¿Qué ocurre si te pasas con los megas de tu móvil?
En los tiempos que corren, estar conectado parece una necesidad constante. El teléfono móvil se ha convertido en una herramienta de uso diario con la que poder estar en contacto con el mundo gracias a las prestaciones que los teléfonos “inteligentes” presentan, como por ejemplo la posibilidad de navegar por Internet. La presencia de este dispositivo es tal que según los datos que maneja el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información en la última oleada del Panel de Hogares “Las TIC en los hogares españoles”, la telefonía móvil tiene una penetración del 95% y la de los smartphones es del 84% según el estudio “Somos Digitales” de Accenture y Ametic.
El nivel por tanto de presencia en la sociedad española de smartphones es muy alto. En España hay 50.786.854 líneas móviles según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Y como consecuencia de ello, hay un mismo nivel de líneas móviles y de tarifas móviles que serán las encargadas de proporcionar el servicio para que la conexión con el mundo sea posible y el móvil pueda ser utilizado. Una tarifa que proporcione un bono de datos suficiente para cubrir las necesidades de conexión es lo ideal para el usuario. Pero en ocasiones este bono de datos puede quedarse corto. ¿Qué ocurre cuando se consumen todos los megas de la tarifa?
- Baja la velocidad. Una de las situaciones que puede ocurrir una vez consumidos los datos que proporciona la tarifa móvil contratada es que la velocidad de navegación disminuya. En estos casos no se genera ningún coste adicional, aunque la capacidad de navegación se reduce hasta el punto de poder realizar las operaciones más básicas como por ejemplo hablar por mensajería instantánea, pero no compartir archivos ni visualizar vídeos ni contenidos audiovisuales en redes sociales por ejemplo. Las compañías que optan por esta opción reducen la velocidad del servicio a 32 Kbps generalmente, aunque puede ser incluso menor.
- Pagar por cada mega consumido. Otras compañías se decantan por cobrar por cada mega descargado fuera del bono de datos. De este modo la calidad de la velocidad no baja pero evidentemente aumenta la factura final. El precio por mega descargado está cercano a los 3,63 céntimos. En esta opción habrá que controlar bien el consumo para evitar que el gasto se dispare. Hay que asegurarse de la forma de operar de la compañía ya que en ocasiones este servicio es siempre así, pero en otras ocasiones es posible desactivarlo y poder elegir que la velocidad baje. También las compañías dan la posibilidad de contratar adicionalmente paquetes de datos por un precio cerrado.
- Pagar por bajar la velocidad. Los últimos movimientos de las operadoras están dirigidos a dar la posibilidad al cliente de que abone una pequeña cantidad para que la velocidad de descarga disminuya y por lo tanto que no se le cobre por cada mega consumido. El cliente puede elegir entre pagar por mega o pagar por disminuir la velocidad. Deberá valorar las dos opciones y activar aquella que mejor se ajuste a sus necesidades o preferencias.
Es importante tener en cuenta qué condiciones tiene la tarifa móvil ya que de ello dependerá llevarse un susto o no a final de mes al ver la factura. Bastará con ver las condiciones en el contrato de la tarifa o bien realizar una consulta en el servicio de atención al cliente de la propia operadora.