Espacios para no pasar la noche al raso
Alquilar sofás, acampar en un jardín, dormir en tuberías o en cápsulas sin pisar un hotel
Viajar por el mundo y alojarse en un hotel ha dejado de ser la única opción para pasar la noche. Las nuevas tecnologías se han incorporado a la mochila del turista como una herramienta casi indespensable para moverse por el mundo y buscar todo tipo de alojamientos.
Algunos alternativos, otros singulares, extravagantes, curiosos, lúdicos o para vivir experiencias extraplanetarias como hospedarse en lo más parecido a un platillo volante. Utilizar autocaravanas o tiendas de campaña tradicionales como lugares de descanso es cosa del pasado, casi prehistórico, como muchas de las obsoletas y frías salas de muchos aeropuertos.
Ahora tienen mucha competencia frente al exotismo de dormir en una tubería de hormigón, alquilar un sofá en casa de un desconocido, plantar la tienda de campaña en el jardín de otro o pasar la noche en una bonita y confortable cápsula en un hotel de aeropuerto o en la zona de descanso de la sala de embarque sin que nada perturbe nuestro sueño.
Cada vez proliferan más también las propuestas ligadas a alojamientos que ofrecen un valor añadido por su ubicación o por lo imponente de la construcción donde nos hospedamos.
Esta nueva forma de viajar tiene algunas ventajas: se ahorra dinero y se viven experiencias de viaje distintas. Entre los inconvenientes hay que tener cuidado con las páginas que se visita e informarse cuidadosamente de los servicios que se contratan para evitar sorpresas.
Las redes sociales y las comunidades online que registran la opinión de los viajeros pueden hundir o elevar la reputación de los alojamientos, sean alternativos o tradicionales. Estas son algunas de nuestras propuestas de hospedajes poco convencionales.
De ciudad en ciudad sin pagar hospedaje
El intercambio de casas no es una fórmula novedosa de alojamiento vacacional, pero sí es un modelo muy popular, sobre todo fuera de España, que nació en los años cincuenta.
En nuestro país esta práctica se está extendiendo fundamentalmente entre familias que viajan con niños y en una época de recesión como la actual, en la que cualquier medida de ahorro es bienvenida.
Una de las ventajas de esta forma de viajar es que no se paga por el alojamiento y se puede elegir entre un gran número de destinos –ciudad, playa, montaña– y tipo y tamaño de las viviendas.
La mayoría de los intercambios se realizan a través de web profesionales en las que hay que registrase y, en la mayoría de los casos, pagar una cuota de inscripción o permanencia por un período variable, pero en otras ocasiones los intercambios se realizan entre particulares.
Entre las páginas profesionales están IntercambioCasas con más de 50.000 viviendas disponibles en 150 países; Homeforhome con más de 40.000 casas en 126 países distintos y, entre las segundas, Stay4free con miles de casas en 85 países.
¿Inconvenientes? La incertidumbre sobre el desconocido a quien prestas tu casa, por lo que conviene informarse bien.
A dormir al sofá... de alquiler
Más de nueve millones de personas en 120.000 ciudades de todo el mundo están dispuestas a viajar de sofá en sofá y no sólo para ahorrarse el hotel. Son los couchsurfistas, una nueva manera de conocer una ciudad ofreciendo como alojamiento el sofá de su casa al turista.
La organización Couchsurfing nació en 2004 con una vocación muy especial: compartir experiencias de vida a través de los viajes, hacer nuevos amigos; pero sobre todo el couchsurfer sabe que, en realidad, lo que está buscando es un intercambio de culturas, porque el dueño de la casa no sólo le está cediendo su sofá sino que se convertirá en su anfitrión durante los días de estancia.
Se trata de que su invitado se sienta como en su propia casa, hospedándole en la nuestra y conociendo de primera mano aspectos de la vida y la cultura de otros sitios, practicar un idioma o simplemente socializar haciendo nuevos amigos mientras se viaja, y disfrutar de aspectos de otras costumbres y formas de vida.
