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"Estoy muy decepcionado con la problemática en Canarias"

Brufau: "El fracking no tiene ningún problema"

Antonio Brufau, presidente de Repsol.
Antonio Brufau, presidente de Repsol.

El presidente ejecutivo de Repsol, Antonio Brufau, ha considerado hoy que la oposición del Gobierno canario a las prospecciones para la búsqueda de petróleo en sus aguas “solo responde a razones políticas”, ya que la seguridad técnica estará completamente garantizada y no afectará al turismo.

Brufau ha hecho esas declaraciones en una conferencia en el foro Nueva Murcia, en Cartagena, donde se ha preguntado “en qué cabeza cabe” la oposición a “disponer de la posibilidad de conocer si hay recursos” energéticos en las costas españolas.

El presidente de la petrolera ha recordado que en las costas de Tarragona, “que recibe más turistas que toda Canarias”, se producen cinco millones de barriles, y Repsol responde de todas las medidas de seguridad técnica, como lo hace en otras zonas de prospecciones, como Alaska (EEUU), México o Brasil.

En su opinión, nadie cuestiona el atractivo turístico que mantienen las costas de Río de Janeiro o de Malibú (EEUU) a pesar de tener prospecciones cercanas, y la propia costa de Lanzarote tiene prospecciones a solo unos 60 kilómetros de distancia, en aguas de Marruecos.

“Estoy muy decepcionado de la actitud político-social que se ha generado sobre este asunto”, ha lamentado.

También se ha referido al método de extracción de gas y petróleo por fractura hidráulica (“fracking“), que ha suscitado gran polémica ante la posibilidad de generar contaminación de acuíferos o microseísmos.

Según ha defendido, “el fracking no tiene ningún problema”, se trata de “un paradigma de producción” que consigue anticipar en “millones de años la llegada del gas y el petróleo a la superficie terrestre”.

Ese modelo, ha subrayado, se está aplicando con gran éxito en Estados Unidos, que ha pasado de ser un importador neto de gas natural y dependiente del resto del mundo a tener gas para exportar, por lo que ese país ha dejado de ser “el guardián del orden establecido” en el mundo, un papel que actualmente le toca asumir a Europa.

En ese sentido, ha subrayado que “Europa tiene que hacer una política energética de unidad”, ya que se trata de una de las pocas materias en la que no hay una política común, sino que es diferente en cada país.

“Hay que pensar en las interconexiones”, ha insistido, y ha considerado “de otro mundo” que los gasoductos españoles, por ejemplo, no estén conectados con Francia, a pesar de que si le va bien al conjunto de Europa, le irá bien a sus países.

Además, se ha referido a la actual crisis entre Rusia y Ucrania y ha advertido de que Europa no puede tener un solo proveedor de energía, como ocurre con Rusia, ya que eso pone en peligro la seguridad energética cuando se da este tipo de crisis.

El caso de España, ha dicho, es diferente, ya que cuenta con un modelo de plantas de regasificación que le proporcionan gas natural desde siete países diferentes, lo que hace mucho más seguro el sistema al no depender de un solo proveedor, y ha instado a Europa a ir en esa dirección.

En su opinión, “España es un referente energéticamente hablando”, pero no ha sido tenido en cuenta porque no forma parte del problema con Rusia.

“Hoy España puede ser parte de la solución” y el nuevo cargo de Miguel Arias Cañete como comisario europeo de Energía y Cambio Climático puede ayudar a impulsar que nuestro país sea tenido en cuenta en ese sector.

Por último, se ha referido al problema del calentamiento global del planeta y a las emisiones de dióxido de carbono y ha recordado que los combustibles fósiles son los mayores emisores de esas sustancias, por lo que son necesarias políticas “agresivas” de contención.

No obstante, ha destacado que el 70% de las emisiones mundiales proceden de los ciudadanos, no de las empresas, por lo que ha hecho un llamamiento a la responsabilidad en los hábitos de consumo y a la racionalización del consumo de energía de los particulares.

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