Siempre hay un roto para un descosido.
La creación de empleo en septiembre en los EE.UU. fue de 248.000 superando las previsiones de 215.000 a la vez que se revisaba el débil dato de agosto desde 142.000 a 180.000. El promedio mensual de creación de empleo se sitúa en 223.000 desde los 215.000 anterior (datos hasta agosto con el primer registro de ese mes que era de 142.000 que ahora ha sido revisado). Se trata de una aceleración con respecto al promedio mensual del 2013 que era de 194.000.
En todo caso los datos del mercado laboral siguen reflejando una realidad complicada en la que no todos los indicadores muestran una sólida recuperación. Por una parte la tasa de paro aparentemente mejoraba al situarse en el 5,9% desde el 6,1%, pero una vez más la mejora se apoya en una preocupante caída del tasa de actividad al 62,7%. Este último nivel es el más bajo desde febrero de 1978.
Antes de comenzar la crisis, en septiembre de 2007, este ratio era del 66,0%. Sin duda pueden afectar factores estructurales como el envejecimiento de la población, pero interpretamos que la mayoría del efecto es coyuntural. De hecho, la tasa de activididad de las personas entre 16-19 años ha caido desde finales del 2007 en 7,3 puntos hasta los 33,9, la de los 20-24 años 3,4 hasta los 70,7 y los que estan entre 25-54 años ha caida 2,3 puntos hasta los 80,7. Por contra que la tasa de actividad de los mayores de 54 años ha subido 1 puntos hasta los 39,9.
Un proceso de recuperación de la actividad económica real, solo es compatible con una entrada de personas en el mercado laboral y, por tanto, de población que actualmente computa como no activa. Esta acusada caida de la tasa de actividad por lo tanto es una mala noticia y solo contribuye a distorcionar la tasa de paro real de la economia.
La FED, atenta siempre a buscar soluciones a sus desajustes de mensaje con la realidad, habla ahora del efecto “resiliencia”. Se refiere a ello a la circunstancia de que la gente suele adoptar por algún tiempo un comportamiento inercial. En este caso si se ha acostumbrado a no trabajar y a vivir con unos estándares más bajos puede que incluso personalmente alargue su situación, pero indefectiblemente volverá a buscar empleo.
Siempre hay un roto para un descosido.