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Dijsselbloem se presentará para ser reelegido

Guindos derrapa, pero sigue en cabeza

El ministro de Economía, Luis de Guindos, charla con el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, en una reunión del Ecofin.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, charla con el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, en una reunión del Ecofin. reuters

Luis de Guindos, colchonero confeso, debería olvidarse pr ahora del fútbol y fijarse en la Fórmula 1, donde hasta los pilotos mejor colocados se quedan a veces en la cuneta tras una maniobra demasiado arriesgada. La prueba, tal vez, el próximo domingo, en el circuito de Monza, donde Rosberg y Hamilton repetirán su duelo extremo, y eso que son de la misma escudería.

La misma impaciencia que provoca roces fatales en los grandes premios acecha al ministro español de Economía en su interminable carrera hacia la presidencia del Eurogrupo. Los últimos volantazos de España ante la aparente cercanía de la meta han provocado la reacción airada de Holanda, país que ocupa ahora el cargo. Y aunque fuentes europeas aseguran que Guindos sigue siendo el principal candidato a presidente del Eurogrupo, sus aspiraciones han sufrido un peligroso derrape.

En contra de lo previsto por Madrid, el ministro holandés, el socialista Jeroen Dijsselbloem, parece decidido agotar su mandato, que expira en junio de 2015. De modo que a Guindos le queda todavía una larga espera en el calendario y los equilibrios geográficos pueden jugar en contra de sus aspiraciones si no se conduce con cautela.

En el escenario actual, la elección del sucesor de Dijsselbloem tendrá lugar a mediados del año que viene, un período en el que el Gobierno español ya habrá entrado, como mínimo, en el tramo final de la legislatura. Si las elecciones generales en España se celebran en otoño, ni el Partido Popular tiene garantizada la victoria ni De Guindos su continuidad en el futuro ejecutivo, como se ha encargado de recordar Dijsselbloem con unas declaraciones que delatan su enfado con la ofensiva española para desalojarle del cargo antes de tiempo.

En un escenario posible, pero políticamente bastante complejo, Guindos incluso podría llegar a ser presidente del Eurogrupo sin seguir siendo ministro de Economía. Las normas que rigen ese cargo no exigen tal condición. Pero llegado el caso, podrían surgir tensiones entre el presidente del Eurogrupo y el ministro español si no pertenecieran al mismo partido. Si Rajoy decidiera adelantar los comicios a la primavera y lograra la reelección, las posibilidades De Guindos podrían mejorar si continuara como ministro porque se presentaría como candidato de un Gobierno reelegido.

La presidencia del Eurogrupo podria decidirse al final en una reñida votación entre varios aspirantes

Pero el adelanto electoral no se resolverá en función de las posibilidades de lograr la presidencia del Eurogrupo, sino de su potencial repercusión en el PP y en la oposición. Por el momento, según las fuentes políticas consultadas, el final prematuro de la legislatura beneficiaría a Podemos (que teme salir mal parado de las municipales) y perjudicaría al PSOE (al que sorprendería en proceso de renovación). En el caso del PP la balanza puede inclinarse en un sentido u otro en función de cómo acuse el desgaste de gobernar o rentabilizar el avance en la recuperación económica.

Sean cuando sean las elecciones, y siempre que el PP siga gobernando, la candidatura de Guindos al Eurogrupo podría toparse en 2015 con dificultades ligadas a la renovación de otros cargos europeos. Francia aspira a hacerse con la cartera de Economía en la nueva Comisión Europea (que debe arrancar el 1 de noviembre). Si el comisario francés, Pierre Moscovici, logra el puesto, como parece probable, los países del “norte” podrían resistirse a que otro meridional presida también el Eurogrupo. Sus objeciones se verían reforzadas porque un italiano, Mario Draghi, también preside el BCE.

Para colmo, el primer ministro holandés, Mark Rutte, indicó el sábado que Dijsselbloem podría incluso presentarse a la reelección como presidente del Eurogrupo, en junio de 2015. Las palabras de Rutte se han interpretado en Bruselas como un intento de poner fin a las maniobras españolas contra Dijsselbloem y no como el inicio de una verdadera batalla para mantener el puesto.

Pero el aviso holandés confirma que en Bruselas ningún cargo debe darse por conseguido antes de tiempo. Si Holanda cumple su amenaza, los ministros de Economía de la zona euro (19 el año que viene, tras el próximo ingreso de Lituania en la zona euro) tendrán que elegir por mayoría simple entre Dijsselbloem y De Guindos. Una votación en la que el voto de todos los países vale lo mismo. Y en la que Dijsselbloem podría captar el respaldo de sus homólogos socialistas o de los países más ortodoxos fiscalmente.

Rajoy indicó el sábado, al término de la cumbre europea que eligió al nuevo presidente del consejo Europeo, que Guindos cuenta con el respaldo de la mayoría de los socios de la zona euro.

Entre esos apoyos destaca el de Alemania, expresado a finales de agosto por la canciller Angela Merkel. Guindos también puede esperar el respaldo de miembros conservadores del Eurogrupo, que ya le han elegido como coordinador dentro del PPE (Partido Popular Europeo) y de los países que no estén demasiado satisfechos con la gestión de Dijsselbloem.

España lleva tantos meses acariciando el cargo que parece impensable que se le escape. Pero antes del verano la primera ministra danesa también parecía llamada a ser la presidenta del Consejo, con el apoyo de Berlín y Londres. Con un acelerón a última hora, el polaco Donald Tusk se hizo el sábado con el cargo.

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