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Para ello se contará con la colaboración de la Policía y la Guardia Civil

Uber y sus conductores amenazados con multas en Madrid

La Comunidad de Madrid no va a recibir muy bien que se diga, a la compañía Uber y sus servicios. Al menos, si no demuestran claramente que se cumple con la legislación vigente. Si esto no es así, ya se ha anunciado que se procederá a multar tanto a la empresa como a los conductores con la ayuda de la Policía y la Guardia Civil.

Esto lo ha anunciado el viceconsejero de Transportes, Infraestructuras y Vivienda, Borja Carabante. En un principio esta es una decisión para que el sector del taxi no se sienta amenazado con la llegada de Uber a la ciudad, ya que no se debe olvidar que el servicio que ofrece esta compañía es el de poner en contacto a usuarios para compartir coche por un precio reducido. Es decir, que se intentará proteger a los taxistas de una posible competencia desleal.

Además, como hemos comentado ya se le ha pedido a Uber que proporcione la documentación necesaria para comprobar que se cumple con la legislación vigente (por cierto, que el plazo para suministrarla finaliza hoy mismo). En caso de no satisfacer la demanda realizada, a partir del próximo lunes se tomaran las medidas pertinentes que no son otras que proceder a multar tanto a la empresa como a los conductores que utilizan sus servicios. Por lo tanto, el tiempo se agota para que se comiencen con las inspecciones de los vehículos que puedan resultar sospechosos.

Cantidades elevadas como método disuasorio

Las cantidades que se han conocido que tendrían las multas impuestas no son, precisamente menores. Estas van desde los 4.000 hasta los 6.000 € y, en caso de reincidencia, pueden llegar hasta los dieciocho mil euros (incluso, con el añadido de la inmovilización del coche en cuestión). Por lo tanto, parece que Madrid -que ha pedido que se involucre el Ministerio de Fomento- va muy en serio a la hora de presionar a Uber y proteger al sector del taxi y, recordamos, que la idea es proceder a sancionar tanto a la empresa como a particulares que utilicen a esta con su vehículo.

El caso es que la llegada de Uber a Madrid, que se produjo el 22 de septiembre, no va a ser muy cómoda que se diga y tendrá que conseguir evitar que los usuarios que utilizan su servicio se vean amenazados con sanciones, ya que de otra forma el uso que se le dará no será precisamente muy elevado. Y, todo esto, teniendo en cuenta que la propia empresa ya tiene planes de futuro para expandirse en el ámbito de los negocios (Uber for Business). Pero, al menos en Madrid, antes deben solucionar los “problemas” que han surgido.

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