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Tormenta en las Bolsas mundiales

Metales, petróleo, deuda... el crac inunda todos los rincones del mercado

Viandantes, junto a un panel de cotizaciones en Tokio.
Viandantes, junto a un panel de cotizaciones en Tokio.YUYA SHINO (REUTERS)

Estaba un tanto desacostumbrado el bolsista a estas jornadas negras. Días en los que el mercado cambia de tono y se mueve en bloque y huye de activos que considera de riesgo, siendo esta consideración, como el propio mercado, volátil. Hoy el pánico que se lleva por delante cualquier soporte en la Bolsa alcanza a prácticamente todos los tipos de activo y área geográfica: materias primas, bonos, Bolsa o mercados emergentes. Hay para todos, bajo una misma lectura: cuando el mercado está en pánico, desecha cualquier activo de riesgo y busca activos líquidos... Pero las propias caídas de los precios de los activos hacen que el dinero se vuelva más estricto en sus exigencias de liquidez y seguridad... Una espiral destructiva que los inversores aún recuerdan.

Deuda española. La mala subasta de deuda española de ayer ha pintado el cuadro más preocupante de la jornada: la subida de la prima de riesgo española muestra que el bono está otra vez en el saco de los activos de riesgo. Durante semanas anteriores la deuda había, incluso, obtenido ventajas de la salida de dinero de la renta fija. Todo ha cambiado, y el tipo de interés del bono (que se mueve a la inversa que el precio) subió al 2,2%. Un nivel bajo y cómodo para las finanzas públicas, pero que puede verse amenazado si el pánico del mercado persiste.En plazos más cortos, el tipo de interés de la deuda a dos años casi duplica en dos sesiones (del 0,37% al 0,62%), pero la mejora de última hora de ayer alivió en buena medida las tensiones: se moderó al 0,5%.

Deuda periférica. Grecia es protagonista por la subida meteórica de sus rentabilidades, si bien la escasa liquidez del bono griego obliga a poner en cuarentena conclusiones apresuradas. En todo caso, con la deuda a 10 años al 8,8% (frente al 6,7% del viernes) y la de cinco años al 7,2%, Atenas ve más lejos la posibilidad de salir del paraguas del rescate europeo, objetivo del actual Gobierno para ganar estabilidad política. Bruselas ya ha ofrecido prorrogar el rescate para que el país no quede a merced de los mercados en un momento como éste. El contagio llegó, mitigado, a Portugal, con la deuda pasando del 3% al 3,7% en dos días, o a de dos años yendo del 1,67% al 2,46% (luego bajó al 2%).

Petróleo. El petróleo ha cotizado esta semana en los niveles más bajos desde 2010, con el Brent debajo de 85 dólares y el West Texas cayendo de la cota de los 80. No solamente es causa el miedo a la recesión en Europa: Estados Unidos, gracias al fracking, va a alcanzar la mayor producción de petróleo de los últimos 30 años, y los países de la OPEP están aumentando producción a un ritmo mayor del que indican las previsiones de demanda. Ayer, a última hora, el mercado repuntó alrededor del 1%.

Otras materias primas. Aun así, las expectativas de enfriamiento económico en la zona euro, Japón o Brasil, junto al riesgo de menor dinamismo en Estados Unidos o China castigan los metales básicos, como el plomo, que cayeron ayer el 2,3%, o el cobre, 1,4% en la sesión.

Mercados emergentes. Las caídas afectan también a los mercados emergentes, y el descenso del petróleo se nota en aquellos relacionados con el crudo: Rusia, México y los países del Golfo Pérsico marcan caídas tanto en sus divisas como en sus mercados, ante el gran pinchazo del precio del barril. 

Oro. El actuvo refugio por excelencia está ejerciendo su papel a medio gas, según algunos expertos porque aunque algunos inversores compran, otros han vendido para cubrir pérdidas en otros activos. En todo caso, el euro ha remontado un 4,3% en la semana, y está en niveles de principios de septiembre. No brilla tanto como en los peores momentos del crac de 2008-2012.

Deuda de alta calidad. El bono alemán, que cotizaba la semana pasada algo por debajo del 1%, ha pasado al 0,75%, un nuevo mínimo histórico, si bien hoy abre en el 0,81%. También el bono de Estados Unidos ha ejercido de valor refugio, con el bono a 10 años cotizando, temporalmente, por debajo del 2%. En plazos más cortos la preferencia por la liquidez es aún más notable: la deuda a dos años de Alemania, Holanda, Finalandia, Austria, Eslovaquia, Bélgica y Dinamarca paga tipos negativos. Es decir, el inversor paga por la protección incluso en estos plazos, relativamente largos. Eso sí, una vez entran en terreno negativo, los tipos se mueven relativamente poco. Capítulo aparte merece Suiza. La deuda a 10 años está por debajo del 0,4%.

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