco Días, al no haberse completado la redacción del pacto de Esther Koplowitz con sus bancos acreedores, BBVA y Bankia. El proceso ha sido largo y la decisión de la empresaria, difícil.
Durante estos meses Koplowitz ha tratado de atraer inversores a su instrumental B-1998. De este modo habría vendido parte del 89,6% en el holding de inversiones sin perder el control del mismo y sin necesidad de vender acciones de FCC. Los fondos buscados habrían impulsado la amortización de parte del crédito personal de Esther Koplowitz y su refinanciación.
Al no obtener el apoyo de un nuevo socio en B-1998, la empresaria se dispone a la citada venta de parte de sus opciones. De este modo perderá control en la compañía familiar. Sin embargo, en el mercado se da por hecho que Koplowitz atraerá inversores de confianza al capital de FCC.