Al registrarse en la página cada usuario debe abrirse un perfil personal dando a conocer, entre otros detalles, los idiomas que maneja, lo que ofrece a los viajeros o las opiniones que han dejado aquellos que ya le han conocido.
El número de noches de estancia se pacta entre las partes y no es necesario que el que busca alojamiento deba después ceder a otros su sofá.
Soñar en un ovni, despertar en un iglú
Si tiene habitaciones libres, quiere sacarle un rendimiento extra a su vivienda, no sabe qué hacer con el castillo de la familia o con aquel iglú que se compró en un arrebato como residencia de verano y le gusta viajar, la web Airbnb es su sitio.
Esta página puede darle muchas ideas para alquilar o disfrutar de espacios únicos en 34.000 ciudades de 190 países. Fundada en San Francisco en 2008, esta comunidad online descubre y reserva alojamientos únicos, adaptados a todos los gustos y a medida de todos los clientes.
Los espacios que se alquilan no tienen porque ser la vivienda de las personas que los arrendan. Basta con registrarse en la página, buscar el destino, las fechas en que se desea viajar y si se está de acuerdo con pagar una reserva.
Una de las ventajas de este sistema es su amplísima y variada oferta de espacios para alquilar y alojarse, desde un futón (colchón japonés) en un apartamento de Nueva York por unos 8 euros, hasta un coqueto apartamento en el centro de Lisboa por 65 euros la noche, una villa en Hollywood desde 1.366 o disfrutar de una experiencia extraterrestre en un ovni en Brandeburgo (Alemania) desde 80 euros.
Y si se quiere perder, puede alquilar una isla privada.
Cama a cambio de trabajo
Alojamiento y/o comida a cambio de trabajo es una manera muy fácil de viajar y también muy antigua, aunque con el paso de los años se ha ido sofisticando. Hoy hay organizaciones que ofrecen hospedaje gratuito a cambio de varias horas de trabajo en lugares como granjas, hostales, barcos y casas particulares.
Una de las más importantes es HelpX, una red de voluntariado con destinos en Australia, Nueva Zelanda, Europa, Estados Unidos y Canadá que oferta propuestas de trabajo a cambio de cama.
En general, dos horas dan derecho a alojamiento; cuatro a hospedaje y comidas y seis a habitación, manutención y algunos extras como internet gratuito, paseos a caballo o en bicicleta, descenso en kayak, clases de yoga o idiomas.
Una de las características de HelpX es que se puede convivir con la familia de acogida, participar en su ambiente e involucrarse en las tareas diarias.
Otras organizaciones ofrecen alojamiento a cambio del cuidado de ancianos, mascotas, casas vacías o trabajos como portero, aunque normalmente hay que pagar una inscripción y pasar un amplio filtro de aptitud.
En tiendas básicas o llenas de glamour
La acampada libre o en recintos acotados para ello es una forma de viajar barata para amantes de la naturaleza. Pero ¿se imagina hacerlo en plena ciudad o cerca de ella y en el jardín del vecino? Se puede a través de la página CampInMyGarden que pone en contacto a personas de todo el mundo que desean alquilar su jardín a particulares o familias.
El origen de esta comunidad está en Inglaterra, empezó apenas tres años atrás y está pensada para pequeños grupos, familias y parejas que acuden a presenciar algún evento deportivo, social, musical e incluso paradas militares, y quieren pernoctar una o varias noches en la ciudad o en sus aledaños por un precio módico.
La idea ha traspasado las fronteras británicas y hoy se pueden arrendar jardines para acampar en muchos países, incluido España. En la página de esta comunidad se detallan las ubicaciones de los jardines, así como las instalaciones y servicios que ofrece cada arrendatario: barbacoas, duchas... o si se admiten mascotas.
