Llega la paz entre LVMH y Hermès
Bernard Arnault ha reconocido su derrota. El presidente de LVMH y propietario mayoritario ha acordado distribuir la participación en su rival Hermès a los accionistas de su grupo de lujo. Es un retiro inusual en él.
El anuncio realizado ayer, con la mediación del Tribunal de Comercio de París, marca el final de una batalla que ha durado cuatro años entre los dos grupos. En 2010, a la familia de Hermès le cogió por sorpresa que Arnault revelara que había acumulado una participación del 17% en la empresa, lo que catapultó las acciones de Hermès un 15% por la especulación sobre una posible adquisición. En 2011, el grupo había subido hasta un 23%.
La cautela es un clásico de Arnault. Llevó a cabo una táctica similar para adquirir una participación del 34% en Gucci a principios de la década de los dos mil, un intento de adquisición encubierto, que finalmente fracasó cuandosu rival PPR (ahora Kering) intervino y compró la casa de moda italiana.
La tregua no implica que Bernard Arnault haya renunciado a toda esperanza de añadir la firma a su grupo
Ya en 2010, la familia de Hermès cerró filas y creó un holding que vinculaba a los miembros de la familia a un acuerdo para no vender acciones a personas externas a la empresa hasta 2040, cerrando de manera efectiva la puerta a una toma de posesión hostil por parte de LVMH.
El acuerdo de paz de esta semana no implica que todo sean malas noticias para LVMH, cuyas acciones subieron un 2,5% a mediodía debido a las noticias. Aunque esto acaba con la perspectiva de una adquisición, o de una futura colaboración con Hermès, LVMH ha logrado más de 3.000 millones de euros en plusvalías por la inversión –parte del cual ahora devuelve a los inversores en forma de acciones de Hermès–.
La tregua no implica necesariamente que Bernard Arnault haya renunciado a toda esperanza de algún día añadir esta firma a su grupo de marcas. Groupe Arnault, su fondo de inversión personal, se quedará con un 8,5% del capital de Hermès International. Arnault y sus empresas no podrán comprar acciones nuevas en cinco años, pero sigue siendo libre para ir más allá. Estará vigilando el posible debilitamiento del pacto familiar.