Existen otras dos modalidades de acampada: el bamping (basic camping), con servicios mínimos, y el gampling (glamour camping), para hospedarse en tiendas de lujo con todos los servicios de un gran hotel.
Dar una cabezada en la sala de embarque
Casi todos alguna vez hemos perdido un avión, hemos sufrido una cancelación o nos ha tocado hacer escala en algún aeropuerto a altas horas de la madrugada.
En todos los casos, la menos mala de las alternativas ha sido pasar la noche en la terminal de turno con el suelo o los asientos de la sala de espera como incómodos aposentos y el equipaje de mano por almohada. Con lo que las horas de vuelo, sumadas a las incomodidades sufridas por la falta de descanso adecuado, convierten el viaje en un suplicio.
Sleepinginairports es una página especializada en recopilar información sobre los aeropuertos de todo el mundo. Con 17 años de experiencia, funciona a modo de guía.
En ella se publican listados con los mejores y peores aeropuertos del mundo –votados por los pasajeros–, se detalla las facilidades y servicios que ofrecen cada uno como, por ejemplo, si hay cunas para bebés.
Según esta web, el aeropuerto Changi de Singapur es el mejor para hacer noche y descansar (en general, los asiáticos son los que mejores valoraciones reciben).
Singapur cuenta con varias áreas de descanso, con asientos totalmente reclinables para los pasajeros en tránsito; además, ofrece opciones de ocio, paseos por la ciudad y lugares de restauración abiertos las 24 horas.
Entre los peores figuran tres europeos, los de Bérgamo (Italia), Tegel en Berlín y Eindhoven (Holanda).
El tamaño no importa
Si es de los que para dormir no le importa el tamaño de la habitación, se tumba en cualquier lado, le gusta probar aposentos y no le importa acostarse en una tubería o en una especie de cabina de avión, eso sí, de primera clase, esta es su propuesta.
Alojamientos distintos, confortables, acogedores, bien situados, con encanto y sin que se arruine.
En Dasparkhotel se hospedará en un parque y su habitación será una tubería de 9,5 toneledas, renovada y adaptada para su descanso y para que no le falte casi nada. Los utensilios de aseo deberá llevarlos usted. Sólo abre de mayo a octubre. Hay dos: en Ottensheim (Austria) y en Essen (Alemania).
Inspirados en los hoteles cápsulas de Japón, aunque no tan diminutos, los alojamientos de Yotel simulan cabinas de avión y se puede elegir entre varios modelos y tamaños, y reservar por noches o por horas.
Están ubicados en los aeropuertos de Londres, Heathrow y Gatwick; de Amsterdam, Schiphol, y en la ciudad de Nueva York, cerca de Times Square.
Casonas, viñedos, abadías o conventos
Hospedarse en recintos con encanto, bien por el entorno donde están ubicados, bien por la singularidad del edificio o por los servicios que ofrece, es una tendencia de viaje cada vez más popular y que ha ido desarrollándose de la mano del turismo rural como alternativa a hoteles y casas rurales tradicionales.
Los alojamientos rurales con valor añadido o elementos diferenciadores están de moda y son muchas las webs que los ofertan. Entre ellas, Clubrural, que ofrece alojamiento en Sombrero Pico, una típica casa tradicional canaria situada en la localidad de El Paso en la isla de La Palma, con vistas al mar y la montaña, con jardín y huertos muy cerca de las playas y el Parque Nacional Caldera de Taburiente.
Para los sibaritas y amantes del enoturimo, la Abadía Retuerta LeDomaine, un antiguo convento del siglo XII, restaurado y convertido en un hotel de lujo entre los viñedos del Duero, será una tentación dificil de vencer.
El Milano Real, un hotel de estilo rural, en Hoyos del Espino (Ávila), cuenta con suites temáticas ambientadas en culturas o ciudades diferentes, y el spa Aguas de Gredos, donde se puede disfrutar de servicios hidrotermales y una cúpula de observación astronómica.